Oeste Explosivo Fest II – La Fundición (09-08-2014)

FlyerEn Zona Oeste hay una enorme movida de thrash, no pasa fin de semana sin que haya una gran fecha del género. En San Justo desde hace no mucho tenemos un nuevo lugar en “La Fundición”, ubicado en el espacio del viejo Marilyn, frente a la Universidad de La Matanza, y me pareció un local muy profesional, con un muy buen sonido realmente. En esta ocasión la fecha la encabezó Serpentor, acaso el mayor acto de la escena thrasher nacional, y los acompañaron Criptofonia, Exilio, Crueliter, Arkaismos, CFH (Tributo a Pantera) y Fernetica (Tributo a la H). Arribé a destino alrededor de las 23:30hs, cuando estaban sobre las tablas los muchachos de Crueliter, banda que no había escuchado nunca y me sorprendió gratamente. Suenan muy potente y muy prolijos, destacándose la labor de Rama Dallas con el bajo en particular, con unos dedos incansables y con mucha presencia en el sonido final del grupo, quizás para compensar un poco la falta de la segunda guitarra ya que, tras el reciente alejamiento de Jorge Ledesma, ésta fue su primera presentación como trío, completado por Jonatan Sidlouski en batería y Darío Sánchez en guitarra y voz. Se nota que jugaban bien de local en San Justo porque los más eufóricos se encargaron de poguear permanentemente frente al escenario, y tras el reclamo de “una más”, terminaron despidiéndose con una versión de “Whiplash” de Metallica. A la medianoche subió Exilio, otra gran banda de thrash que hasta entonces no había tenido la oportunidad de disfrutar en vivo. Una ocasión especial porque salió a la venta su álbum debut llamado Imágenes de un recuerdo, el cual cuenta con un packaging muy elaborado, en modo símil libro. Sonaron las canciones que originalmente fueron incluidas en su EP de 2011 como “Vientos de destrucción” y “Basura mediática”, y hubo lugar también para un muy buen cover de “Metal meltdown” de Judas Priest. El sonido fue ejemplar, a un volumen que no ensordecía y permitía percibir claramente cada instrumento, desde las guitarras de Ezequiel Machuca y Juan Dobal, la base formada por Marcos Lowi (bajo) y Jonatán Alcántara (batería), hasta la voz de Emanuel Lescano (ex Serpentor y Razones Conscientes), que sonaba bien al frente y dejaba comprender claramente las letras. Luego, siguieron temas como “Incomprendido” (que abre el disco), “Imágenes de un recuerdo” y “Mercenario”, para despedirse a todo trapo con “Sed de sangre”.

A continuación fue el momento de Criptofonia, una de las bandas con mayor reconocimiento dentro de la escena. Arrancaron con “Oscuros recuerdos”, un tema de su EP debut Sinfonía de la Cripta (2008), que no suelen interpretar muy a menudo en sus conciertos. Con “Arquitecto de las pesadillas” de Revívanlos a todos (2011) y sobre todo con la veloz “A las tres de la mañana”, encontrada en su EP Ciudad Cementerio de 2013, se vivieron con gran intensidad debajo del escenario los mosh más violentos. Desde arriba del escenario los músicos (Fabricio Pavic en guitarra y voz, Emiliano Pérez en guitarra, Leandro Lebenas en bajo y Damian Antolini en batería) desprenden mucha energía y se nota que disfrutan lo que hacen con gran soltura, últimamente los estuve viendo bastante seguido y cada show tiene su condimento especial. Luego de un tema nuevo “Asalto comando”, se desató nuevamente la locura con “Frecuencia extrema”  al grito de ¡POGO!, y con “En el barrio”, de su último EP. Luego llegó “Múltiples personalidades”, en mi criterio una de sus mejores canciones, que sintetiza todos los elementos que componen el sonido de Criptofonia, un thrash con iguales dosis de velocidad, violencia y técnica. Con “Ciudad cementerio” nos acercábamos al final que llegó de la mano de “Nada más quedará”, en la Fabricio Pavic terminó dejando la guitarra a un lado para encargarse solo del micrófono y brindar una frenética actuación con aires cobainescos.

Faltaba poco para las 3 am cuando comenzó a sonar la intro que abre Privación Ilegítima de la Libertad, la última placa de estudio de Serpentor (2009), la que ya estamos empezando a despedir con esta gran cantidad de shows que están brindando todos los fines de semana. Su set abrió, como suele ser costumbre, con “Asesino” y enganchada “Síndrome”, del mismo modo que abre Poseído (2004). Como nos tienen acostumbrados, Serpentor jamás decepciona. Siendo un asiduo concurrente a sus shows puedo afirmar y re-afirmar que son la aplanadora del thrash, en vivo el quinteto que integra Guillermo Romero (voz), Jorge Moreno y Jorge Alcaraz (guitarras), Pablo Lescano (bajo) y Alejandro Padín (batería), transmite una furia descomunal con cada tema, del mismo modo retribuido de parte del público, envuelto en un pogo violento y casi constante. Luego del ya clásico “Controlando la nación” de su último cd y “Vomitando odio”, una fija en los shows encontrada en su debut homónimo, llegó el turno de presentar un tema nuevo: “La muerte está alcanzándonos” (que había sido presentado dos semanas atrás en Gier bajo el nombre “Tormenta de muerte”), canción con un estribillo memorable que nos deja confirmar que su próximo disco, (que con suerte verá la luz para fin de año, es uno de los discos más esperados) proseguirá con su sonido más clásico de la banda, sin alejarse de sus raíces.

Luego continuaron “Privación ilegítima de la libertad”, sin dudas uno de sus temas más destacados,  seguido de  “Enfermo poder”. A toda marcha llegaron “Demonios al acecho” y “Mirar sin ver”, ambas de Poseído, invitando a revolear las cabezas incesantemente. El momento más especial de la noche llegó con “Eterna Oscuridad”, un clásico de su primer disco que no siempre ejecutan y es muy pedido por la gente, y que en esta ocasión contó con la participación de Emanuel Lescano de Exilio en las voces, rotándose en las voces con “Temo” Romero. Extrañamente no cantó ninguna de Final Sangriento, el único disco de Serpentor que cuenta con Emanuel en la voz, y que no suele tener mucha representación en las listas. Las aguas se apaciguaron un poco cuando llegó el momento de presentar otros temas nuevos, el primero  bautizado “Mi gran héroe”, y el segundo “Entre Rejas” con la brutal “No me prediques” de Poseído tocada entre ellas. Así tras más de una hora de otro enorme show, llegó el final como siempre con “Militares criminales”, quizás su mayor clásico, unida sin respiros a “Lloviendo sangre”, su versión en español de “Raining Blood” de Slayer que suscitó el último pogo de la noche. En definitiva, fue una gran noche a puro thrash de la que todos nos fuimos satisfechos.

Cobertura: Sebastian De la Sierra




· Volver




















logos_apoyo