
Este año 2022 va dejando atrás, poco a poco, los tiempos pandemicos, y por consiguiente las fechas de recitales aumentan día a día. En el plano nacional, los fines de semanas hay un abanico de opciones, superponiéndose incluso, fechas que podrían ser consideradas importantes. En cuanto al plano internacional, las visitas de bandas extranjeras también son numerosas, como si hubiera que recuperar el tiempo perdido en pandemia. En esta ola de visitas, muchas bandas se acercaron por primera vez a nuestro país, luego de años de espera. Tal es el caso de Prong, que se presentó el pasado 14 de octubre y del mismo modo, y de lo que trata la presente cobertura, Toxic Holocaust dijo presente el pasado 25 de octubre, en el Uniclub.
La banda liderada, comandada y casi propiedad absoluta de Joel Grind pudo presentarse finalmente en nuestro país. Tuvo la oportunidad de hacerlo antes, en el 2014, pero por problemas con el organizador de aquellas fechas, la banda se vio obligada a cancelar su visita a nuestro país, como así también en Perú, Colombia y Uruguay.
Para la presente cita, los encargados en abrir la noche fueron los locales Pucará. Con un set contundente de thrash metal clásico, el quinteto presentó temas nuevos, que serán parte de su próximo disco, como también de un futuro split con Toxic Wine. Los músicos se mostraron muy contentos por ser partícipes de la fecha, tanto Guillermo Tarzia (voz), como Jose Cabelluzzi (guitarra) y Lucas Arrutti (bajo) no perdieron ocasión para agradecer y para arengar a los presentes. Tocaron temas de su primer disco, y único hasta la fecha, como «Amigos del Poder», «Divide y Reinarás» y «Fe Ciega». Su otro guitarrista, Gabriel Gómez, sostuvo una gran performance al moverse continuamente con su guitarra, girando, mosheando y cabeceando, siempre que el espacio se lo permitía. Pucará cerró con «A Lesson in Violence» de Exodus, lo que levantó aplausos y puños en el público.
Para el momento de Toxic Holocaust, el Uniclub se encontraba colmado. Mucha expectativa para ver a los oriundos de Portland, Oregon, sobretodo a su frontman y bajista Joel Grind. El público habrá rondado los 30/40 años, algunos evidentemente mas jóvenes, otros mas grandes. Alrededor de las 9:20 de la noche, las luces se apagaron, el telón se corrió y el trío dio inicio a lo que sería un show vieja escuela, breve, conciso y por demás efectivo. Si bien la banda podría estar presentando su último trabajo, Primal Future: 2019, se inclinaron, con mucho criterio, en hacer un repaso por su carrera y su grandes éxitos. El tema para abrir fue «Bitch» de su disco Conjure and Command (2011) y casi al instante la ronda en el público comenzó a girar, cosa que se mantuvo hasta el final. Para «Gravelord», clásico de su, también clásico, disco An Overdose of Death… la energía del público era altísima. Mujeres, hombres, metaleros, punks no dejaban de llegar al escenario, saltar de nuevo al público, y repetir el ritual incansablemente. Mucha labor y seguramente estress para el «seguridad» de la banda, sobretodo cuando el micrófono de Rob Gray (guitarrista) cayó en manos del público. Más clásicos como «Wild Dogs» o «In the Name of Science» mantuvieron al público arriba, despertando los cánticos característicos tales como «Ole ole ole, Toxic Toxic». Joel Grind agradecía al público, también a los organizadores y no dejaba de expresar lo contento que estaba de poder estar finalmente en nuestro suelo. En tanto al último disco, la única canción fue la homónima «Primal Future», seguida de clásicos de antaño como «Hell on Earth» y «War is Hell», notablemente festejadas. Luego de retirarse del escenario, la banda volvió para cerrar su presentación con un dúo demoledor: «666» y «Nuke the Cross», esta última coreada a priori por la gente.
Un recital que fue breve, 45 minutos aproximadamente. Pero que no se lo sintió como tal. La energía, el disfrute y seguramente la expectativa luego de la fallida visita previa, hicieron que el tiempo no se note. La propuesta escenográfica? Nula. Vieja escuela total, sin pantallas, sin telones ni logos de la banda. Es que tampoco fue necesario, la sola presencia de la banda, su música y un público desbordado de energía fueron suficientes. Toxic Holocaust debutó con creces en nuestro país y todos terminamos por demás satisfechos.
Cronista: Juan Cordiviola
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