
Un dia Marty Friedman, sin mayor seguridad que sus deseos, decidió dejar atrás su vida en Estados Unidos – la vida de una estrella de rock, guitarrista de una de las bandas de metal más populares del mundo – y enfilarse hacia la tierra del sol naciente para establecerse y tocar la música que desde hace años le brotaba de los dedos. El guitarrista oriundo de Washington visito nuevamente la Argentina, esta vez como embajador cultural del Japón, una visita ilustre en el marco de la celebración de los 120 años de relaciones diplomáticas entre ese país y Argentina. ¿Qué lo llevo cambiar de manera tan radical su vida? ¿Como hermanar el heavy metal y la televisión nipona? El hombre de los rulos hablo de todo. Bueno, de todo salvo de Megadeth.
Y es que esa fue la única condición del guitarrista, “No Megadeth questions”, aun asi Friedman mostro facetas personales de su relación con la música y la cultura asiática que ahora lo recibe como a un local. Esa conexión natural surgió muy temprana y de manera natural durante su estadia en Hawaii – si, la isla – donde la cruza de culturas fue uno de los condimentos explosivos en la música de Hawaii, la primera banda seria del músico.
Como guitarrista reconocido internacionalmente, Marty ha tenido la oportunidad de estar en contacto con diversas culturas y sobre esta dinámica indico “No creo ser el único músico que siente otras expresiones culturas como propias. Tomar música y cruzar el océano, llevándola de un lugar a otro, es genial. Vine a Argentina a tocar música local, de alguna forma la internalice y luego la lleve a Japón. Sucede también a la inversa, eso es lo interesante.” En sus palabras, lo que capturo su corazón al punto de mudarse a Asia “Antes que nada la música. Nací en Estados Unidos, soy muy Estadounidense pero creo que mi identidad musical es mas grande que mi nacionalidad. Tocar música en Japón me resulta muy natural porque el ambiente musical mismo me hace feliz […] En la música nipona prima la melodía, tal vez en otras culturas el ritmo es lo predominante, pero allí la melodía lo es todo. Toques rock, blues, heavy metal, es importantísimo tener una melodía y poder transmitir lo que queres decir entre esas líneas y arreglos. Desde siempre fui alguien muy enfocado en la melodía así que me sentí cómodo de entrada”
Hablando sobre el show del teatro Caras y Caretas, la banda que lo acompaña es mayormente originaria de Japón salvo por el guitarrista nacido en Arizona, quien no habla ni una palabra de Japonés pero se puede comunicar con el resto de los músicos de alguna manera a la hora de tocar. Marty se refirió a ellos como una familia con la cual viaja por el mundo interpretando la música que aman.
Por un largo tiempo Friedman se desempeño como host de televisión en un programa de variedades, un rol que ocupo por casi 700 episodios transmitidos en la TV nipona donde se mezclaba humor, música y actualidad. El guitarrista tomo esta experiencia como un desafió, un ejercicio constante y de alta presión para utilizar el idioma japones y adentrarse en la cultura que hoy lo recibe como local. En sus palabras «mi plan inicial siempre fue la música, pero pasar por la tele fue emocionante, los tiempos de la televisión mantuvieron mi cerebro joven y activo».
Remontándose al pasado (claro que evitando referirse a su paso por la banda de Mustaine) Marty comparo dos discos tan alejados en el tiempo como “The Natives Are Restless” de Hawaii , lanzado en 1985 y “Wall of Sound” de 2017. ¿Qué cuestiones siguen presentes y cuales han cambiado en todo ese tiempo? “Es la misma identidad, lo que cambio es que con cada disco aprendes a controlar la calidad. Cuando sos adolescente no podes controlar nada. No tenes plata, no tenes la técnica, la tapa del disco la hace la novia de alguien… A medida que seguís tocando, aprendes a alejarte de las cosas que hacen malo el producto y aprendes a rodearte la gente perfecta, los estudios perfectos, los demos perfectos para que el resultado sea el mejor posible. Cuando sos joven tenes ese mismo ansia pero no tenes aun la capacidad de controlar la calidad de lo que haces. Creo que eso es el mayor reto para cualquier músico en cualquier ámbito, esa es la mayor diferencia a través de los años.”
Recordando también su anterior paso por Argentina, cuando toco junto a Escalandrum y Pipi Piazzolla, recuerda la sorpresa que se llevo al ver la actitud del público y lo fervoroso que estaba. Por supuesto que las canciones no eran pesadas, pero los presentes estaban encendidos y coreaban cada canción como si fuesen los Beatles. Esto sorprendió a los músicos japoneses que lo acompañaron, quienes no estaban acostumbrados a tal recepción. “Supongo que los fans aca son así con todos los músicos, pero espero que haya sido solo por nosotros, quiero sentirme especial (risas)” concluyo.
Friedman, un icono de la guitarra moderna, adorado especialmente aquí por su histórico paso por una de las formaciones de Thrash Metal mas legendarias de todos los tiempos. Marty, el pibe de rulos que rugía riffs tajantes el Hawaii y el señor simpático que disfruta viajando por el mundo y llevando su amor por el metal y la cultura Japonesa a cada rincón. Todas esas facetas del artista confluyeron en el auditorio de la Usina del Arte. Saludo mediante, el guitarrista agradeció por el recibimiento y se marcho para prepararse para lo que quedaba de esta peculiar pero interesante gira por el país.
Cronista: Ian Undery