Lörihen – The Roxy Live (01-12-2017)

Por muchísimos factores esta no fue una fecha más de Lörihen. En primer lugar, fue el último show de un año intenso de trabajo para la banda, que los tuvo de gira por todo el país, celebrando el décimo aniversario de su disco “Bajo La Cruz”. De acuerdo a las declaraciones de sus músicos, luego de esta presentación en el Roxy de Palermo, pasará un buen tiempo hasta que tengamos la posibilidad de verlos nuevamente sobre las tablas ya que a comienzos del año próximo estarán metidos de lleno en su nuevo disco. Y sin dudas el otro acontecimiento que hizo de esta fecha una más que especial fue que se trató del último show de Julián Barrett (guitarra) luego de compartir 17 años junto a la banda. No cabe duda alguna de que, en muchos sentidos, aquél primero de diciembre de 2017 marcó el final de un capítulo en la historia de Lörihen. Razones más que suficientes para que el evento haya alcanzado un “Sold-out” en la venta de entradas. De modo que el marco para la fiesta fue más que ideal.

Pasadas las nueve de la noche, como es habitual en sus shows, comienzan a sonar las primeras notas de “Bajo La Cruz” (el tema) y en un instante los músicos ya estaban sobre el escenario. Al comienzo, se percibió un volumen demasiado alto; y más allá de algunos contratiempos que requirieron la intervención de sus asistentes (en especial, en la guitarra de Emiliano Obregón) en líneas generales la banda sonó correctamente. Fue así como durante casi dos horas recorrieron prácticamente todas sus etapas y hasta hubo tiempo para algunas sorpresas. A estas alturas, de su material más reciente, “Extraños Signos”, “Aún sigo latiendo” (del disco homónimo), “Muro del silencio” y “Cuando tus brazos caen” ya alcanzaron el status de clásicos, convirtiéndose en obligatorias en sus shows. Para la última mencionada, contaron con la habitual colaboración de Andrés Blanco de Crytical en teclados (el sexto Lörihen según el cantante Lucas Gerardo) quien también tendría más intervenciones a lo largo del set.  También tuvo varias intervenciones el guitarrista Ezequiel Catalano, otro músico que hace rato viene trabajando con la banda, quien en breve ya pasará a ser un miembro estable. Pero sin dudas una de las primeras sorpresas vino de la mano de “Guerra Santa”, un clásico del ya lejano LP “Paradigma” (2003) que hacía rato que lo tenían encajonado, y que aparentemente por la insistencia de alguien del público finalmente la tocaron; y qué mejor manera de recrearla que con su vocalista original, Javier Barrozo, quien también reaparecería para ponerle voz a los temas pertenecientes a su primera etapa que sonaron aquella noche. Anoten estas bombas: “El último eclipse”, “Realidad virtual”, “Utopía” y “Traidor” fueron cantadas a dúo entre Javier y Lucas, marcando sin dudas los momentos más vertiginosos de la noche y mostrando la faceta más Power Metal de la banda.

También hubo espacio para balancear ante tanta adrenalina con un mini set acústico, un formato al que según Emiliano Obregón le van tomando “cada vez más cariño”, recordándonos que fue así como se presentaron hace muy poquito en el Luna Park abriendo para nada más ni nada menos que para Helloween. Y así desfilaron “El secreto más perverso” y “Sólo tus ojos”, también con el acompañamiento de Andrés Blanco, sellando el momento más calmo de la velada. También hubo tiempo para que haga su debut en vivo “Cenizas del dolor”, la rockera y oscura que la banda lanzó su videoclip a principios de este año y que con su sentida letra nos recordó la problemática de la violencia de género.  Y por si no fueron suficientes sorpresas, un divertido popurrí conformado por “Enter: Sandman”, “Symphony of Destruction” y “Highway to Hell” (¿hace falta aclarar de quiénes?) con todos los músicos invitados arriba del escenario nos condujo hacia el final que, como también es habitual, llegó de la mano de “Vida eterna”.

La despedida fue muy extensa y no  era para menos. El último show junto a Julián Barret, luego de compartir tantos años, fue sin dudas una postal por demás emocionante. “Soy muy boludo para estas cosas, porque me emociono fácil” confesó entre risas amables Emiliano Obregón “pero lo importante es que la salida de Julián es en buenos términos y de la mejor manera para todos”. De modo que lo que viene representará todo un desafío para Lörihen; encarar una nueva etapa y preparar un nuevo disco para que renueve su repertorio. Pero con el talento de estos músicos, que siempre lo demuestran sobre las tablas, podemos esperar lo que vendrá con mucha fe.

Cronista: Juan Manuel Guarino




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