
La misma incógnita se plantea con cada nueva visita de Purple. Ir o no ir, esa es la cuestión, temiendo que en algún momento, por la edad avanzada de estos próceres, nos topemos con una imagen deshilachada que nos deje una fea impresión, prefiriendo quedarnos con un buen recuerdo antes de ver a nuestros ídolos devastados por el paso del tiempo, hasta que al fin, las ansias por ver en vivo a esta verdadera institución se antepone a las dudas para terminar diciendo presente como en cada ocasión. Y no hay nada que hacer, bastaron sólo unos instantes de «Highway Star» para que la historia se nos ría en la cara y nos de una nueva bofetada, poniendo en marcha otra noche púrpura de antología. El show comenzó apenas unos minutos pasadas las 21 hs y se extendió por casi dos horas, durante las cuales Gillan, Glover, Paice, Morse y Airey hicieron gala de todo su oficio, garra y talento para mantener extasiado al público que se acercó en un muy buen número al Luna Park.
Tras el arranque con la mencionada «Highway Star», arremetieron con otras dos perlas como «Into The Fire» y «Hard Lovin Man». Los clásicos fueron sabiamente intercalados con las composiciones más recientes, contribuyendo a que el balance fuera por demás acertado, pudiendo disfrutar tanto de versiones demoledoras de «Lazy» y «Strange Kind Of Woman», con el clásico jugueteo final entre Gillan y Morse, como de «The Well Dressed Guitar» o «Contact Lost» que sirvieron especialmente para el lucimiento de Steve Morse, quien pudo hacer gala una vez más de todo su virtuosismo. No por nada, fue elogiado por el propio Blackmore al momento de su ingreso a Purple, admitiendo su admiración por el ex Dixie Dregs.
Si hay algo que le reprochaba a los Purple es que mientras en vivo seguían siendo las mismas bestias de siempre, los sentía en deuda discográficamente hablando, ya que los últimos trabajos no lograron atraparme en absoluto. Por suerte, no puedo decir lo mismo del fabuloso «Now What?», ya que su última producción es su trabajo más logrado desde «Purpendicular» y en vivo quedó demostrado todo el potencial de algunas de sus composiciones como «Vincent Price», «Hell To Pay» y «Uncommon Man».
Otro de los puntos fuertes como en cada fiesta púrpura fueron los solos, destacándose especialmente los de Ian Paice durante «The Mule» (¿enserio tiene 66 pirulos?) y ‘Don Airey previo a «Perfect Strangers» interpretando fragmentos de «La Cumparsita» y «Adiós Nonino».
Ya acercándonos al cierre, otros dos clásicos imperecederos como «Space Truckin» y «Smoke On The Water» fueron de la partida para deleite de los fanáticos que disfrutaron sin respiro de un verdadero festín. A la hora de los bises, como ya es habitual, el cierre llegó de la mano de «Hush» y «Black Night», otra de las grande perlas de los británicos, para ponerle punto final a una velada memorable, acorde con los pergaminos de la leyenda.
Galería de Fotos:
Cobertura: Hernán Franco
Fotografías: Fernando Serani
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