LA CASA DEL (POST) ROCK NACIENTE. Mono – Uniclub (07-04-2024)

En un abril cargado de visitas, la visita de los japoneses de Mono generaba incógnitas. ¿Podían competirles a los pesos pesados que nos visitarían en las próximas semanas? Incluso con muy poca diferencia de días con bandas que pueden ser de un estilo parecido (Russian Circles) o grupos con los que han compartido escenario en otros países del continente (Riverside). Pero el recuerdo de 10 años de su primera visita en Niceto y un puñado de buenos discos lanzados en ese periodo, eran suficiente razón para apostar por ellos.

Los encargados de abrir la noche fueron Para Establecer un Rio y las Fin Del Mundo, bandas que tienen una búsqueda similar a los japoneses, pero cada uno en su estilo. Los primeros con una propuesta que puede traer elementos stoner, jazzeros o simplemente abstractos. Mientras que las Fin del Mundo optan por un show que se mueve entre el post rock y shoegaze, pero con la voz acompañando los diferentes climas. Todos estos nombres de géneros pueden servir o no, pero lo cierto es que estas bandas, y MONO, eligen que la música sea la que los guíen y no al revés.

A las 21: 30 sale el plato fuerte de la noche. A casi diez años de su primera visita, el cuarteto japonés cuenta con un catálogo nuevo bastante extenso, por lo que era esperable que el show se concentrara en esta última década. Y así fue, con el doblete de “Riptide” e “Imperfect Things” de su último disco Pilgrimage of The Soul. Bajo unas luces azules casi toda la noche y con ambos guitarristas, Takaakira Goto y Hideki Suematsu sentados y mirando el suelo. 

Las dos primeras canciones pueden ser una muestra acabada de la propuesta del grupo; una primera canción que empieza lento para luego explotar donde los guitarristas juegan con sus pedales para contorsionarse (Sentados) en las partes explosivas. Y una segunda donde los loops de guitarras juegan hasta crear una especie de rock bailable. Quizás las diferencia es que, en vivo, el sonido se homogeniza más; es más rockero y pesado, mientras que en estudio hay muchos más climas. 

Esa homogenización puede ser complicada si el público no está compenetrado con el show, pero este no parece ser el caso. Quizás es ese tipo de espectáculo donde la gente se mimetiza con el artista y el clásico respeto japonés se traslada el público; en los momentos más calmos el silencio y respeto es máximo y así el momento de explosión logra el efecto deseado. Quizás para muchos la propuesta del grupo les sonara todo igual. Y hay algo de cierto en eso; hay una búsqueda musical en un terreno del que claramente el grupo no quiere apartarse. Pero aun así aparecen momentos apoteóticos como “Ashes in the Snow” que supera ampliamente lo logrado en estudio con una ejecución realmente impactante. Solo por este momento, el show vale la pena.

Luego de esa canción el grupo se va y vuelve con “Com(?)” que logra darle fin al show de forma épica como todos esperaban. La música de Mono no es sencilla; prioriza las texturas y los pasajes por sobre las melodías gancheras. El show demanda tu atención, que te sumerjas en la música y te dejes llevar. Quizás ese sea el mayor desafío en épocas de hiper comunicación; una banda instrumental, que no dice ni hola sobre el escenario que pretende hundirte en un mantra de distorsión. Depende de vos meterte en ese viaje. Nosotros sacamos primera fila. 

Por Facundo Llano
PH: Holy Smoke

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