
Hay un poema de Antonio Machado que dice que se hace camino al andar. El Thrasher Death Match llego a la Argentina por primera vez y el festejo fue a lo grande. Rampas de skate, música en vivo, artistas visuales pintando al compas de los shows y localidades agotadas en el Complejo Art Media.
La conexión entre la cultura del skate y el metal no es algo nuevo. Capa algunos podrían asociarlo más a la música punk o hard core, sin embargo es amplia la camada de los noventa que creció con Anthrax al palo y con una tabla bajos sus pies. El festival organizado por Thrasher y Vans pudo reunir lo mejor de ambos mundos. Por un lado, rampas y skaters de primer nivel como Tony Trujillo, Ishod Wair, Curren Caples, Grant Taylor, Milton Martinez, Eze Martinez, Roman Pabichi, Sean Malto, Nick Michel, Mami Tezuka, Jenn Soto, Casper Brooker, Emilio Dufour, Franco Morales, entre otros. Y aquí un dato a destacar, la generación centennial que muchos creen que siguen a youtubers, gamers y de más internautas, aquí caminaban y pedían fotos más autógrafos a personas en tiempo real y presencial.
En cuanto a lo estrictamente musical, aproximadamente 10 horas de música fueron más que suficiente para interpelar al amplio espectro de publico presente. Además del garage rock de PIBA o el ska de Papas ni pidamos o justamente el skate punk de D-SKATE, el festival propuso a bandas de sonido pesado y distorsionado. Hueso aporto la primera cuota de música pesada propiamente dicha. Regreso maduro y crudo a primera hora. Nvlo, una de las propuestas más contundentes del metal emergente, dio el puntapié inicial de este segmento. Rondas violentísimas. Coreos a una banda de música extrema como nunca antes visto. Alucinante e impresionante. Luego, lo históricos de Minoria Activa con su hard core vieja escuela y los puños en alto bajo el marco de la celebración de nada más ni nada menos que 30 años de trayectoria. El baile lo propuso Bloodparade con su metal industrial y guturales de por medio. Grata sorpresa de un publico que levantaba sus skate mientras bailaban como si estuviesen bajo una bola de boliche. Finalmente, casi como acto de cierre, Arde la Sangre aporto su cuota de metal duro y melodías. La nueva propuesta de Corvex y Tery Langer tuvo sus puntos fuertes a la hora de «Joder», tema de Carajo, y «Un día de furia.» A continuación, como cierre oficial Massacre repaso su época de Massacre Palestina.
Cronista: Jonatan Dalinger
PH: Maru Debiassi