Cuando Joaquin Gomez me comentaba que hace siete años Frater no saca un disco, quede impactado. No por el hecho en si mismo, más bien por la cantidad de cosas que pasaron entre medio. Nacidos en 2008, los cambios de formación nunca fueron un impedimento en su trayectoria sino un impulso para continuar exponiendo sus pesares y sentires.

Así como el guitarrista dijo en la entrevista previa al show que la escena está en un alto nivel en todo sentido, las bandas invitadas fueron la confirmación. Fisión Nuclear y No Guerra, con años más y años menos en carrera, dieron, en sus propuestas, contundentes ejecusioens más allá de las problameticas sonoras. El Teatrito es ancho y largo y no hay forma que el sonido sea optimo cuando recien ingresan los primeros entusiastas. Fisión Nuclear juega entre el thrash clásico rapido y frenetico con algunos break downs más cercano a esta epoca. Los machaques Alejandro Ramon Gomez y William Axl Ojeda son filosos mientras que la base de Facundo Saluzzi y Emiliano Ressia con justas y precisas. Por su parte, No Guerra coquetea con metal un poquito más extremo. Hay thrash, pero hay breakdown y también hay groove como también hard core. Jair Rodriguez, comandante al frente, decidió iniciar el set con «Miles de almas sin paz» que directamente o no, pero en tiempos donde la desfinanciación de organismos de derechos humanos y busqueda de identidad a raíz del golpe de estado del 76, cobran una importancia aún mayor.  

Arriba del escenario cinco músicos que saben y disfrutan de lo que hacen. «Desde la intro del show vamos a tratar de compaginar las visuales con un video para tema y que cada uno sea una experiencia diferente y no solo sea la banda tocando» confirmo Gomez unos dias atrás entre risas y nerviosismo. No falto a su palabra, ni la de la banda. Sin dudas, presentar un disco nuevo en El Teatrito es la puesta más grande de la banda. Finalmente, hubo algo que pudieron renovar y es la propuesta visual y sonora. Además de las luces mencionadas también visaules en una pantalla con la tipografia actualizada de la banda. Un pequeño detalle en rojo en la A, la belleza de lo simple.

En este punto de la noche, si, el sonido fue implacable. Alto, pero sin ruidos molestos. Pontente, pero sin secuelas ni pitidos a la salida. Nitido, como hace mucho no sonaba una banda emergente en vivo. Indudablemente, el nivel de la escena se comprueba. «El renacido» es el primer corte de difusión de Sagre y Viento y uno de los puntos alto de la noche. Lo interesante fue como con tan solo a una semana del lanzamiento del disco completo la mayoría de las personas cantaban al unisono de Juan Orcajada, por ejemplo, en «La espera» que, dicho sea de paso, trae una bocanada de aire fresco a las nuevas y viejas composiciones. De todas maneras, los momentos más veloces con rondas gigantes estuvieron al sonar los temas de Pulso en eclipse (2017).

Frater logro la resiciliencia en El Teatrito. Que esto sirva para potenciar que no está muerto quien pelea.

Por Jonatan Dalinger
PH: Xfeedee (Cortesía Frater RR.SS)