Los reencuentros siempre tienen sabor agridulce. La dicha y la nostalgia, el amor y el olvido, el principio y el final. Sebastian Bach volvió a la Argentina después de ocho años, mientras que Mr. Big dijo hasta siempre. En sus actos, hubo camaradería, fervor, fallidos, pero por sobre todo, devoción a un público adulto del sur del continente.
La música es catalogada como un refugio y en consecuencia un recital sirve como escape durante un par de horas de todo lo que pasa en el mundo cotidiano. Es primero de mayo y se conmemora el Día del Trabajador. La Argentina, como gran parte del mundo, atraviesa situaciones sociopolíticas complicadas. La crisis del poder adquisitivo en un país tercermundista impacta el doble que en otras latitudes. Pese a ello, el mítico estadio Obras Sanitarias logró convocar a varias generaciones, aunque el promedio eran señores y señora pasadas las cuatro décadas. Más estáticas que movedizos, pero fieles al rock and roll. El puñado de jóvenes dejaba entrever una primera experiencia en recital de estadio y más de este calibre. Dicho esto, lo más emocionante del publico fue ver a las generaciones unidas en plan salida familiar.
Si hubo algo que unió a las bandas que estuvieron en el escenario fue la longevidad de sus trayectorias. En el caso nacional Karkaman supera los 20 años con fuertes influencias del rock de los setenta, Sebastian Bach comenzó su carrera a los 14 años y paso por varios grupos hasta consolidarse en Skid Row, y finalmente Mr Big se despide de los escenarios luego de 35 años entre idas y vueltas y cambios de integrantes.
Sin dudas, Sebastián y Eric Martin son dos marcas registradas de frontman en la historia del rock. Sebastian Bach entro al escenario trastrabillando, cosa que ocurrió continuamente debido al enredo con su cable de micrófono. Entre baile e intercambio en un tosco y simpático castellano, Bach se guardo a la audiencia en el bolsillo. No corrió la misma suerte para sus músicos. Desconozco si fue por ajustes de tiempo o logística, si fue por nervios de ser la primera vez ante público argentino, pero de lo que estoy seguro es que la banda no sonó compacta. Primero problemas técnicos, seguido de un audio flaco y desencuentros en el conteo de comienzo de cada canción. Aún así, el ex Skid Row se las ingenió para hacer monerías, para bailar, para indicar cada inconveniente como director de orquesta, ordenar a sus músicos donde posicionarse, dar agua a quienes estaban en el vallado y por sobre todas las cosas mantener un gran caudal vocal como pocos. De 15 canciones, 11 fueron de Skid Row. Los clásicos son clásicos y la gente los pibe ya sean para poguear con «Slave to the grind», bailar con «Sweet little siser» o recordar a aquellos que ya no están con «I remember you.»
En cuanto a audio, Mr Big fue todo lo contrario. Tanto Paul Gilbert (guitarra) como Billy Sheehan (bajo) son eminencias. Nick D’Virgilio (batería) suple fielmente el puesto de fallecido e inigualable Pat Torpey. Antes de un recorrido de 22 canciones, Ramones sonó por lo parlantes para avivar la previa. «Addicted to that rush» fue el primer clásico del repertorio. El segundo fue «Take over» y el tercero «Price you gotta pay». A partir de este momento, Eric Martin comenzó a pelear con sus cuerdas vocales. Los años no vienen solo y esta gira despedida es una muestra, pero lejos de problematizarlo, el ingenio de Martin es puro talento. Como era de esperarse el disco más importante de la banda Lean into it fue interpretado entero y así entre nuevos arreglos, bajadas de tono y con los eficientes coros del resto del equipo Mr Bio dio catedra de show de rock & roll. Incluyendo dos segmentos de solos por parte de Gilbert y Sheehan.
Para calmas las aguas, y revisitar temas de otros hechos propios el último acto de la noche comenzó con «Wild world» y paso por «Shy boy» de Talas, «30 Days in the Hole» de Humble Pie, Good Lovin’ de The Olympies con la banda cambiando de lugar: Billy como voz principal, Eric en bajo, Nick en guitarra y Paul tras los parches. Como cierre «Baba O’Riley» de The Who.
Por Jonatan Dalinger
PH: Leticia Villalba
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