El viernes pasado la oscuridad se apoderó de la ciudad de Buenos Aires, así como una fuerza nos toma de la mano y nos arrastra hasta lo mas profundo y oscuro de nuestro ser. Y en una noche extremadamente calurosa y pesada The Rasmus se presentó en el Teatro Vorterix con su tour «Dark Matters», donde la banda local que pre-calento los motores fue Le Temps.
Siendo la segunda visita al país de la banda, colmaron el teatro Vorterix de mujeres, que más allá de lo que puedan creer o catalogar había jóvenes de todas las edades, sé lo que se estarán preguntando o diciendo sobre The Rasmus donde muchos creen que su apogeo fue allá por 2003. Al igual que a ustedes me retumba en la mente cómo conocieron a la banda estas personas, donde comprendo que quienes rondan los 30 lo vivieron en su adolescencia pero los más jóvenes no comprendemos como fue su llegada. Pero si podemos decir que es una banda mítica por ley, en el dark side, esa banda por cabecilla que tenes para los momentos mas tristes y melancólicos, en donde te hundís en la depresión porque pocos son sus temas movidos y ese es su sello.
En esta oportunidad, al tener como referente su visita del año pasado y ya siendo la presentación de su nuevo disco, tenia la idea que iban a tocar más temas nuevos pero no fue así, lastimosamente por un lado repitieron en cierta forma el setlist en distinto orden tocando únicamente «Wonderman» como tema nuevo.
Por otro lado, se noto a una banda mas suelta, relajada al ya conocer a sus fans, donde en esta oportunidad su cantante Lauri se dio el lujo de no peinarse con las plumas negras (su sello allá en los inicios). A pesar de todo fue un show impecable, donde las presentes no pararon de gritar ni un instante, hasta el punto que era imposible escuchar cuando hablaban los músicos.
Lauri las sedujo con su melancólica voz cantando aquellos grandes clásicos «Time to Burn», «Guilty», «No Fear», «Justify», «Livin´in a world without you», «In my life», «Sail away», «In the shadows», entre otros. Aunque su esbelta figura no dejo de moverse constantemente por todo el escenario saltando de principio a fin, con contraluces constantes y un lúgubre clima. Se dieron el placer de hacer un mini set acústico con «Still Standing» y «Not like another girls». Para no ser poco su bajista Eero canto en español con una guitarra acústica unas estrofas de «Besame mucho».
Culminado una noche melancólica, por momentos de mucha euforia con la promesa de que regresaran, y hasta quizás con un disco nuevo, solo nos queda esperar que los fineses regresen a nuestras tierras con su oscuridad embriagadora.
Galería de Fotos:
Cronista y Fotógrafa: Cynthia Zelarayán
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