NOCHE DE CULTO. Dead Congregation junto a Dislepsia, Burden Rage y Corpus Christi – Club Cultural Bula (24-10-2024)

Una congregación es un grupo de personas que se reúne con un propósito común, generalmente religioso, para adorar, orar, aprender y compartir su fe. Las congregaciones puede ser de diversas denominaciones: cristianas, judías, musulmanes, budistas, hindúes, entre otras. Tomemos por caso que en este apartado, la religión será el death metal. El pasado jueves 24 de octubre, un grupo de personas nos reunimos en el Club Cultural Bula, con el propósito común de adorar a los griegos de Dead Congregation, aprender como se lleva a cabo el death metal mas puro y oscuro y compartir su fe, si es que la hay, en una noche de culto que quedará para la posteridad.

Originariamente, la fecha se iba a realizar en Uniclub, pero como viene pasando, las ventas no acompañan como se espera. Sea la situación del país, las bandas en cuestión o lo que fuere, la fecha tuvo cambio de lugar y Bula fue la locación establecida. Los actos nacionales en acompañar a los extranjeros fueron Corpus Christi, Burden Rage y Dislepsia.

Por motivos ajenos a Metal Argento y al cronista que esta escribiendo este texto, sumado a cuestiones de tiempo, no se llegó a cubrir a la gente de Corpus Christi. Burden Rage, por su parte, brindó un set contundente de su death metal con tintes caóticos, intrincados y blasbeateros. Algunos desperfectos técnicos de sonido se hicieron presentes, tantos para los recién mencionados como para la gente de Dislepsia. Aún así, no dejaron de exponer su death metal mas rockero, mas básico (en el buen sentido), incluyendo ademas, un cover de Hellhammer.

No eramos tantos, pero qué importa. Ahí nos encontrábamos, sabiendo bien a lo que habíamos ido y esperando que los griegos den cátedra. El humo se apoderó del escenario y de a poco los músicos fueron apareciendo con Anastasis al frente (guitarra y voz), luego de haber estado en el puesto de merch (con precios muy amigos hay que aclarar). El inicio fue muy ambiental con «Martyrdoom» que abre el disco debut Graves of the Archangels del año 2008. Lo que vino a continuación fue una verdadera masacre. La ejecución fue memorable, el ambiente con pocas luces y humo acompañó y el público se entregó por completo a la experiencia semi hipnótica. La banda repasó sus dos placas, sus dos EPs y además tocó un tema nuevo.

El sonido, que en la previa había dejado algunas dudas, se supo acomodar y estuvo a la altura de las circunstancias. Es que la ejecución de los músicos es notable, y con el sonido a su favor, la agresividad y la vehemencia de su música es palpable. La presencia de su vocalista, que además toca la guitarra es sobria, es parca, expresa corporalmente lo que su música. Sus compañeros en las cuerdas hacen su trabajo a la perfección, y si de perfección se trata, sumado a una violencia absoluta, cabe mencionar a Vagelis Voyiantzis, un verdadero animal de los parches.

Hay cierta rama del death metal que no es cuadrado ni tampoco de lo mas técnico, que es caótico pero con sentido y coherencia, y que sobretodo lleva a quien lo escucha (y mas en vivo) a un estado de trance. Esto paso con Dead Congregation, como pasó también con bandas como Immolation o Incantation, en sus visitas.

La duración fue corta, poco menos de una hora, pero por demás contundente. El público se notaba extasiado, como siendo consciente de que estaba presenciando algo importante, de una muestra excelsa de death metal. Pareció haber un valor agregado en ser un grupo selecto de testigos, privilegiados, de lo que Dead Congregation hizo. Sin dudas, uno de los shows del año.

Por Juan Cordiviola
PH: Cecilia Principe 

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