
Parece increíble que sea año 2020 y se siga militando por la igualdad de derechos, por la libertad. Tendrían que ser luchas ganadas a esta altura.Ya lo cantaba Sr. Flavio Cienciarullo en «Mal Bicho», primero con su banda los Fabulosos Cadillacs y luego nada más ni nada menos que con Ricardo Iorio -¿Difícil de creer hoy, no?- en su Peso Argento, discriminar eso no esta nada bien. Por suerte, hay artistas que siguen por este camino. La Fuerza de los fuertes levantó estás consignas en alto en tiempos difíciles tanto sociales como musicales.
Mala Vida en el pleno corazón de San Telmo se vio infestada de camisetas negras y chalecos de jeans, de cuero y de bermudas anchas y de algunas crestas paradas, otras cabelleras largas y hasta alguna que otra calvicie.
¿Por qué toda esta introducción? Porque es menester que en tiempos que clicks, likes y asisteres en redes sociales se hable de un festival que unifique la cultura pesada. No importa si remite a lo épico como fue la vuelta de Agitador; el mosh del hardcore de la mano de Minoria Activa y Bandera de Niebla; la velocidad de Tungsteno o la crudeza de Exocet. Cada una de las bandas hablo con sus palabras y todas bajo una misma premisa: organización y autogestión.
Lo interesante de los artistas en escena es que ninguno dio el brazo a torcer a lo largo de su carrera. Agitador volvió tras un impasse, Exocet sigue su línea más allá de las constantes idas y venidas, Minoria Activa nunca paro y tiene un flamante disco bajo el brazo titulado Megamosh, Tungsteno puso marcha de nuevo y Bandera de Niebla está en su mejor nivel presentando su último material Logia Crueldad.
Capaz sea la poesía de la pluma de Adrián Outeda la necesaria para hacer pensar a la escena con canciones como «La muerte está en tu menú». Capaz sea la ya conocida historia de «Sin Humanidad» y el discurso antamacrista del Moncho de Minoria Activa. Incluso una versión más cargada de resistencia de Diego Abrego al frente de Exocet para recordar a las víctimas de gatillo fácil y caídos en democracia en «Carioca».
La fuerza de los fuertes arremetió para dejar en claro que los eventos pueden salir bien y sin patrocinadores cipayos y estafadores que se burlan del trabajo ajeno con la chicana de rendir entradas y el clásico pagar para tocar. Cinco bandas en escena de distintos estilos y escuelas se juntaron para hablar de lo vienen predicando su corta y no tan corta carrera: resistencia y libertad.
Cronista: Jonatan Dalinger
· Volver



