
Death fue sin dudas una de las bandas más trascendentales de la historia del death metal. Con glorias en su haber como los tempranos clásicos que se convirtieron en piedras angulares del género como Scream Bloody Gore (1987) o Leprosy (1988), y la posterior evolución de su estilo hacia el death técnico/progresivo a partir de Human (1991), la carrera de la banda liderada por Chuck Schuldiner llegó a un final abrupto en 2001 cuando un maldito cáncer arrebató la vida del cantante y guitarrista a la muy joven edad de 34 años, dejando a todo el mundo del metal de luto y un legado enorme que se acrecentaría con el paso de los años. En el año 2012, como modo de homenaje, comenzaron este proyecto “Death to All Tours” varios de los antiguos miembros de Death, tanto los músicos que grabaron Human (Paul Masvidal en guitarra, Sean Reinert en batería, ambos miembros de Cynic, y Steve Di Giorgio en bajo, quien integra Sadus y Testament, entre otros), como los miembros de la última formación de la banda, Shannon Hamm en guitarra y Scott Clendenin en batería. Para esta gira el lugar de baterista estuvo a cargo de Gene Hoghlan (participó en los discos Individual Thought Patterns y Symbolic, actual miembro de Dark Angel y Testament) y Bobby Koelble, quien grabó el álbum Symbolic, se ocupó de las guitarras. Por último, Max Phelps (Cynic) y Steffen Kummerer (Obscura) se hicieron cargo de la pesada tarea de ocupar el lugar de Schuldiner en guitarra y voces.
Death DTA se iba a estar presentando originalmente el día 12 de Septiembre en el Teatro de Flores, pero la clausura del mismo obligó a reprogramar el espectáculo para el día 11, esta vez en el Roxy Live de Palermo, un recinto bastante más chico pero con una calidad sonora muy superior. Necratal fue la banda que a las 18:40 hs inaguró la jornada pero por algunos inconvenientes, no los alcancé a ver. Luego subieron al escenario los cordobeses Necrópolis, de casi veinte años de trayectoria y dos discos en su haber (Incertidumbre de 1999 y There is a place de 2008), fuertemente influenciados por Death, por lo que eran el acto ideal para participar de esta fecha. Guillermo Gómez en guitarras y voz, Juan Bustos en batería, Fabián Pignataro en bajo y Cristian Jimenez en guitarras, entregaron a lo largo de media hora varias canciones de su última placa como “Sentenced to die”, “There is a place”, “Don’t request” y “To exist is my perception”, además de un tema nuevo “I will not spoil”. Con un sonido muy prolijo, se destacaron ampliamente la complejidad y versatilidad de sus composiciones, de múltiples cambios de ritmo, muy en la vena del Death más tardío, al que también recuerda la voz aguda y rasposa de Guillermo Gomez. Fue la primera vez que los vi en vivo y me bastó para considerarlos como una de las mejores bandas del estilo de nuestro país. Para tener muy en cuenta.
Dittohead salió a escena poco después, con una propuesta que se enmarca dentro del thrash más machaquero, pero con un sonido bien actual. Es una banda nueva, que se formó este mismo año y ya compartió escenario con las bandas más destacadas de la escena, caso de Serpentor. Los ex Betrayer Nicolás Bica y Octavio Samaria (guitarra y batería respectivamente) conforman la banda junto a Lucas Bica en guitarra, Luciano Romero en voz y Mauricio Romero en bajo, llamando la atención desde el principio su homogénea estética: todos ellos rapados y con chiva. De la mano de riffs muy potentes y una performance muy destacada de su bajista, sonaron canciones propias como “Predicando el final”, “Aniquilando” e “Irreversible”, además de covers muy bien ejecutados de Exodus (“Bonded by blood”) y Testament (“Souls of black”), este encargado de cerrar su show con “Temo” Romero, cantante de Serpentor como invitado, y logrando el primer gran pogo de la noche.
Cuando habían pasado unos minutos de las 21, llegó el momento más esperado por todos. A esta altura el local ya se encontraba muy lleno, y como siempre, caluroso. Las primeras notas de “The Philosopher” (incluida en Individual Thought Patterns de 1993) retumbaron como una bomba brutal, con el volumen al palo, y comenzó a desatarse así una energía enorme entre la gente, ya que encima era la primera vez que semejantes himnos se tocaban en nuestro país (Death nunca se presentó en la Argentina, lo más cercano fue en Chile en 1998). Chuck siempre se rodeó de los mejores músicos, por lo que las canciones fueron ejecutadas con singular destreza, no cabe duda que Hoghlan y Di Giorgio están entre los mejores en sus puestos. Koelble, el hombre de los dreadlocks quién se había alejado del metal para dedicarse a tocar jazz, cumplió muy acertadamente con su función, y Max Phelps, quien guarda cierto parecido físico con Schuldiner, también cumplió muy bien aunque no pude evitar notarlo algo tenso. Para el segundo tema, la primera parte de “Leprosy” enganchada con “Left to die”, Di Giorgio, cambió su bajo fretless de 6 cuerdas por uno de ¡tres!, y alternó entre ambos a lo largo del show. La lista fue muy variada e incluyó temas de todos los discos, a continuación explotaron los riffs de “Living Monstrosity” (del disco Spiritual Healing de 1990) y la velocidad de “Suicide Machine”, encontrada en Human (1991). Luego de que Di Giorgio recuerde a Chuck y presente a los músicos, y el público responda con clásico cantito “olé olé”, prosiguieron a toda marcha con gemas como “In human form”, de Individual thought patterns, y “Lack of comprehension”, de Human. También hubo espacio para dos temas que personalmente rankean entre mis preferidos de la banda como “Spiritual Healing”, de la que tocaron la primera mitad y la engancharon con “Within the mind”. Tras el tema que abre el disco Human, “Flattening of emotions”, se produjo un relevo y un ovacionado Steffen Kummerer se calzó la guitarra y se puso frente al micrófono para ejecutar algunas canciones de la última etapa de Death en la que Chuck cambió su registro vocal, por lo que la voz de Kummerer fue ideal para temas como “Symbolic”, “Zero Tolerance” (ambas encontradas en Symbolic), “Bite the Pain” (la única que sonó de su último material The sound of perverance de 1998), y “Overactive imagination”, deIndividual thought patterns.
Tras dos minutos de descanso regresaron al escenario, de nuevo con Phelps, para encarar la recta final del show con un doblete avasallador de su primera época: primero “Zombie Ritual” combinada con “Baptized in blood”, ambas de su debut Scream Bloody Gore; y acto seguido, para cerrar el show de la misma forma que solía hacerlo Death, arremetieron con “Pull the plug”, perteneciente a Leprosy que en mi opinión es EL disco del death metal. Así finalizó un show muy emotivo de este proyecto homenaje, que aunque seguro haya recibido varias críticas por “salir a lucrar”, está claro que se trata de una celebración genuina de la obra de Chuck Schuldiner, dada también la rotación de los músicos y la cercanía con la madre del difunto músico. Fue un recital imperdible para todos aquellos fanáticos de la banda, donde el espíritu de Chuck estuvo presente y más vivo que nunca.
Cobertura: Sebastian De la Sierra
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