
En Colegiales se vivió una auténtica fiesta de heavy metal. Gier se calzo el cuero y las tachas para dar lugar a la presentación de Thunder Strikes Again, el esperado disco debut de los muchachos de Steelballs.
La banda oriunda de la cuidad de Campana ya había dado que hablar con su EP debut hace 2 años, trabajo que contó con tres excelentes canciones que la ubicaron en el mapa de la incipiente escena de metalera tradicional del país. Finalmente en agosto del corriente año Thunder Strikes Again vio la luz, y era menester una presentación en sociedad a todo trapo. Junto a ellos, fueron de la partida Interceptor, Metaluria y Velocidad 22, tremendas bandas que dan cuenta del formidable presente que vive la escena. Durante la semana la expectativa se hizo sentir y eso pudo notarse por el gran número de heavys que estuvieron inclusive antes de que el local abriera sus puertas.
Los encargados de dar el puntapié inicial fueron los muchachos de Interceptor. Ser los primeros nunca es fácil, pero estos tipos tienen con que. Canciones como «Devorado de Mares», «El Camino de la Muerte» y «La Cúpula del Trueno» lograron subir la temperatura a la noche, calentando la garganta del público presente y llegando a su punto culmine con una versión de ‘Return of the Warlord’ de Manowar. Así arrancó la noche y lo que faltaba…
El turno siguiente fue el de Metaluria que tomo por asalto el escenario para hacer brillar el acero una vez más. Fuerzas en la Noche (2017) es el disco debut de la banda y de este sonaron «Heavy Metal», «Agitador» y «Fuerzas en la Noche», como así también material nuevo «Rompe la noche», para coronar su presentación interpretaron «Fast as a Shark» de los alemanes Accept.
Velocidad 22 le subió aún mas la temperatura a la noche. Entrelazando canciones de sus 2 discos hasta la fecha, los veloces le rindieron culto al acero con cañonazos tales como «Ojos del mal», «Reincidente Nocturno», «La Brigada Beoda» y «Alas Metalizadas». El acero alemán volvía a dar presente de la mano de «Midnight Mover», festejado como un gol sobre la hora. Ya a esta altura el clima era de fiesta total; las bandas habían dejado todo en el escenario, el público colmaba cada rincón de Gier, las caras amigas se multiplicaban y los copetines no daban tregua. Estaban dadas las condiciones para el plato fuerte de la noche.
Luego de unos minutos que sirvieron de descanso, llego el momento de que el trueno impacte con toda su fuerza. Steelballs salió a escena con el cuchillo entre los dientes y decidido a no dejar nada en pie. «The Oath» dió inicio a la velada e hizo alzar el puño mientras que el arranque de «Ancient Fire» hizo agitar la cadera a mas de uno. Desde el minuto cero el sonido fue claro, fuerte y al frente, como debe ser. Paolo Rossi y Mario Mansilla se acoplaron perfectamente y nos regalaban una perfecta combinación de velocidad y melodía en partes iguales. Los banners y la pantalla en perfecta sincronización con las canciones le debieron un marco especial a la presentación, gran punto a destacar. La banda estuvo más ajustada que nunca.
«Inquisitor of Faith» sería una vieja conocida que dio paso a «Night of the Reaper» con su arranque a pura velocidad y J.P. cerrando con un agudo imposible. Sin dudas, el punto álgido en la noche y particularmente la canción es de mis favoritas del disco. «Out in the Streets» destila rock and roll y ya se erige como un favorito popular y que quizás pronto tenga videoclip.
«Farewell’, otra de las canciones del ep que sería regrabada para el disco, dijo presente en la húmeda noche del sábado, mientras que las gaitas se harían sentir en «Highlands Calling». Ya casi para el cierre llego «The Immortal» y «Behind The Mask», completando el disco, que además de haber sonado en su totalidad, respetó el orden del mismo.
Nicolás Gimenez, quien nos regaló un gran solo de batería, que al contrario de lo que sucede generalmente, no abusó de su duración. Rápidamente los actores vuelven a escena para rendirle homenaje a Helloween con una tremenda versión de «Heavy Metal (is the law)», ciertamente una de sus mayores influencias.
Aquella canción que inicia el ep esta vez sería la encargada de ponerle fin a una noche para el recuerdo: «Steelballs.» Una verdadera celebración en donde el corazón era el motor que impulsaba todo y que ningún desvarío climático pudo apagar. Otra batalla ganada por el Heavy Metal.
Cronista: Martin Tula
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