Actualmente vivimos un momento económicamente difícil para el país, pero de proliferación para la región. En ese contexto, las bandas extranjeras parecen venir a mansalva a países como Chile o Brasil e incluso Uruguay, pero que se transforma en una lotería para Argentina. En lo que podríamos denominar una teoría del derrame metalero, a Buenos Aires llegan las apuestas seguras (Anthrax, Carcass, Accept, Megadeth) mientras que en cuanto a las bandas más chicas, ahí entramos en terreno de incertidumbre. Grupos que han funcionado con anterioridad ya no son un número fijo (Dark Tranquility), bandas que no tienen la misma tracción de publico que en otros países (Mercyful Fate) y otros quizás son apuestas más arriesgadas a la hora de pensar en el posible negocio (Converge). En el medio de todo eso aparece la visita de Russian Circles, trio norteamericano que nunca había visitado el país. Si bien el genero que practican, un post metal instrumental, tiene muchos adeptos en el país, el éxito no era asegurado. Quedaba acercarse a Uniclub para comprobar que podía pasar.
Los cordobeses de IAH fueron los encargados de abrir la noche. El hecho de que ambas propuestas sean similares (instrumentales, en lo que podemos llamar post metal) haría pensar que juntarlas podría ser algo contraproducente; se puede llegar a cierta saturación. Pero este trio navega por terrenos más progresivos que los norteamericanos, con músicas más intrincadas y así logran destacarse. Y claramente tienen el apoyo del público que se acerca temprano para escucharlos. En lo que podía ser una apuesta arriesgada, IAH sale victorioso.
A las 21 en punto sale Russian Circles a escena. La palabra “salir” es un decir, ya que son los mismos músicos los que arman todo el escenario a telón abierto como buenos trabajadores de la música. Ya sea por cuestiones económicas o por obsesión de los músicos, si esto hace que el show suene tan bien como sonó toda la noche, pues celebramos la decisión. El concierto comienza con la canción “Station” del disco del mismo nombre lanzado en 2008, quizás el lanzamiento que los puso en boca de todos en una escena que cuesta destacarse.
Uno podría pensar que este publico comparte cosas con el publico Stoner, pero no; este es mucho mas activo y participativo, tanto que en la primera canción todo el mundo está saltando. Y es que Russian Circles está lejos del cuelgue, lo suyo son canciones, sin voz, pero canciones al fin. Dichas composiciones pueden ser largas, pero siempre cuentan con diferentes climas, melodías y secciones que hacen que el show no se haga denso.
La visita del grupo no podría caer en un mejor momento, presentando Gnosis, disco que bien podría estar entre lo mejor de su discografía y que los ha puesto en un lugar de importancia en la escena mundial, encabezando algunos de los festivales más importantes del género. Luego de 20 años, uno creería que la formula en un grupo como este podría estar agotándose, pero no parece ser el caso. Así canciones de este ultimo trabajo como “Betrayal” o “Conduct” son recibidas como clásicos.
El trio se sabe con la fuerza de un grupo bien ensamblado donde nadie se destaca por sobre el resto. Aunque cabe decir que el bajista Brian Cook es un poco mas mimado, ya que para los presentes es un poco una superestrella, habiendo pasado por grupos prestigiosos e influyentes como Botch, Sumac o These Arms Are Snakes.
El show termina bien arriba con “Youngblood” y “Mladek” con la gente coreando y saltando como al principio. Luego de hora y media de show las preguntas fueron respondidas; el prestigio de Russian Circles está justificado y el grupo tiene los suficientes recursos para que un show de hora y media de metal instrumental no se haga pesado. Y a juzgar por la sala llena esta noche, podemos afirmar que será otra de esas bandas que podremos disfrutar seguido.
Por Facundo Llano
PH: Holy Smoke
