Cada vez que el heavy metal vuelve a sonar en eventos generados a partir del Estado es celebratorio. Más allá del color político de turno o si el evento es desde Nación, provincia o municipio, lo destacable es la representación del genero en actos – en este caso – gratuitos para todo público. En esta oportunidad, fue Horcas, que viene de festejar 20 años de su disco homónimo, en subirse al escenario Juana Azurduy de la megamuestra de ciencia, arte y tecnología más grande de toda Latinoamérica: Tecnópolis.

Minutos antes había estado un mítico del rock local, el señor Willy Quiroga que revisito uno de los discos fundamentales de la música argentina: la Biblia de Vox Dei. E incluso horas antes quien se encargo de abrir la jornada fue La Mono, la banda de Gaspar Banegas, guitarrista del Indio Solari y los fundamentalistas del aire acondicionado, que se acerca a rock alternativo con tintes pesados. Una suerte de sonido que se asemeja a Audioslave, pero sin dejar de ser sudamericano.

El predio de Tecnopolis ya cuenta con 11 años de vida. De los distintos escenarios se hicieron cargo solistas y grupos de todo calibre y genero. Desde Rubén Rada, pasando por Iván Noble y La Delio Valdez. Incluso Ataque 77. Sin embargo, en el regreso del escenario que lleva el nombre de una mujer que dejó todo por la revolución independentista, perdiendo a su familia y combatiendo contra el imperio español en los últimos años del Virreinato del Río de la Plata como Juana Azurduy, se presento una banda de metal. Más precisamente de thrash metal: Horcas.

A poco de tiempo de haber comenzado el setlist, Walter Meza (voz) se pronunció ante la convocatoria de evento que intenta ser federal e inclusivo desde Villa Martelli, sin mostrarse indiferente ante el clima social actual. «Siempre al artista le piden compromiso, tomar partido por alguien o por algo y esto es el ejemplo que podemos convivir todos juntos disfrutando de algo y no darle cabida a los que solamente quieren destruir y matar a lo que venimos construyendo hace mucho tiempo.» Bajo esa premisa las canciones elegidas por Horcas, entre mezcla de agradecimiento y entendiendo que un espacio publico es propio y no tomar partida por o de, recorrió canciones tales como «Sin salida», «Abre tus ojos» y «Fuego», con Corvex (Arde la Sangre) para precalentar, «Argentina, tus hijos» como primera denuncia social que luego se expandiría con «Solución Suicida», «Esperanza» y el clásico de V8 «Destrucción». Además, invitaron a Gaspar para interpretar «Preso en mi ciudad» de Patricio Rey y sus redonditos de ricota.

Sin dudas, el metal, y particularmente el metal nacional, no es indiferente a los climas sociales y políticos que atraviesa su país. Separando que Estado no es gobierno de turno, y que los espacios son para ser conquistados y utilizados como lugar de exposición artística en este caso, es menester condecorar a una banda que sigue sumando insignias en su continua lucha por llevar el heavy metal argentino hasta lo más alto.

Cronista: Jonatan Dalinger