En agosto del año pasado, Chelsea Grin se presentó en Uniclub, con entradas agotadas y brindando un show demoledor. Poco mas de un año paso, y los oriundos de Salt Lake City, Utah volvieron a nuestro país, esta vez para presentarse en Groove, ya que la vara luego de su pasado show había quedado muy alta. Además, y para sumar motivos para dar el presente, los locales Descarnado y Nvlo se sumaron a la fecha. Sin dudas una cátedra de deathcore y breakdowns para propios y ajenos.
Los primeros en aparecer en el escenario fueron los chicos de Descarnado. Banda en constante acenso, que supo acomodar su formación, que presentación a presentación se nota la dedicación y la búsqueda de perfección en lo sonoro y audiovisual. La performance de Ivan Suárez como frontman, habiendo dejado la guitarra para dedicarse de lleno a la voz, también se nota en evolución constante. La banda vive un gran presente, presentando temas nuevos, preparando lo que se viene y habiendo lanzado recientemente una colaboración con Lwandile Prusent, de Vulvodynia . El show fue contundente, dejando las tablas en perfectas condiciones para sus amigos y colegas de Nvlo.
A ojo, muy probablemente las remeras mas repetidas fueron las de Nvlo. Quizás la banda emergente con mas proyección y convocatoria del momento. Ya se presentaron en lugares míticos como los teatros Vorterix y Flores, en lugares como El Teatrito, El Roxy, y ni hablar de su viaje al Wacken. Los argumentos que da la banda son por demás contundentes, tanto para amantes del género, como para aquellos que no están del todo metido en el deathcore y similares, coincidirán en que la banda suena impecable, en que sus shows son demoledores y en que hay un público, joven, que los sigue y que va en aumento. Su confirmación para esta velada se dio poquito antes de la fecha, y fue un «Y si», porque ante tal cumbre del estilo, Nvlo no podía quedar afuera. Arrancando con la clásica «Bastardos en Pena», su repertorio fue al hueso, y la gente se mató en el círculo hasta el último acorde y breakdown que la banda desenfundó. Previo a retirarse, recordaron a los presentes que el próximo primero de diciembre se estarán presentando por segunda vez en El Teatro Flores.
En su visita anterior, Chelsea Grin presentó su trabajo doble Suffer in Hell/Suffer in Heaven, por lo que en su mayoría, lo que tocaron fue ese material. Esta vez, y seguramente teniendo en cuenta eso, la banda puso el foco en el resto de su discografía, relegando lo recientemente presentado. Así, el inicio fue con «Hostage» cantada por el público en ese primer silencio brindado por la banda. Primero de muchos, porque una característica del género y de la banda, son los breakdowns y bajadas asesinas, llevando los limites cada vez mas allá, mas lentos, mas duraderos, mas pesados, mas silenciosos. El sonido fue irreprochable, volumen muy fuerte y muy claro. Los músicos entregan un show de muy alta calidad, en ejecución y en presencia. Tom Barber, además de vociferar de manera inhumana durante todo el show, maneja al público de excelente manera, agradeciendo, arengando o simplemente haciendo gestos y/o caras. El público tuvo su propio show, con rondas enormes, con piñas, patadas, y acrobacias dignas del mejor capoeira brasilero. En mas de una ocasión se pudo ver a Barber apreciar lo que sucedía en esa masacre abajo del escenario. La duración fue un poco corta, algo menos de una hora. Quizás los mas fanáticos quedaron con ganas de un poco mas, para el resto (me incluyo en ese resto) el balance fue mas que positivo, un show muy contundente, una patada corta y certera al mentón, que dejó su porción de violencia y tortícolis justa. El cierre, con el clásico mas festejado de la banda, «Recreant» y su bajada memorable, aquella que aturde con su silencio, marcó un gran regreso de los norteamericanos.
Segunda visita de la banda en dos años. Esta vez en un lugar mas grande, esta vez para repasar toda su carrera. Además, acompañados por los dos actos mas representativos del género en nuestro país como Descarnado y Nvlo. Chelsea Grin fue protagonista, los círculos fueron claves, los breakdowns necesarios y los silencios nos dejaron aturdidos.
Por Juan Cordiviola
PH: Cuervo Deth
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