01. Camino hacia el Valhalla
02. Un último aliento
03. Escudo y espada
04. La última batalla
05. Firmes y Dignos
06. Todo hombre es una historia (cover Kraken)
Desde Choele Choel, cerca de las orillas del Río Negro en la salvaje Patagonia argentina, nos llega un EP de una agrupación que hace un buen homenaje a exponentes de la escena del subgénero etiquetado como “heavy metal épico” como Validor o Warlord, pero apelando bastante menos a artilugios electrónicos y más a la instrumentación convencional, así como también un coqueteo con el hard rock. Estamos hablando de Inmolador. El cuarteto está compuesto por Agustin Barbosa en voces, Facundo Maglione en guitarra, Denis Hocquart en bajo y Juan Cruz Quintin en batería, quienes, de acuerdo con los créditos de sus redes, lo concibieron entre los años 2020 y 2021 en La Nave de Sturm, donde también fue producido y mezclado.
“Camino hacia el Valhalla” es el track que nos lleva de la mano hacia el inicio de este álbum, con tenues sonidos épicos que evolucionan a la par de un tambor, indicando la in crescendo y posterior llegada de la pesadez, pero que se corta con un grito desgarrado, que da pie a “Un último aliento”. Esta canción arranca con un riff bien potente y un matiz épico, y que envalentona durante toda la canción (probablemente durante toda la duración del compacto diría). Se animan a lanzar un solo ampolleante de viola a la mitad, aunque siento que queda medio incomodo el fragmento vocal sobre el punteo posterior, pero culmina de manera superlativa.
Este sentimiento guerrero evoluciona posteriormente con las canciones “Escudo y espada” y luego en “Firmes y dignos”, donde empiezan a imprimir más velocidad y se anima a meter interesantes cambios de tiempo para empezar a machacar, por ahí indagando en senderos más thrasheros y modernos. Cabe destacar que en el interín suena “La última batalla”, otro tema instrumental que continua esta ánima bélica, pero ahora con una guitarra semi acústica y nuevamente ese ruido de lluvia que me da la sensación que busca apaciguar los sentidos, antes de querer llevarnos a explotar nuevamente con el metal puro y duro.
Por último, “Todo hombre es una historia” es la última canción del álbum y una interesante rendición del tema propio de la mítica banda colombiana Kraken, que mantiene mucho la esencia de esta última, pero con un poder menos rockero y más heavy, producto del poder que le dosifica Inmolador. Realmente fue una interesante escucha, que me saca de mi zona de confort, pero que me dio un serio entretenimiento, ya que fuera de las vetas estilísticas, es un disco que fue bien producido, con una buena calidad sonora y tiene una coherencia entre canciones y con la temática que propone el nombre del EP.
Cronista: Luis Gallucci
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