
Consecuencia: Proposición o idea que se deduce lógicamente de otra o de un sistema de proposiciones dado. A veces, es necesario tomar un diccionario y buscar una definición. Para este caso, si bien el resultado es concreto, debería ser modificado. Así como el sucede en Homero, al diccionario – capítulo número tres de la tercera temporada de Los Simpson – habría que incluir una imagen de Malicious Culebra a la definición de consecuencia. Porque no es merito, si no ejemplo de lucha que una banda emergente siga fiel a su compromiso de lucha durante 15 años y lo festeje, bajo los mismos principios y valores, un sábado por la noche en la Capital Federal.
Es difícil hacer una reseña, una crónica o incluso una columna de opinión sobre lo que pasó en El Emergente de Almagro el sábado por la noche. La verdad es que hay mucho por contar. En primer lugar, cabe resaltar la diversidad en la propuesta toda. Como antesala, una feria que incluyo stands de María Verónica López, artista dedicada a la pintura sobre lienzo y madera; Antares Terra, encuadernación a mano y restauración de libros; Lucca, con utilitarios artísticos y uso personal de cerámica; Marina Vaca y Josué Mansilla, con parches; el Grupo de Investigación Interdisciplinaria sobre el Heavy Metal Argentino, con sus obras y obviamente el puesto de merchandising de las bandas participantes.
Y ahí nuevamente la diversidad. A lo largo de la noche hubo tres bloques. El primero fue el Catacomb, una que expone death metal progresivo. Volumen alto, vueltas de tuerca pocos habituales para el género y letras que oscilan entren lo introspectivo y lo filosófico más que el caos y la destrucción envuelta en gore. El segundo fue el de Mattogroso, un grupo que nada en las aguas del groove metal. Bajo este estilo unifican elementos de la época dorada del nu metal, la cultura hard core y la estética oriental – en lo que concierne a su última placa A la batalla (2019), aunque su nombre provenga de un estado brasileño.
Ahora bien, ya adentrado en lo que corresponde estrictamente a los 15 años de Malicious Culebra, la cantidad de información fue inconmensurable. Por un lado, sobre el escenario hubo para destacar elementos varios. Desde torres de luces y pantallas led, hasta perfomances acorde a la temática que recorre la banda a lo largo de carrera. Porque en 15 años, por ejemplo, hay memoria. Memoria que así como Mattogroso al presentar A la batalla en Uniclub invito a Malicius, ahora el gesto es la inversa. Memoria para con los detenidos desaparecidos de la última dictadura cívica clerical militar empresarial argentina. Así en una suerte de perfomance alguien repartió panfletos con la cara de Valentino Felipe Ruarte, estudiante de la escuela N°14, desaparecido el 16 de abril de 1978. Memoria por la complicidad de la Iglesia y sus casos omisos de pedofilia. Así como una obra de teatro un monaguillo fue sometido por un sujeto con rostro cubierto que cargaba una cruz. Memoria cuando repiten de manera constante que no hay que pagar para tocar.
Los problemas técnicos no opacaron el nivel expuesto en líneas generales. No lograron bajar la intensidad del pogo, ni de la adrenalina que invadió el escenario de Almagro. Un proyecto oriundo de la zona sur del conurbano bonaerense propuso y cumplió con creces las expectativas de un evento en la Capital Federal. Porque los kilómetros no son un dato menor. Llenar un local como El Emergente por un festejo tal con una propuesta audiovisual tal, no es para menos. Y menos aún al regalar, y en sus palabras, la noticia de su primer grande: el 6 de noviembre en La Trastienda presentan nuevo material. Pero para eso, falta. Mientras tanto ver fotos, leer algunos textos y hacer memoria de la fiesta de 15 que acá sobra aguante.
Cronista: Jonatan Dalinger
PH: Eushy Fernández

















