«La verdad es que si a los 8 años me decían que de adulto me iba va a pasar todo esto le hubiese dicho, pero tío qué me estás contando?», reflexiona jocosamente Armando de Castro, guitarrista, voz y fundador de la mitica Baron Rojo. En unos días, el Barón aterriza nuevamente en Buenos Aires, más precisamente en el Teatro Vorterix, para festejar 45 años de trayectoria.
En los inicios Baron Rojo estuvo conformada por Armando de Castro (guitarra), Carlos de Castro (guitarra y voz), José Luis Campuzano «Sherpa» (bajo y voz) y Hermes Calabria (batería). A lo largo de estos 45 años, la banda tuvo cambios de formación, picos alto de popularidad, tiempo de meseta y se gano el mote de ser uno de las principales agrupaciones de heavy rock español. En 1983 voló por primera vez sobre Buenos Aires para presentarse junto a V8, pieza fundacional del heavy metal argentino. A partir de allí, los sobrevuelos del Baron tuvieron paradas obligatorias en el país. A los 40 años, un comunicado anunciaba el retiro de los escenarios. Sin embargo, una vez más llega a la Argentina para repasar grandes clásicos que marcaron a más de una generación. Actualmente, Rafa Díaz y José Luis Morán acompañan a los hermanos de Castro.
Van 45 años de carrera ¿Cómo te sentis?
Me siento bien con la suficiente soltura, habilidad y forma fisica para seguir mentiendome junto a mis compañaros en lo que es estar en una gira por Sudamerica. La banda esta sonando muy bien y con muchas ganas de estar por Buenos Aires de nuevo que es un lugar que nos encanta y volvemos encantados. La verdad es que la realidad siempre te acaba sorprendiendo y en este caso favorablemente porque yo estaba para una carrera universitaria y termine dedicandome de lleno a la música; creo que he tenido mucha suerte en ello. Sigo teniendola porque el tiempo me ha tratado bien por la salud, por la formaciones con la banda con buenos músicos y estar siempre en la brecha, quizas no siempre en la primera linea como en otras epocas. Es sorprendente, pero Baron Rojo siempre ha estado trabajando para poder continuar. En verdad, no me sorprende tanto (risas).
Sos considerado uno de los principales y mejores guitarristas del rock español ¿Cómo te llevas con eso?
Siempre me ha sido un poco dificil hablar de que soy considerado como tal. Me lo han dicho muchas veces mis colegas. Soy una persona sencilla y no tengo pajaros en la cabeza que me digan tal cosa; pero bueno a veces es dificil tratar de que a pesar que te digan tal cosa tu sigue trabajando y no te lo creas mucho; esto se trata de seguir. Como dijo alguien «que la inspiración te pille trabajando» y eso hay que hacerlo siempre. Cuando mas viejo me voy haciendo, más tiempo le dedico a la guitarra y trato de mantener el mismo nivel que aceptable para seguir ahí y de moment, lo voy logrando. De todas maneras, intento meterme en complicaciones y no solo concentrarme con la manera de tocar que vengo haciendo todos estos años que es de la escuela del rock y el blues, pero bueno no le hago asco a escalas o combinaciones diferentes, a renovarme sin dejar de ser lo que soy que es ser un guitarrista de rock y morire siendo un guitarrista de rock.
¿Cuándo o cómo decidiste dar de lleno con la música?
Cuando vi que mi faceta de guitarrista empezaba a tener un cierto reconocimiento en el primer rock que se hizo aquí después de la dictadura. En cambio, cuando me metí en la universidad en el primer año me fue muy mal y decidí colgar mi trayectoria universitaria y acerte de lleno. Fue una continuidad, igual fui buen estudiante, era un astro en matematicas, pero llegue a la universidad y me estrelle. Me alegro tanto de haberme dedicado a la música y por la decisión que tome en 1975. Ya de pequeño me gustaba la música, estaba en los corso del colegio cantando otro tipo de música, pero la pasaba muy bien. Es algo desmitificante y lo he contado varias veces, pero la primera canción que cante entera fue «Corazón contento» de Marisol, una idola infantil aquí de España; no sé si en Argentina llegaron a conocerle. Mi madre compraba unas revistas que traían unas canciones en cifrado y así fue como aprendí a tocar, a rasguear y cantarla sin que sonara horrible. También una canción de la artista italiana Pati Bravo «La bambola», creo que son las dos primeras que aprendí a tocar en la guitarra.
El último disco de estudio de Baron Rojo es Tommy Baron (2012) ¿Pensas en nuevas composiciones para el grupo?
Hacer composiciones nuevas en Baron Rojo es una circunstacia interna de la banda. He intentado superar esto de alguna manera. Siempre tuve bandas paralelas, tampoco es que me haya comido el mundo con ello, pero si me vale paara cubrir esa necesidad mía de seguir creando música, pero Barón Rojo no soy solo yo. Dependo de lo que quieran hacer otras personas y el ambiente que el grupo va tomando y lo que la gente espera del grupo que por cierto es reacia a que les hagas canciones nuevas porque ellos quieren seguir oyendo los clásicos de los años ’80. Es complicado.
Tomy Baron es una de las experiencias mas gratificanetes que he tenido poque ahí he sido musico y letrista porque hice todas las adaptaciones con el permiso de Pete Townshend al que tuvimos que enviarles las letras en español y sus traducciones en ingles. Haber logrado hacer una reinterpretación de la obra Tomy es de lo más gratificante y es una de las cosas que me encanta tocar en directo por lo que seguramente suene algo en Buenos Aires. Los últimos albunes tuvieron las repercusiones que tuvieron y para mi fueron unos muy buenos, pero bueno llego un momento en el que preferimos no hacer canciones nuevas porque no van a tener la acogida ni la repercusión que ha tenido el material anterior.
¿Hay alguna canción que disfrutes más de tocar en directo?
Tengo la gran suerte de que me divierto tocando mucho los temas que más le gustan a la gente, pero también reindico canciones menos conocidas aunque no podemos abusar de ello. En un concierto que dura hora y media o dos horas no puedo meter canciones que no sean las favoritas de la gente, pero me gusta tocar canciones del EP Arma Secreta, por ejemplo, que casi es un autoretrato mio. De hecho, iba a ser un disco solista mio, pero no encontre viabilidad en compañia. Desafio, también me gusta mucho como «Exorcismo» y «Hijos del blues».
De las canciones clásicas me divierto mucho tocando «Con las botas sucias», «Resistire», «Cuerdas de acera» y quizas un poco menos «Los rockeros van al infierno» y siempre las trato de tocar como la mejor vez que me salga en la vida que no se si lo logro, pero cada vez que me subo a un escenario trato de dar el mejor concierto de mi vida. A la gente hay que darle lo que quiere sino va a dejar de ir a los conciertos.
Después de esta gira por el 45 aniversario ¿Cuál es el próximo vuelo del Baron?
Mientras la gente nos siga aceptando, seguiremos aquí siendo consciente que tenemos un nivel digno para seguir tocando estas canciones que quieran o no han marcado una pequeña epoca dentro de lo que es la historia del rock español.
Por Jonatan Dalinger
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