ERA SOLO UNA CUESTIÓN DE TIEMPO. Touché Amoré – Uniclub (09/05/2025)

Para que un recital sea esperado hay multiples factores: el debut en el país, al aniversario de una obra, el regreso al vivo del proyecto o simplemente la devoción descomensurada. En el caso de Touché Amoré, es la primera vez que se presenta la banda en Argentina y además presenta el nuevo material discografico Spiral in a Straight Line (2024). Indudablemente, la devoción descomensurada también está presente en un público joven que desde temprano se amotino en las puertas de Uniclub para primero escuchar la propuesta de Wrrn y luego, finalmente, a los californianos.

Así como Touché Amoré, Wrrn también son del sur del país. Oriundos del sur del país, Gonzalo Morales le mostró unas maquetas de canciones al bajista Nicolás Soto y el guitarrista Sebastián Soto una vez ya instalados en Buenos AiresEse mismo año publicaron sus primeros dos canciones como trío: “La llegada de todo” y “El lugar de siempre”. Al poco, tiempo Lautaro Gomez Rubio ingresó como baterista. Deambulando entre hardcore, el shoegaze e incluso espacios de batería propios del black metal, es la banda indicada para una banda como la que dirige Jeremy Bolm. El recibimiento es inmediato, la descarga es magnetica y si bien, las letras son densas, no son del todo oscura, hay un rayo de luz, un claroscuro que se filtra entre disonancias.

Al momento que Touché Amoré esta a segundos de salir al escenario, las preguntas son varias. ¿Qué esperamos de Jeremy Bolm? ¿Qué espero de un público juvenil extiasado reprimiendo su euforia hasta el primer acorde? ¿Será como esos conciertos clásicos de hard core punk donde cada uno de los asistentes vuela por el aires y cae al escenario para volver a zambullirse? ¿O será que como impulsora del hardcore contemporáneo tendríamos un concierto distinto? Punto y aparte, el show esta comenzar.

De un segundo a otro, el telón negro se abre.  Jeremy BolmClayton Stevens (guitarra), Nick Steinhardt (guitarra)Elliot Babin (batería) y Tyler Kirby (bajo) están arriba del escenario. La fenomenal «~» arranca un show que caminara por una montaña rusas de emociones que recorrera practicamente toda la discografia. La intención de Touché Amoré es innovar en un genero que tiene su recorrrido hace al menos casi 40 años.  Desde california implosionan con una lucha interna entre soledad, caos, luminosidad, ansiedad, miedo, incertidumbre y duelo. «New halloween», canción número dos de Stage Four, quizas el disco más importante de la banda y del Bolm, en donde rememora el primer aniversario del fallecimiento de su madre tras una dura batalla contra el cancer.

La lista de temas es sentida de principio a fin: «Amends», «Hal Ashby», «Disasters», «And Now It’s Happening in Mine», «Pathfinder» & «Limelight», entre otros. Los mosh son intensos, chicos y chicas vuelan por al aire, el circle pit en «Pathfinder» es gigante y eso que se trata de un recinto de capacidad media, tirando a chica. Pero no todo fue color de rosa, Bolm estuvo molesto durante los primeros 10 minutos de los casi 60 que duraría el show. El retorno lo imposibilitaba rendir como él quería; el acople era molesto y sus altercancia con el sonidista se hacía sentir. Stevens también estuvo ofuscado por momentos, el mosh era tal que los cables, los pedales y el pie de microfono corrían peligro.

Sobre el final, llega la canción más desgarradora de la trayectoria de la banda. Una canción que parece catarquita, pero que también es envolvente. Una canción tragica, pero que es liberadora y hace paces con el pasado. «Flower and you» es el exocrcismo de Jeremy Bolm post uno de los momentos más duro que atraviesa una persona, la perdida de una de las personas más importantes de la vida: su propia madre. Y al final, solo era una cuestión de tiempo y el duelo llega en forma de arte, llega en forma de esparcir la experiencia y que la historia personal puede ser colectiva porque uno no esta solo; que hay una banda de seguidores más al sur que cantan, gritan, lloran y se abrazan con él.

Por Jonatan Dalinger
PH: Rocio Roberts

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ECOS VIKINGOS. Cernunnos – El teatrito (10/05/2025)

A las 21:28 las luces de El Teatrito comenzaron a bajar, mientras por los parlantes sonaba «Methempsycosis». La batalla estaba por comenzar. Usando túnicas ceremoniales y maquillaje para intimidar al enemigo, Cernunnos tomó el escenario para su celebración pagana.

Tomando elementos de death, black y melodeath fusionado con instrumentos celtas para agregarle ese condimento épico, el septeto sacó a relucir los temas pertenecientes a su más reciente producción discográfica, tocándolo casi de pies a cabeza (decidieron hacer «Idolatry» en vez de «Liberation» para que el show termine bien arriba). Decir que ‘suenan como en el disco’ sería una falacia, ya que la adrenalina del vivo es totalmente diferente al material de estudio, pero puedo decir que todo fue tocado con precisión y pasión.

«The chapel of despair» comienza con un riff infeccioso Made In Gotemburgo acompañado por una melodía de vientos para que de un segundo a otro se pudra todo y se convierta concretamente en una piña de death melódico. Hay un puente con violín y el ya mencionado instrumento de viento, pero es solamente un breve respiro antes que vuelva el caos. «Into de hag’s lair» tiene un estribillo para cantar a los gritos, asegurándote que no se te caiga la bebida que tenés en la mano. «Unity» combina caos y calma, con las voces intercalando podris con limpias con un gran trabajo por parte de toda la banda en las transiciones.

Habiendo dicho todo esto, quiero contarles sobre una serie de canciones que, para mí, fueron lo mejor del recital. Como invitadas especiales, estuvieron dos magnificas cantantes que brindaron sus voces para que algunas canciones fueran aún más poderosas. Julieta Beatrice aportó su embrujo en «Atmosfear». Antonela Barisani imprimió su energía en «A haunted mind». Ambas brillaron en «Unaware killing», «Unity» y «Venomous fate». Ojalá vuelvan a colaborar en el futuro, porque fue sencillamente fantástico.

Cernunnos tuvo su noche triunfal. Nos sentimos muy afortunados por haber sido parte de las festividades. Como ya es costumbre llegó la parte de la reseña donde les cuento sobre quienes estuvieron tocando antes como para dejar el escenario calentito.

Invasión es un quinteto de thrash en la veta estadounidense surgido en 2020. Hasta el momento tienen un larga duración, Tecnofilia (2021), y un E.P. Rebelión (2024). De su set, destaco «El errante» con su estribillo grandilocuente y puente tenebroso, «Arden verdades» con su machaque que te obliga a cabecear y «Destapo, tomo y sigo» con su punzante letra criticando a quienes nos quieren quebrar.

Parabellum nació en 2018 y lo suyo es el groove metal con pizcas de death (el cantante formó parte de los históricos Crematorio). Hasta la edición de esta reseña tienen editado su debut llamado Si vis pacem (2024)– el cual encaja con el nombre de la banda a través de una cita del escritor Vegecio quien en alrededor del 390 escribió: «Si vis pacem, parabellum», lo cual se traduce literalmente a «si realmente deseás la paz, preparate para la guerra»- . De su presentación, quiero recalcar «No dejaré de ser», «Respiro muerte» y los covers de «Detrás de la máscara» y «Supervivencia» (originalmente de Calvario. Banda anterior de los guitarristas y el bajista).

Wintek arrancó en 2021. Hacen melodic death metal. Su nombre se debe al cielo del este y lugar de residencia del Temáukel, deidad suprema de la tribu Ona. De su show, quiero recalcar «Cold» y «The endless fall of grief».  Si te gustan bandas como In flames At the gates, no deberías pasar por alto su E.P. debut titulado Oblivion (2022).

Por Ale Williams
PH: Rocio Roberts

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Testament



DEL INFIERNO SE ALZO. Kerry King – Teatro Flores (09/05/25)

Por primera vez Kerry King se presento bajo su nuevo formato en nuestro país. El legendario guitarrista de Slayer, oriundo de california, vino a presentar las canciones de su más reciente y único disco hasta el momento “From Hell I Rise”, además de algunos clásicos de siempre. El lugar elegido fue El Teatro de Flores, la fecha fue el pasado 09 de mayo y los encargados de abrir la noche fueron los chicos de Manifiesto.

Era uno de esos viernes que prometían mucho, lindo clima, algunos no laburaban al día siguiente y, además, esperaban a que sean las 19:30 hs aproximadamente para ingresar al teatro y ponerse cómodos. De a poco se la gente se desplegaba en los distintos rincones del lugar, pero se dejaba ver que era poca la concurrencia. A veces creemos que es por simplemente esperar al acto principal, de todas formas, a eso de las 20:00 hs se abrió el telón para que los chicos de Manifiesto arranquen su presentación. Estuvo muy bien ejecutada en lo visual y lo escénico, ya que la banda uso varios elementos teatrales en el escenario para sus canciones. Sin embargo, se registraron varios problemas con las guitarras cosa que hizo que se pierdan de momentos. Esto no impidió que Manifiesto ponga el grito en el cielo y el publico coree a mas no poder contentos por la previa que vivieron con los thrasheros.

Llegado el turno de esperar el acto principal todavía se veían muchos huecos vacíos en el recinto, algo que sin duda sorprendió y quizá hasta preocupaba un poco. Pero para cuando el telón se abrió un grito masivo invadió el lugar dejando ver se había llenado de un momento a otro esperando lo que todos vinimos a ver. El primero en aparecer fue Paul Bostaph acomodándose en el batería seguido inmediatamente por el resto de la banda: Phil Demmel en guitarra, Kyle Sanders en bajo, Mike Osegueda en voces y el propio Kerry en la otra guitarra dando inicio al show que se basó  en presentar el nuevo material en su totalidad.  “Where I Reign” fue el primer tema haciendo que el público comience a saltar y a agitar todo el lugar.

Durante la noche pudimos apreciar un show sólido y potente, aunque con algunas cuestiones que lo opacaron un poco como el bajo volumen de las voces que hacía se perdiera el hilo de la canción. Mas allá de esto, el super grupo, pero en especial Osegueda, mantuvo enganchado al público en todo momento bajo una presencia y un carisma bastante importante en el escenario. A medida que transcurrió la velada hubo momentos altos con “Residue”, el corte difusión del album, “Toxic” y “Everything I Hate”. Si de momentos altos hablamos debo mencionar cuando se rindió un pequeño homenaje al gran Paul Di Anno tocando “Purgatory” y “Killers” del primer disco de Iron Maiden. La noche tuvo todos los elementos que se buscaban en un recital de este estilo y los presentes buscaban canciones de Slayer. Kerry King cumplió con “Repentless” y “Disciple”, pero sin dudas lo más festejado fue cuando Bostaph anunciaba con tambores que venía un combo que todos conocíamos “Rainning Blood” y “Black Magic”  y el grito de los metaleros retumbe en flores. Después llego el cierre mientras Osegueda agitaba diciendo que era el tema para que salten y rompan todo. Parecía algo clásico, sin embargo la elegida fue “From Hell I Rise” que si bien se festejó, dejo un sabor agridulce ya que se esperaba más de la época de Slayer.

Después de todo esto queda claro que Kerry King mantiene su espíritu musical, aquel que lo hizo convertirse en parte de los pilares del thrash metal y marcar historia.  Cumplió con un show que duro aproximadamente una hora y media. Como dije antes quizá dejo con ganas de más, pero esto, por suerte, recién comienza. Según palabras del propio Kerry se está trabajando en el sucesor de este primer disco y queda claro que si lo nuevo viene por este lado el resultado va a ser igual de bueno.

Por Fernando Gonzalez
PH: Cuervo Deth

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POR SIEMPRE FALLAR. Paradise Lost – El Teatrito (08/05/2025)

No estaba teniendo una gran semana. Las cuestiones de la vida adulta no me sonreían del todo y no encontraba consuelo. No lograba salirme de la situación que me aquejaba, pero al menos estaba la ilusión de poder asistir al concierto de Paradise Lost, una de las bandas que más aprecio. Su música siempre fue buena compañía en momentos duros (y en los buenos también). Verlos en vivo una vez más representaba una pequeña esperanza en un pasaje gris de la existencia. Poder cantar a viva voz algunos de sus clásicos siempre fue una caricia al alma. Un jueves de mayo me apersoné en la puerta del Teatrito. Entre cervezas y amigos esperé hasta que se hiciera la hora de ingresar.

Una creciente concurrencia de metaleros recibió con bastante respeto a Spiritual Rebel. Nunca había escuchado a la banda, así que no sabía qué esperar concretamente. Desplegaron su versión de stoner / groove metal recordándome a Black Label Society, Metallica y tal vez Danzig. Si bien no me convencieron del todo, debo reconocer que hubo tramos arrastrados de sus canciones que me resultaron irresistibles. Destaco también el hecho de enfocar sus líricas hacia un costado autóctono y nacional, eso siempre hay que valorarlo. Tras aplausos y las fotos de rigor se despidieron de las tablas.

Luego de una intro instrumental, los ingleses rompieron todo de la mano de «Enchantment» y el primer detalle que me hizo ruido se hizo presente: la puesta en escena más allá de escueta (tampoco le vamos a pedir un Eddie), me resultó sumamente mezquina. Las luces mayormente frías, entre azules y violetas, no hacían más que alejar a una banda de por sí distante. Por suerte, la contundencia de temazos como «Pity The Sadness» o «Faith Divides Us – Death Unites Us» derivaba en saltos, pogo y empujones que se entrelazaban con el entonar esas aplastantes letras, desembocando en una suerte de vista gorda sobre el detalle escénico. Pero en momentos menos populares como «One Second» o «The Devil Embraced», se hacía cada vez más evidente para mí la falta de cercanía no solo con el público, sino también entre los músicos. Nadie espera que bailen, pero en definitiva estamos celebrando su obra, su música. No dejaba de llamarme la atención. Hubo también algunos desperfectos sonoros, sobre todo en el comienzo, con la mezcla de los intrumentos un poco deficiente, dejando a la voz de Nick Holmes demasiado atrás. Así se diluyó el comienzo de «Forsaken», por ejemplo.

Yendo estrictamente a lo más destacable, sorprendió la inclusión de un temazo tan maldito como oscuro, «Eternal», que despertó las pasiones más desmedidas y el tribunero coreo de las gélidas melodías del gran Gregor Mackintosh. «The Enemy» fue otro bombazo de lo más festejado por el respetable, esta vez con un Holmes un poquito más demostrativo. Encima le pegaron «As I Die» y en el piso fue todo éxtasis. «The Last Time» arremetió con fuerzas, pero se presentó en mí la sensación de que todo iba demasiado rápido. Mentalmente contaba nueve canciones aproximadamente. La discreta comunicación de los góticos de Halifax tal vez exacerbó esta apreciación. Repentinamente estábamos saltando y cantando al son de «Say Just Words» y un segundo después la banda abandonaba el escenario. Un sentimiento de inquietud se apoderó de mi lado más pesimista. A los pocos minutos volvieron (ovacionados) y tocaron «Embers Fire» (uff!) y el bailable cover de Bronski Beat, «Smalltown Boy», aumentando la euforia del respetable. Pero «Ghosts», directo de Obsidian (2020), marcó el clavo final en el ataúd de este concierto. Y sin mucho más que regalar unas púas y palillos, los ingleses se retiraban del todo.

El sabor amargo se hizo ineludible: los clásicos estuvieron, los riffs, las melodías, los coros, las emociones a flor de piel, todo eso dijo presente, pero también la apatía, la falta de conexión y la sensación de «no entregan más de lo pactado». Siento que Paradise Lost no descolló. Hicieron lo mínimo e indispensable, pero no mucho más. Que está muy bien, pero uno espera un poco más de una banda que te desgarra el alma. Y lo cierto es que es lo mismo que sentí que cuando los vi por primera vez, en un Roxy hace más de 10 años. Creo que está todo dicho. Igual me sirvió, estoy mejor.

Por Boris Bargas
PH: Cuervo Deth

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Asspera



AGUILAS DE ACERO. Saxon – Teatro de Flores (08/05/2025)

Ver una banda de semejante calibre ya es un evento imperdible. Si encima vienen a presentar temas nuevos y tocar entero un disco fundamental, más imperdible todavía. Afortunadamente, estuvimos.

Vení que te cuento como estuvo.

Los recitales de Saxon son como tomarse una buena cerveza Guiness. Sabés exactamente que esperar, pero disfrutás cada momento. Basando el setlist en su etapa 80 – 84 – más los 2 singles de Blood, fire and damnation (1984) y la intro del mismo que sirvió a su vez como intro del show – la banda provenientes de Barnsley, Inglaterra, hizo vibrar al público con temas como “Power and the glory”, “Heavy metal thunder” y “1066”. Cuando terminó este último, Biff Byford (voz) propuso viajar en el tiempo hasta 1980. Había llegado el plato principal. La interpretación integra de Wheels of steel (1985). Pero antes pasó algo que le agregó una especia muy especial al banquete.

El cantante vió que entre la gente había tres muchachos con chalecos de la banda. Pidió que se los acerquen al escenario. Así es como durante toda ese segmento del recital, tanto Doug Scarratt como Brian Tatler (guitarristas) y el mismo Byford usaron los chalecos de 3 afortunados fans argentinos, mientras le rendían homenaje a un disco clave en la historia del NWOBHM – el New Wave of British Heavy Metal fue corriente de metal clásico surgida en Gran Bretaña a mediados de los 70s con Angel Witch, el primer disco de Def Leppard y obviamente Iron Maiden a la cabeza. La única palabra que se me ocurre para definir este momento es ‘vigencia’. Incluso, subo la apuesta. En mi opinión, bajar los tonos de las versiones originales hacen que los temas suenen más firmes y pesados. De esta parte de la noche, destaco “Motorcycle man”, “747 (strangers in the night)” y la canción que da nombre al álbum. 

Tras una breve pausa para volver a la realidad moderna, la banda volvió al escenario para tocar los bises de rigor. “Crusader”. “Denim & leather, “And the band played on” para cerrar la velada con el clásico de clásicos “Princess of the night.” Saxon es historia viva de este género que amamos tanto. Ojalá esta historia se siga escribiendo por varios años.

Antes de cerrar la reseña, quiero contarles un poco sobre la banda argentina que estuvo tocando antes de los ingleses. Interpretando un combo de covers y composiciones propias, Karkaman hizo un enérgico set que incluyó “Paranoid” (Black Sabbath), “Convicciones” (tema propio), “6 cilindros” (también tema suyo) y un final a todo trapo con “Highway star” de Deep purple. Si te gusta el hard rock, podés escuchar sus discos en los lugares de siempre.

Por Alejandro Williams
PH: Martes Rubí

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ATENDIENDO EL LLAMADO. Elnueveonce – Niceto club (27/04/2025)

Cuando a las bandas les ocurren cosas buenas, siempre es motivo de festejo. Si las buenas noticias son por partida doble, hay más razones todavia. Por un lado, hace poco se anuncio que van a estar en la proxima edicion del Wacken Open Air – uno de los festivales de metal mas importantes del mundo – representando a nuestro pais. Por el otro, hace poco mas de un mes lanzaron su nuevo material de estudio. Indudablemente, dos motivos dignos de celebrar.

Entremos que ya empieza.

Si a la salida de shows de ELNUEVEONCE alguien me pregunta que se siente, les responderia ‘descarga’; explicando que esta palabra tiene triple significado. Por un lado, la descarga de adrenalina que produce agitar con canciones como «Mientras respires» o «Abismo». Por el otro, la catarsis generada al cantar…perdon, gritar letras como la de «Desperte». Finalmente, la descarga de energia positiva que recorre tu ser al rodearte de personas que sienten lo mismo que vos, que estas en un lugar seguro con gente que te acompana. En otras palabras, sentir que «No estas solo».

Pero, como he dicho varias veces (te cuento un secreto para que quede entre nos; no soy el cronista mas creativo del mundo), las buenas letras quedan en eso sin musica acorde. Fusionando metalcore con post hardcore, nu metal, pop punk y demas influencias que dejamos en tus manos para cuando escuches sus albumes, cada instrumentación esta meticulosamente elegida para que los mensajes resuenen en tu mente con el mayor impacto posible. Si estos mensajes llegan con melodias pegadizas que te hacen desnucarte, mucho mejor.

Si la banda por si sola ya suena tremendamente potente, imaginen lo que suena con dos integrantes mas. Por un ratito fueron, primero quinteto y despues sexteto. Para «Gravedad» tuvieron a Luciano Farelli – integrante de Arde la sangre y Parteplaneta – en guitarra. Y en «No digas eso» subio al escenario Lucas Aguirre DARLOTODO Genova – haciendo su segunda aparicion de la noche. Un hermoso quilombo. 

La lista tuvo 22 temas, pero el público aún estaba sediento de mas cuando sonó el acorde final de «Manipulador». Necesitaban (necesitabamos) una más para darle el cierre ideal al evento. Cumpliendo con el pedido, nos regalaron un bis con «Rotos», que sonó aún más salvaje que cuando habia sonado antes.

Cuando termino el reci, Nazareno Gomez Antolini (Voz) nos dijo que ELNUEVEONCE es la suma de la banda con la gente. Esto lo demostraron cuando, al momento de la foto final, se bajaron del escenario para poder estar con el publico al momento que se disparen los flashes. Nosotrxs entregamos nuestra parte y ellxs la suya. Somos parte de un todo.

En un mundo tan confuso donde parece que todo puede explotar en cualquier momento, noches como la que vivimos son esenciales para recordar porque vale la pena seguir adelante.

Antes de cerrar está cobertura voy a contarles un poco sobre los grupos encargados de abrir cada jornada y por que vale la pena que los escuches.

Hacia el ocaso es un quinteto formado en 2014 que une su amor por el metalcore, post hardcore, trap y pop para dar forma a temas que mezclan melodia con ferocidad. Actualmente cuentan con 1 E.P. («Amanecer», de 2016) ademas de un larga duracion («Trscndr», lanzado en 2020). Si te gustan Dayseeker, Mi ultima solucion o Clay, pegales una escuchada. Seguramente te van a cebar. Del set que hicieron en Niceto, creo que «Infierno» y «Lagrimas» les van a dar una idea bastante clara de lo que se trata el asunto. Joya de la noche: Su versioin de «Duality» (Slipknot). Tenian bien claro que se iban a encontrar con gente que no los conocia y habia que hacer algo para ganarsela. Guiandome por los aplausos que recibieron, estoy seguro que asi fue.

Genova  es un cuarteto que nacio en 2013 con influencias que van desde Pearl jam hasta Korn y algunos tintes de progresivo. Al momento de publicarse esta resena, tiene 2 discos y 4 E.P. Perlas blancas de su show: «Jupiter», «Mohan grial» (con un solo final muy Slash) y una erizante version de «Given up» que seguramente pondria muy orgulloso al querido ChesterLinkin park, Korn, grunge, hard rock, prog. Si sos de escuchar alguno o todos estos generos, prestales atencion. Confiamos que te vas a enloquecer.

Por Alejandro Williams
PH: Martes Rubí

 

 




SE HA FORJADO UNA NUEVA ALIANZA. Sabaton – Teatro Flores (6-5-2025)

Sabaton, desde Suecia, se presentó por segunda vez en nuestro país en el marco de la gira Wars & Wolves Metal Fest. El festival contó en su primer día con lo suecos y el segundo día con los alemanes Powerwolf. El debut de Sabaton en Argentina ocurrió en el año 2016 con la gira presentación del disco The Last Stand, mientras que en esta ocasión la banda recorrió diferentes trabajos e hizo foco en los clásicos de su carrera. La fecha tuvo lugar en el Teatro Flores, con entradas totalmente agotadas, y las bandas locales en presentarse fueron Innerforce y Lorihen.

Con suma puntualidad, Innerforce arremetía en el escenario con su heavy power metal, conocido por los seguidores del estilo y porque ya suman un buen número de eventos internacionales en su haber. Por suerte para ellos, desde la apertura de puertas, muchísima gente dijo presente y el ambiente con el que contó la banda fue excepcional. Si hubo, además, un condimento extra en su presentación, fue la reciente noticia de que su bajista, Agustín Oettel, dejará de formar parte de la banda, luego de 10 años compartiendo aventuras y escenarios.

Con casi la totalidad de la gente adentro del teatro, Lorihen salía a hacer lo suyo. Los comandados por Emiliano Obregón, guitarra y único miembro fundador, vienen de presentar su último trabajo titulado La Magia del Caos en el año 2023. Con un approach mas direccionado al hard rock, la banda interpretó sus clásicos de antaño como «Bajo la Cruz», como así también sus temas mas actuales y dejó tanto el escenario, como al público, listos para lo mas esperado.

Que las entradas estaban agotadas ya se sabía con mucha anticipación, por lo que las expectativas de un gran marco eran altas. Aún así, esas expectativas fueron ampliamente superadas, incluso momentos previos a que Sabaton saliera a escena. La ansiedad era palpable, la energía ya se desprendía entre los fanáticos de la banda. Los suecos aparecieron con una intensidad brutal, con «Ghost Division» haciendo delirar a los presentes que se alzaron en un grito descomunal con el primer «leading the way!» y acompañando cada estribillo y hasta estrofas enteras. Seguida casi sin descanso y hasta superando en energía, «The Last Stand», y de nuevo, el jolgorio y la algarabía de un público totalmente entregado.

No son muchas las veces donde se ve tanta energía emanada por una banda, repercutiendo en el público, y éste a su vez, devolviendo aún mas energía. Y ésto es algo que tuvo inmediata reacción en los músicos suecos, se los veía sonreír entre sorprendidos y perplejos, mirándose entre ellos con incredulidad. Apenas empezada la noche, Joakim Broden, siempre carismático y conversador, tuvo palabras que parecieron sinceras y genuinas, expresando lo grandioso del público argentino.

Cuando la velocidad e intensidad descansaban, se daba lugar a lo épico y a lo más sentimental de la banda. Tal es el caso de «Bismarck», con su estribillo heroico y triunfal. Y de nuevo y con el riesgo de ser reiterativo, la gente se desgarro las cuerdas vocales acompañando cada estrofa y cada estribillo. La mayoría de las remeras pertenecían a Sabaton. Y en cuanto a las edades, si bien reinó un público que promediaba los 40, también se vio mucha juventud.

De la misma manera que al inicio lo hizo Broden, promediando el show, quien tomó la palabra fue Par Sundstrom, para nuevamente hacer mención a la gente y a su entrega total para con el show. Esto no hizo otra cosa que potenciar más a los presentes. Ya a esta altura, uno podía apreciar que algo especial estaba sucediendo entre banda y público.

Los clásicos siguieron, los estribillos bélicos, monumentales y majestuosos no faltaron. De la misma manera, los puños en altos, el pogo y las cánticos no fueron pocos, sino todo lo contrario.

Uno de los momentos de la noche, cómico sin dudas, se dio con Broden colgándose una guitarra de Hello Kitty, bromeando con Hannes Van Dahl (batería) y tocando los riffs iniciales de «Master of Puppets», para luego dar lugar a «Resist and Bite».

Los momentos más álgidos y explosivos de la noche se dieron con clásicos como «Carolus Rex» (versión en sueco, con la gente acompañando en inglés), «Shiroyama», «Primo Victoria» y con la que cerró la noche, con un recinto prendido fuego, «To Hell and Back».

La presentación de Sabaton en el Teatro Flores será recordada como aquella en la que banda y público forjaron una nueva alianza. A partir de ahora, cada visita, esperemos que abunden, será un reencuentro emotivo, intenso y esperado por ambas partes.

Por Juan Cordiviola
PH: Producción / Maru Debiassi




LOBOS Y PECADORES. Powerwolf – Teatro Flores (07/05/2025)

La banda alemana Powerwolf tuvo su segunda cruzada por el país, esta vez de la mano de la gira mundial War & Wolves, que compartió junto a Sabaton y que concluyó el pasado 7 de mayo en el Teatro Flores. Asimismo, Powerwolf vino con la intención de presentar su más reciente disco Wake Up The Wicked, que publicaron el pasado 2024, por lo que el setlist estuvo cargado no solo de los clásicos infaltables como “Army of the Night” o “Sanctified With Dynamite”, sino también de las esperadas nuevas canciones como “Heretic Hunters” y “We Don’t Wanna Be Saints”, entre otras. 

La noche reunió una gran diversidad de personas que ondeaban la bandera del power metal; desde fanáticos de todas las edades que ya cargaban la noche anterior de Sabaton con ellos, un grupo que homenajeó con su vestimenta a la banda Dogma, que se presentó el pasado 29 de abril, y hasta un admirador que llevó parte de su fursuit al concierto. Todos presentes desde el inicio del show, que fue de la mano de las bandas teloneras Helios  y Azeroth, quienes de principio a fin de su set, lograron conectar perfectamente con el público, creando sus propias hinchadas y pogos durante todo el set. 

Para cuando ambas bandas terminaron, la impaciencia del público ante lo inminente, se hacía notar con aplausos y gritos durante la preparación del escenario.  

Finalmente sucedió, Powerwolf se hizo presente en el escenario, y Bless ‘Em With The Blade” comenzó a sonar, provocando rondas y algún que otro vaso volando sobre las cabezas del público. Un par más de canciones sonaron hasta que la voz de la banda, Attila Dorn, le concedió un descanso al público para presentarse con tal calidez y alegría que logra disfrutar la intimidad que puede generar un espacio como Teatro Flores. Y sí bien toda la banda desborda ese carisma que el público adora, la dinámica que Attila mantiene durante el show con el pianista Falk Maria Schlegel se roba el show. 

Cada tema fue presentado con un nivel de español que probó no solo entendimiento real de la lengua, sino del público que tenían enfrente, un público al que la banda hizo cantar a todo pulmón, el favorito de muchos: “Armata Strigoi”. A pedido del grupo, primero cantaron los del campo, luego los de los balcones izquierdo y derecho, y finalmente Attila logró hacer cantar a los miembros de seguridad que cubren la valla del escenario, recibiendo ovaciones de todo mundo.

La estética y letras de la banda, que ahondan en temas de la inquisición, guerra e historias de varios periodos de tiempo, se mezcla tan bien con la armonía y potencia que caracteriza el sonido de la banda y al power metal como subgénero, como lo hace con la belleza del Teatro Flores que acompaña con sus propios detalles brillantes y dorados que solo genera más sentimientos de inmersión y hasta epicidad para una banda a la que ambos atributos le sobran. 

Luego de “Blood For Blood”, el show comenzó a dar fin. Durante las últimas tres canciones restantes, Powerwolf entero estaba extasiado con el público argentino que continuaba pidiendo más, hinchando y vitoreandolos a uno por uno de los miembros que se fueron presentando en el escenario para lentamente afirmar la despedida. Nadie que haya estado en aquella noche llena de power metal, alegría e historia podrá negar la fuerte conexión que se sintió entre el público y los músicos, que para fortuna de los fanáticos, prometieron volver al país. 

Por Uriel Hernandez Matusevich























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