Ácido Argentino Aniversario – Estadio Obras (22/12/2018)

Suelo tener sentimientos encontrados con este tipo de eventos. Por un lado soy de los que sostiene que apelar tanto a la nostalgia a la larga termina generando problemas para que nuestra escena crezca, habiendo tantas bandas interesantísimas para escuchar y darles una oportunidad. Justamente la noche anterior, Emiliano Obregón se presentó en el Roxy de Palermo con su banda Lörihen (ver crónica aparte) e hizo referencia sobre el apoyo que hay que darle a las bandas más jóvenes. Pasar en menos de 24 horas de un Roxy apenas concurrido a un Estadio Obras rebalsado de gente (pese a que las entradas no estaban nada baratas y atendiendo siempre el difícil momento de nuestro país) debería ser muestra suficiente para advertir que nuestro público es muy conservador. Por otro lado, tampoco se puede negar que cuando hablamos de “nuestra escena” hablamos de una entidad constituida sobre nuestra historia ¿Y quién puede negar que Hermética sea parte esencial en la construcción de la identidad de ése ente? “Acido Argentino” (1991) es quizás el disco más emblemático del Heavy Metal vernáculo y tener la posibilidad de presenciar estas canciones que marcaron tanto el corazón de los fanáticos, ejecutadas por tres de las cuatro partes que les dieron vida originalmente, potenciadas además por el valor simbólico que le puede dar cada quien ya sea porque formó parte de los legendarios Obras de 1993 que Hermética inmortalizó y ahora quizás vuelve con sus hijos; o ya sea porque por primera vez en su vida quiere sentir el fuego de estas canciones en vivo; todos estos factores justifican con creces la concurrencia de las masas. Además como cronista corresponde principalmente narrar los acontecimientos ocurridos durante el transcurso del show. Y si el mismo se llevó a cabo debidamente desde la parte técnica, con los músicos cumpliendo correctamente sus respectivas labores y si la audiencia lo disfrutó a más no poder ¿quién soy yo para andar juzgando los gustos del público? Cuál será la amalgama perfecta entre estas dos posturas es el interrogante que les dejo a los lectores. Párrafo siguiente me ocuparé de lo importante, es decir, del show en sí.

Una de las cosas que siempre me llamó la atención es porqué la banda no se presenta como Malón, es decir, la agrupación nacida luego de que Ricardo Iorio rompiera con Hermética y los otros tres miembros siguieran con un nombre propio, ya que Malón siempre tocó temas de la H en sus shows. La respuesta más clara sería que el set está integrado completamente por canciones de Hermética y ni siquiera una sola de Malón, como viene ocurriendo desde el año pasado desde que se ideó este evento reafirmado más tarde con su correspondiente DVD. Tiene sentido, aunque no queda claro si se presentan como Acido Argentino (en referencia al disco que homenajean casi en su totalidad, tal cual lo hiciera Black Sabbath con Dio y el disco “Heaven and Hell”) puesto que así figuraba en la entrada, o como La H No Murió, ya que así se los encuentra en sus redes sociales. Detalles aparte, lo cierto es que, como se dijo, Obras estaba repleto como en sus mejores años y el público estuvo entregado desde el minuto cero.

Pasadas las 21.30, se apagaron las luces y comenzó la fiesta. Algo para resaltar desde que Claudio O’Connor (voz), Antonio Romano (guitarra), Claudio ‘Pato’ Strunz (batería) y Karlos Cuadrado (bajo) se reunieron allá por los albores de ésta década son las impactantes puestas en escena. Un colorido juego de luces, conjugados con una pantalla enorme detrás de la batería y otra más horizontal sobre la alargada tarima donde se apoyaba la batería (que recorría casi de un extremo al otro el escenario) dieron como resultado un espectáculo muy destacado desde lo visual. En cuanto al sonido se puede decir que la banda estuvo bien ajustada; con todos y cada uno de los cuatro músicos sonando nítidamente aunque a veces la voz de Claudio y el bajo de Karlos se perdían en la mezcla, pero en definitiva no se detectaron mayores fallas al respecto. Ya que mencionamos a los músicos, hay que decir que interactuaron muy poco con la audiencia que dejó el alma en cada himno tocado por ellos. Apenas O’Connor se limitaba a decir solamente “muchas gracias” entre tema y tema.  Los cuatro estaban muy metidos en lo suyo, casi sin tocarse entre ellos, como si estuvieran funcionando en piloto automático. Cuanto menos, fue llamativo. De todas formas este detalle no afectó en nada la ejecución de las canciones que, como se dijo antes, tienen carácter de himnos.

Tal cual era sabido de antemano, “Acido Argentino” es el disco homenajeado y por eso sonó casi en su totalidad. El arranque con “Robo un Auto” ya puso la temperatura de la noche bien arriba y decimos “casi” porque las dos últimas canciones del disco “En las Calles de Liniers” y “De Pismanta a Bauchaceta” no sonaron. Es increíble como canciones que van a cumplir tres décadas de vida siguen tan vigentes en nuestro país. No es casual que las letras de “La Revancha de América”, “Memoria de Siglos” o “Gil Trabajador” aún hoy suenen tan contemporáneas teniendo en cuenta el presente de la Argentina. Ahí podemos encontrar una buena razón acerca de la comunión entre el público y estas canciones, y es por eso que a las bandas más actuales les cuesta tanto crear algo con lo que el metalero argentino promedio pueda identificarse de la misma forma. Pero hubo mucho más; varias perlitas del catálogo de Hermética fueron desempolvadas y también sonaron “Cráneo Candente”, “Desterrando a los Oscurantistas”, “Olvídalo y Volverá por más”, “Otro día para ser”, “Del Oeste”, “Cuando Duerme La Ciudad”, entre otras. Tras un prolongado interludio, llegaron los bises. Arrancaron con “Sepulcro Civil”, le siguió la obligada “Tu Eres Su Seguridad” y cuando todos se pensaban que ahí terminaba la cosa llegó “Soy de la Esquina” para terminar de rematar la fiesta.

Fue un show para el recuerdo, sin dudas. Ver la marea de gente en Obras agitando cada tema, con una banda sonando ajustada, es una imagen que difícilmente se pueda borrar de la mente. ¿Habrá otra oportunidad de ver algo así? Sólo los músicos lo saben. De momento podemos confirmar que el legado de la H realmente atraviesa todo límite.

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Cronista: Juan Manuel Guarino
Fotógrafo: Julián Quinteros




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