
El 20 de Junio, en conmemoración al fallecimiento del general Manuel Belgrano se celebra el Día de la Bandera. Almafuerte siempre se caracterizó por congregar a su público con motivo de festejar estas fechas patrias y esta no fue la excepción. Anunciaron una nueva fecha en el Estadio Malvinas Argentinas, recinto al que regresaron después de la despedida de año del 2014. Otro dato de color del show era la salida a la venta en formato físico del nuevo álbum solista de Ricardo Iorio, Atesorando en los Cielos. En esta ocasión, la banda comandada por Ricardo Iorio y Claudio Marciello fue la única banda de la noche, sin bandas soportes. De esta forma la única previa al show fue la reproducción del Himno Nacional Argentino, el cuál fue cantado, coreado y hasta pogueado por los presentes que iban llenando el estadio, cuyas plateas estaban prolijamente adornadas con los colores de la bandera.
A las 21:30 puntual salió a escena el conjunto pesado más convocante del ámbito local con “Orgullo argentino”, a tono con la característica de la jornada. Sin embargo, luego de la primera estrofa recitada sorprendieron enganchándola con “Trillando la fina”, uno de los temas más logrados de su última producción a la cuál le da nombre. El buen sonido fue una constante a lo largo de la noche, permitiendo apreciar claramente el magistral sonido de la viola del Tano Marciello acompañado por una base sencilla pero certera a cargo de Bin Valencia (batería) y Beto Ceriotti (bajo). “Patria al hombro” de Ultimando (2003) con imágenes de Perón proyectadas en las pantallas y “El visitante” de A Fondo Blanco (1999), su clásico dedicado a los ex combatientes de la guerra de Malvinas, continuaron en la misma tónica. Un gran momento fue con “Yo traigo la semilla” de Ultimando (2003), siendo esta la segunda vez en el año que ejecutan la excelente interpretación realizada del tema “Cabeza de tractor” de los uruguayos Cuchilla Grande. Con “Convide rutero” de A Fondo Blanco (1999) bajaron un poco las revoluciones en una canción siempre emotiva.
La lista en líneas generales se mantuvo dentro de los estándares de los últimos años, no obstante el público nunca dejó de agitar fervorosamente en cada canción y aplaudir cada uno de los clásicos decires del frontman del grupo. El show tuvo como condimento especial la participación de varios músicos invitados. Primero subió Marcelo Bray, desde Bahía Blanca, quien ya se había encargado del bajo en el flamante disco solista de Ricardo. En esta ocasión, Beto Ceriotti le cedió el instrumento para una potente versión de Triunfo, que nunca falla en ser uno de los temas más explosivos del show. Inmediatamente salió Luciano Napolitano a repartir dosis de rock en “Donde está mi corazón”. Pero indudablemente Maikel y el Mono de Kapanga fueron los invitados más sorpresivos al venir de otro palo musical, aunque quizás no tanto si recordamos la breve aparición de Iorio en la película de dicha banda. De esta forma “Debes saberlo” sonó a dos voces y con una gran interpretación del guitarrista de la banda quilmeña.
Como siempre, el Tano Marciello tuvo su momento estelar en soledad arriba del escenario, luciéndose como pocos con su guitarra electroacústica en canciones como “De pie” Y “Caballo negro”. Nuevamente con Iorio sobre las tablas, se despacharon con un excelente tema que no tocan muy seguido y que tiene la particularidad de ser la primera composición de Almafuerte: “Zamba de resurrección”, incluida en Mundo Guanaco (1995). Volviendo a los tiempos más actuales de la banda, sonaron la emotiva “Mi credo”, “Pa’l recuerdo” y “Glifosateando” de Trillando la fina (2012), además de “Pensando en llegar” de Toro y Pampa (2006). Un tema siempre pedido por el público es “Ser humano junto a los míos”, aunque esta vez hubo que quedarse con las ganas, ya que Ricardo avisó que el Tano la dejó afuera de la lista. De todas formas, en su lugar ejecutaron “Niño Jefe” del genial disco homónimo de 1998, con una destacada letra que versa acerca de una especie de Robin Hood de la villa asesinado por la policía. Su disco Toro y Pampa se puede decir que ya es un clásico, a juzgar por el enorme recibimiento que tienen temas como “La máquina de picar carne”, con su insólito pero alegre estribillo, y “Toro y pampa” en donde casi 8000 personas corearon al unísono la contagiosa melodía de guitarra. El grupo fue arrimándose a la tranquera como acostumbran con un doblete infernal: “Almafuerte”, el tema que le da nombre al grupo dedicado al maestro que combatió la ignorancia sin honores ni títulos, y el canto a la amistad por excelencia “A vos amigo”. Así culminó otro gran show de lo más grande del heavy nacional, que jamás defrauda y se mantiene en plena vigencia.
Galería de Fotos:
Cobertura: Sebastián De la Sierra
Fotografías: Caro Staley
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