Luego de una sofocante semana, finalmente, llegó el viernes y con él, la promesa de lluvia y descenso de temperatura. El sol lentamente comenzaba a esconderse entre los edificios del siempre agitado barrio del Abasto, y entre la muchedumbre de cara lánguida que emprendía su lento regreso a casa, podían divisarse un sin número de remeras negras que en su inmensa mayoría reflejaban el nombre de una sola banda: Iron Maiden. Y es que claro, cuando el motivo de reunión es el mismísimo Paul Di Anno interpretando Iron Maiden (1980) y Killers (1981), no había lugar para la duda.

Uniclub ya se encontraba bastante poblado para cuando Against, único acto soporte, salió a hacer lo suyo. Y si bien su propuesta está un tanto alejada del heavy metal mas clásico, la banda se las arregló para dar un show casi sin respiro, con un más que aceptable sonido; metiéndose a m{as de uno en el bolsillo. El terreno estaba preparado. Los minutos pasaban y la espera, al igual que el calor, se volvían insoportables. Pero para cuando el telón se abrió, minutos antes de las 22hs, toda esa ansiedad se transformó en energía: la bestia estaba de regreso. ‘The Ides of March’ y ‘Wrathchild’ – o ‘Chico colérico’ si peinás canas – fueron las encargadas de abrir la fiesta, el partido ya estaba ganado y recién había arrancado.

La salud le ha jugado una mala pasada al viejo Paul, hoy en silla de ruedas. El cantante de 64 años se mostró optimista de cara al futuro y muy feliz de estar nuevamente en Argentina. Le espera una extensa gira por Brasil en 2024 y ya desea volver al país el próximo año. Di Anno no iba a estar sólo, los locales Francisco Cañardo (Undermine, Avernal), Pablo Román, Alan Fritzler (Undermine, Barro) y Ezequiel Courvoisier conformaron la banda que acompañó al británico y de más está decir que cumplieron con creces. Merecidos aplausos para ellos. Si bien era sabido que la lista de temas no iba a esconder ninguna sorpresa, lo cierto es que cada canción fue festejada como el penal de Montiel y cada riff y solo coreado como corresponde. «Sanctuary», «Purgatory», «Drifter», «Murders in the Rue Morgue», «Remember Tomorrow»; la catarata de hits era interminable y destacar un momento resulta imposible, toda la noche fue un punto alto constante, un golpe a la nostalgia, un viaje a la adolescencia. La seguidilla de «Running Free», «Prowler» y «Iron Maiden» pusieron el broche de oro a una noche que tuvo de todo y no le faltó nada. Lentamente nos retiramos del lugar, traspirados, si, pero con una sonrisa imborrable. Habíamos visto en el escenario al héroe que siempre veíamos en el póster.

Cronista: Martin Tula
PH: Cuervo Deth