
El debut de Aaron Briglia en las filas de Helker reemplazando a Diego Valdez dejó un saldo netamente positivo, dejando de relieve que el ‘alma de fuego’ de la agrupación sigue ardiendo con renovada ignición.
Cuando una banda tiene que acarrear con la tarea de sustituir a su vocalista, ésta puede llegar a volverse por demás adversa. Sobre todo si la persona a reemplazar ya se había forjado de un nombre y una identidad tan singular que hasta en algún punto fuera el elemento más contundente que había catapultado a la agrupación a hacerse de cierto peso en la escena: Diego Valdez es considerado por muchos entre los seguidores del heavy metal nacional como el vocalista más sobresaliente de nuestro país, dejando una mochila por demás pesada al incógnito que tuviera que hacerse con su labor de allí en adelante. Pero afortunadamente, la salida de Valdez de Helker se dio en los mejores términos, llegando a incluso a proponer y trabajar arduamente durante varios meses con quien sería su reemplazo.
Trazando un paralelismo con las agrupaciones que hicieron grande a este género en un comienzo, podemos ver casos en donde un gran vocalista fue reemplazado con otra gran voz de renombre, (como es el caso de Black Sabbath con Ozzy y Dio), casos en donde la incorporación de un nuevo frontman terminó dándole un rumbo distinto al estilo de la banda (Iron Maiden con Dickinson y Bayley), y casos donde el reemplazo contaba con un registro lo más similar posible al reemplazado (Judas Priest con Halford y Owens). En el caso de Helker, nos acercamos más a la última opción de esta triada; el elegido fue Aaron Briglia, quien fuera vocalista de las emergentes bandas Hyedrah y Crytical, así como también la voz en vivo de Azeroth por un tiempo.
El conteo regresivo hacia la prueba de fuego el día siete del mes siete del año 2017, vino acompañado de múltiples notas radiales, así como también una mini-presentación acústica en los estudios de la Rock & Pop, que sólo sirvió para acrecentar las ansias entre la fiel base de seguidores que arrastra el quinteto porteño. El lugar elegido fue The Roxy Live; probablemente la opción ideal teniendo en cuenta el balance entre capacidad, buena acústica y los cómodos horarios que se manejan en la Capital Federal para los espectáculos musicales.
Tras las presentaciones de Pacífica y Nuestra Sangre, bandas invitadas para calentar las tablas, llegadas las 21 horas, la intro «Génesis» servía como aperitivo para lo que sería una velada inolvidable, y tan solo fueron necesarias las primeras notas de «Redención» para encender la llama que hiciera entrar en combustión a los presentes, mostrando a un Aaron Briglia pletórico, emocionando a cualquiera que tuviera sangre en las venas, y destruyendo cualquier duda e incertidumbre sobre el futuro de Helker hasta hacerla añicos, y por sobre todo, dejando en claro que la elección del quinteto había sido por demás acertada.
La fluidez en la ejecución del repertorio por parte del resto de los miembros no dejaba de resaltar; sabían que comenzaban una nueva etapa, que habría un público expectante buscando respuestas a sus dudas y preguntas, qué el show de esa noche marcaría un punto de quiebre en la historia de la agrupación. Y sin embargo, nada de eso jugó en contra; llevaron a cabo cada corte con tranquilidad y confianza como si de un ensayo se tratara, dando el 100% de su entrega, y en donde las sonrisas y la alegría no dejaban de decir presente. Pero por sobre todos ellos, el inmenso entusiasmo del recién incorporado era el más sobresaliente; interactuando con el público de una manera constante, invitando a los espectadores a formar parte de su rol con las líricas en reiteradas oportunidades y llenando su boca con palabras de elogio y agradecimiento por la cálida bienvenida.
Por supuesto que la excusa seguía siendo presentar su flamante nueva producción «Alma de Fuego» (2017), por lo que el set se basó en gran parte en la inclusión de los cortes más recientes; tal es el caso de «Golpe por Golpe», «Más que el tiempo y la distancia», «Castillo de Cristal», «Volverte a Ver» y «Alma de Fuego»; y también hubo lugar para algunos inéditos, como el caso de la rápida «Seremos lo que Fuimos» y la rockera «Lágrimas de Sangre», que tenían su bautismo de fuego sobre las tablas, todas ellas celebradas fervorosamente por los presentes.
También hubo tiempo para abrir el arcón de los recuerdos y volver a sacar brillo a algunas gemas que no habían visto la luz en algún tiempo, tal es el caso de «Nunca más» que había sido interpretada por última vez hacía más de un año, o «Fantasmas del Pasado» otra favorita infrecuente. Y por supuesto, también había lugar para esos clásicos infaltables que no importa cuántas veces los escuchemos; siempre los cantaremos a voz viva. Una a una fueron desfilando la rápida «Lo que quieras ser», la poderosa «Falsos Profetas», la nostálgica «En mis sueños» y la rimbombante «Viento y Fuego» para hacer delicias de los oídos de la concurrencia.
Llegando al final, la infaltable «Resistir» terminó por arrancarle las cuerdas vocales a más de uno de los espectadores, para dejarle el broche de oro a la emotiva dupla protagonizada por «Igual que a vos» y «Sueños», encargadas de ser el punto final de los shows de Helker desde hace ya mucho tiempo, junto con «Redención», la cual sorpresivamente cumplió el rol de ser el número de apertura en esta oportunidad.
Así se bajaba este renovado Helker de arriba de los escenarios del recinto porteño del barrio de Palermo, dejando en claro que en realidad, nada ha cambiado; la contundencia y la efectividad de las canciones del quinteto no han menguado ni un ápice y sólo queda mirar hacia adelante de cara a un futuro más que prometedor. «No hay poder que a tus sueños puedan derribar» y el sueño de Helker, sigue absolutamente intacto.
Galería de Fotos:
Cronista: Rodrigo Garbini
Fotógrafo: Emanuel Ayala
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