
El pasado 7 de Marzo Slash pisó nuevamente suelo argentino por tercera vez como solista. Tras haberse presentado en un show íntimo el día anterior en el Teatro Vorterix (con capacidad aproximada de 1500 almas), al día siguiente lo hizo ante más de doce mil personas en el Mandarine Park, en la primera vez que el legendario ex guitarrista de Guns N’ Roses, Slash’s Snakepit y Velvet Revolver toca en solitario al aire libre. Esta fecha traía además con el condimento especial de las presentaciones de Gilby Clarke y Duff McKagan’s Loaded, ambos ex miembros de los Guns, anticipando desde el vamos una reunión nostálgica sobre el escenario.
A las 19hs puntuales arrancó el show de Gilby Clarke junto a los Coverheads, mientras en las afueras del estadio la gente se amontonaba en una cola por demás extensa y que encima sufría la indignante y vergonzosa situación de que para ingresar al predio revisaban hasta la billetera y los cigarrillos. Clarke, quien integró de Guns N’ Roses desde 1991 en reemplazo del fundador Izzy Stradlin hasta 1994 cuando la banda entró en un largo hiato, se despachó con varias canciones de su autoría como “Alien” del álbum Swag (2002) o “Black”, “Cure… or kill me” y “Tijuana Jail” del disco Pawnshop Guitars (1994). Además sonó “Monkey chow”, tema que el guitarrista compuso para el primer disco de Slash’s Snakepit, y covers de artistas legendarios como “Dead Flowers” (de los Rolling Stones, grabado en el mencionadoPawnshop guitars con Axl Rose en voz) y “Knockin’ on heavens door”, el clásico de Bob Dylan que versionó genialmente Guns N’ Roses.
La banda liderada por Duff McKagan emprendió rumbo a Sudamérica únicamente para realizar este show en particular junto a Slash, siendo este el regreso al país del bajista tras su participación como invitado el año pasado en Ferro junto a la nueva encarnación de Guns N’ Roses que comanda Axl Rose. Loaded hizo su aparición en escena alrededor de las 20hs con “Sick”, tema que da nombre al álbum que editaron en 2009. McKagan, quien en su banda actual cambió su instrumento característico por la guitarra rítmica, es acompañado por Mike Squires en guitarra, Jeff Rouse en bajo e Isaac Carpenter en batería. A Duff se lo vió muy activo y enérgico al ejecutar varias canciones de su banda actual de su último disco The Taking (2011) como “Executioner’s Song”, “We Win”, “Dead Skin” y “Lords of Abbadon”, aunque en ocasiones el sonido no ayudó demasiado. Uno de los momentos más festejados por los fans (particularmente los seguidores de la carrera de Duff, muchos de ellos en el sector Vip) fue la reaparición de “Believe in me”, canción que da nombre a su primer álbum solista de 1993, y “Settlehead” de Beautiful disease (1999). Pero sin dudas el momento álgido del show llegó hacia el final con “So Fine” de Guns N’ Roses, compuesta por Duff en homenaje al fallecido Johnny Thunders (New York Dolls, The Heartbreakers), y luego dos covers incluidos en The Spaghetti Incident?: “New Rose” de The Damned y “Attitude” de Misfits. Para este último tema Duff se calzó el bajo y en los hombros la bandera argentina que le tiraron desde el público, y contó con la presencia de Gilby Clarke hacia el final en los coros, anticipando la gran reunión.
Poco después de las 21 llegó el momento más esperado por la multitud, ansiosa de ver nuevamente sobre el escenario al gran héroe de la guitarra, aquel morocho de rulos y galera que desde finales de los ochenta influyó a toda una generación e introdujo a muchos en el mundo del rock. “You’re a lie” fue el tema inicial, de su álbum anterior Apocalyptic Love (2012), y ya desde el vamos se desató la euforia. A Slash lo acompaña una formación ya consolidada a cargo de The Conspirators (Todd Kerns en bajo y Brent Fitz en batería) y Myles Kennedy, cantante de Alter Bridge que incorporó a la formación desde el principio de la carrera solista de Slash y se convirtió en pieza fundamental del grupo, tanto desde lo compositivo como con su gran presencia escénica y la versatilidad de su voz. Casi de arranque llegó el primer cover de Guns n’ Roses de la mano de “Nightrain” y el espíritu hardrockero de los ochenta se hizo más presente que nunca. De todas formas, todas las canciones de Slash tuvieron una excelente recepción, lo que da cuenta del gran nivel que muestra el material más reciente del guitarrista, como fue el caso de “Halo” (Apocalyptic Love, 2012), “Ghost” y “Back from Cali” (de Slash, su primer disco en solitario de 2010 con múltiples artistas invitados). De World on fire, su última producción editada en 2014, interpretaron “Automatic overdrive” y una fenomenal versión de “Wicked Stone” en la que Slash brilló con un solo de otro mundo.
Nuevamente a recordar la vieja época gunner con joyas de la talla de “Mr. Brownstone” y “You could be mine”. Aquí se notó mucho más cómodo a Kennedy en la primera de estas canciones dada la dificultad de alcanzar algunas de las notas altas que cantaba Rose en aquel tema de la banda sonora de Terminator 2. Luego, Kennedy le cedió la posta del micrófono al bajista Todd Kerns quien se encargó de cantar “We’re all gonna die”, cantado por Iggy Pop en Slash (2010), y el himno “Welcome to the jungle” logrando una performance superlativa y recordando mucho al registro de Axl. “Fall to pieces” fue el primer tema de la noche de Velvet Revolver, supergrupo que formaron los ex-Guns junto a Scott Weiland de Stone Temple Pilots entre el 2003 y 2008. Mientras la melodía del tema anterior permanecía grabada en la mente, llegó “Beneath the savage sun”, una de las canciones más pesadas del último álbum. En “Rocket Queen”, otra de las grandes canciones de Appetite for Destruction (el álbum debut más vendido de la historia), Slash tuvo otro de sus máximos momentos luciéndose con un solo muy extenso en una versión que superó los diez minutos.
Tras “Starlight” (el otro tema que originalmente cantó Myles Keneddy en el disco de Slash y amigos) y “World of fire”, llegó el turno de “Anastasia”, uno de los temas más destacados de Apocalyptic Love, en la que Slash tuvo otro de sus mejores momentos con la guitarra doble, tanto en el inicio acústico como en el épico solo del final. Durante el quizás el máximo hit de Guns, “Sweet Child o’mine” casi todo el Mandarine Park saltó al unísono y coreó sus pegadizas melodías. Luego, se retiraron unos minutos después de “Slither” de Velvet Revolver, y solo faltaba lo mejor. Era inminente la reunión de Slash y Duff sobre el escenario y así con “It’s so easy” se vivió uno de los momentos más anhelados y emocionantes de la noche que significó para muchos ver a ambos músicos juntos en un escenario en nuestro país por primera vez desde el 2007 (salvando a los pocos que asistieron a Vorterix el día anterior). El tema que coronó una noche inolvidable fue, como es usual, “Paradise city” que contó también con Gilby Clarke arriba del escenario. Mientras llegaba la frenética parte del final, humo y papelitos dominaban el paisaje en el que los veteranos rockeros se adueñaron de los corazones de todos los presentes. Fue un show impecable, con un sonido inmejorable y que demuestra el gran momento que está viviendo Slash en su carrera con una convocatoria en constante crecimiento y una formación cada vez más afianzada.
Cobertura: Sebastian De la Sierra
· Volver



