PASAN LOS AÑOS, QUEDAN LOS RIFFES. Dragonauta – Uniclub (21-04-2023)
Dragonauta es una banda que ya cuenta con varios años de trayectoria, más de 20 para ser precisos. Desde 1999 con distintas facetas y cambios de formación, pero siempre manteniendo su identidad intacta. La excusa de está oscura velada era la reedición de su álbum más intrincado, Entropicornio (2018), a través del sello Disembodied Records. Sin bandas teloneras y mientras sonaba My Dying Bride a modo de cortina, poco a poco se iban congregando los fieles de la banda, ocupando unos más que dignos 2/3 de la capacidad del local.

A las 21:30 se rompió el silencio al compás de «Draconian Steel», pieza que abre el flamante Entropicornio, con sus guitarras afiladas y marcha imparable. Lucien Kurgan grita «Revenge by draconian steel!» y está clarísimo: una noche de riffs retorcidos y malditos nos esperaba. El maleficio continuó con la genial «Voivods of War» mientras en la pantalla se proyectaban unas hermosas secuencias pertenecientes al ultra-clásico de horror italiano Domingo Negro (La Maschera del Demonio) (1960). Lo que siguió fue el turno de desempolvar una vieja gema de su repertorio, la siempre muy festejada «God Half Blind», coreada por la gente a morir. A continuación tocaron otro favorito que ya tiene varios años, la frenética «Nautilus 666» con su inmortal duelo de guitarras. Luego de un puñado más de canciones del disco en cuestión y habiendo pasado unos 50 minutos, la banda se tomó un momento para reponer energías.
A su regreso no dudaron en ir a la yugular con la hipnótica suite doble «The Talking Snake/The Witch Hammer», del genial Omega pentagram (2013). En seguida le pegaron la veterana «Muerte y Destrucción» con todo el recinto cantando a grito pelado ‘Te odio!’. El cierre llegó de la mano de «Frozen Neptunian Demons» con sus riffs macabro, voces de ultratumba y marcha titánica. A esta altura ya no quedaba más que entregarse a la maldad hecha música.
Dragonauta sigue siendo una bestia feroz y aplastante, más allá de la gente que esté en su formación, hay una fuerza imparable de sonidos oscuros que pugnan por hacerse oír, sin perder su personalidad, sin perder su fuerza. Como Cthulhu, o incluso Godzilla, Dragonauta aguarda en las profundidades, y cuando sale, solo se puede esperar destrucción.
Cronista: Boris Bargas






















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