VOLVER A LAS RAÍCES. Sepultura, Death Angel y Reinara la Tempestad – Teatro Flores (21-04-24)

Domingo de superclásico, de tradición, folklore y nostalgia. Sepultura de Brasil una vez más subió a un escenario argentino esta vez para celebrar 40 años de carrera con fecha de vencimiento anunciada; Death Angel regresó después de 13 años y Reinara la Tempestad enalteció la figura de Osvalo Civile a 25 años de su fallecimiento.

El evento es particular. Los tres grupos tienen en común tragedia a lo largo de su historia. Sin problematizar el drama en cada escenario, pero accidentes de transito, muerte, cambios de formación y peleas sin posibilidad de reconciliación son denominadores comunes. Pese a estas circunstancias, lo que pondera es la música y como interpela a cada uno de ellos y en consecuencia como se proyecta en cada uno de los seguidores.

Desde hace algunos años Hugo Benítez decidió retomar las canciones de los primeros dos discos de Horcas e interpretarlas en vivo. Para llevarlo a cabo, llamó a Eddie Walker y Gabriel Ganzo, bajista y baterista, que formaron parte de esa primera etapa de Horcas. Se suma Jorge Moreno, de Serpentor, y particularmente para este show Maximiliano Escobar,  de Malicia. Mantener un legado vivo puede ser difícil, pero Benítez se apoya canciones de hace más de 30 años que penosamente parecieran actuales. De hecho, comentarios en alusión a la violencia institucional de estos tiempos no tardaron en llegar desde el escenario antes de «La fuerza del mal».

Atravesadas las primeras rondas, el Teatro Flores fue quedando con menos espacio. Era el turno de Death Angel y la ansiedad de los thrasheros era un desborde. El set fue corto, pero contundente. De principio a fin demoledor repasando primera y segunda etapa. En este caso, los oriundos de California retomaron los escenarios después de un impasse de once años tras un accidente en la ruta. Recién en 2001 hubo un reunión y partir de 2004 la actividad es en continuado. La primera visita a la argentina habia sido en 2010 en un recinto mucho más pequeño, The Roxy Live. Mark Osegueda lo recordaba bien y manifestó estar contento por el regreso y agradeció la espera y la pasión local. Desde el comienzo, el circle pit fue de lo más candente: «Lord of hate» y «Voraciuos Souls» para empezar y «The Ultra-Violence / Mistress of Pain» sobre el final. Abanico amplio, repertorio corto y las guitarras de Rob Cavestany y Ted Aguilar al frente más los golpes de batería directos al pecho de Will Carroll.

El acto principal era Sepultura. Por lo tanto, el Teatro Flores estaba lleno. Un Sepultura que siempre estuvo bajo la lupa desde la partida de Max Cavalera. A casi 20 de dejar la banda, las asperezas siguen. Paulo Jr es el único miembro original y por orden crónologico Andreas Kisser ya es considerado fundacional. Para este celebración, Greyson Nekrutman oficia como nuevo baterista y al frente, el ya reconocido Derrick Green. El clamor de los argentinos hacia el grupo brasilero es inconmensurable. Por las música, por cierta lirica y por sobre todo por la estrecha relación que supo crear Kisser con el fandom. Indiscutiblemente, Sepultura supo convertirse en la banda de metal más importante de Latinoamérica con letras que hablan del rechazo a la jerarquía establecida, contra la violencia, el racismo, la represión policial después de una dictadura militar con los violento por 20 años. El inicio con «Refuse/Resist» y «Territory»  son claros ejemplos. de reivindicación aborigen y la no violencia; el momento de «Kaiowas» con Death Angel de invitados también es en conmemoración a los amerindios que se suicidaron en masa como protesta por la expropiación de sus tierras o el final con «Roots» himno de metal sudamericano con reivindicación y cruza entre la música pesada y los pueblos originarios. Sin embargo, no todo es  político en Sepultura, pero si profundo. A partir de la entrada de Green la banda viro a una lirica conceptual basada en otras obras o incluso en cuestiones temporales y teológicas. Por eso, el repertorio también trajo consigo canciones como «Kairos», «False», «Choke» y «Means to a end.»

En tiempos oscuros a nivel mundial, pero principalmente en lo nacional, resulta interesante e importante como ciertas bandas a partir de sus legados dan empuje de resistencia. Un músico argentino dijo que las canciones son de libre interpretación de quien la escucha. En este caso, aplica. Pero más allá de aplicar o no, las tres bandas tienen una postura frente a la vida y ante la sociedad en la que se vive. Independientemente, de las tragedias personales, independientemente de los cambios de formación, las canciones de estas tres agrupaciones exponen historia pasada, presente y esperemos que no futura, pero ojo que un pueblo que no conoce su historia esta condenada a repetirla.

Por Jonatan Dalinger
PH: Martes Rubí

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