RESISTIENDO HASTA EL FIN. Barón Rojo – Teatro Vorterix (16-11-2024)

Barón Rojo aterrizó en nuestro país una vez más y se suma a las incontables visitas anteriores. Es que los españoles llegaron por primera vez allá por 1983, compartiendo escenario con V8. Desde ese entonces, y de manera regular, la banda no dejó oportunidad para visitarnos y a raíz de eso, fue construyendo una relación muy especial con nuestro público. Luego de 45 años de carrera, lanzando discos y girando, la banda esta en esa zona de despedida, de celebración y de festejo constante hace algunos años y es por esto que las visitas se vuelven aún mas especiales. Lo cierto es que el sábado 16 de noviembre, la nave comandada por los hermanos de Castro revivió los grandes clásicos de Barón Rojo, en lo que fue una verdadera fiesta de heavy rock. Fueron parte de la jornada los locales Ojos Negros, Maligno y Karkaman.

La previa fue variada dentro del espectro heavy metal nacional. Es decir, primero actuó Ojos Negros, con su heavy thrash con estirpe nacional y amplia trayectoria, rememorando, con su estilo, las clásicas y pioneras bandas argentinas, como pueden ser V8, Hermética u Horcas. A continuación, la gente de Maligno brindó su show con un enfoque mas rockero, y con un público que se notaba, era seguidor de la banda. Los últimos en calentar el escenario previo al Barón, fueron los Karkaman. Más allá de problemas en el sonido, con acoples que aparecieron durante gran parte de su presentación, lo que mas llamó la atención fue la cantidad de covers realizados por la banda. Quizás para levantar y captar mas la atención de aquellos que no conocen la banda, porque material propio tienen. La proporción fue casi de un 50 y 50 entre material propio y ajeno, con versiones como «Nos Siguen Pegando Abajo» o » Campanas en la Noche». Igualmente, la banda dio un buen show.

El Vorterix presentaba una muy buena cantidad de gente, no agotado, no explotado, pero, en los tiempos que corren es difícil presenciar sold outs. Una gran mayoría del público se conformaba por aquellos primeros seguidores de la banda, pero también se podía ver mucha gente rondando los 30s y por supuesto padres y madres con sus hijos. Ya desde el inicio del show, el ambiente y el clima era de festejo, de estar una vez mas ante una banda que la gente adoptó como propia. Sea por una cuestión idiomática, o por la cantidad de visitas, el lazo entre Barón Rojo y Argentina es evidente.

De la misma manera, también es evidente que el show se lo lleva Armando de Castro, que además de su gran talento con la guitarra, juega con el público constantemente. Baila, gesticula, se mueve por acá y por allá y siempre, como si fuera una extensión de su cuerpo, tocando algún yeite con su guitarra. La contra cara es su hermano Carlos de Castro, con un perfil muchísimo mas bajo. Apenas se mueve por el escenario y es difícil verle algún gesto o músculo de la cara moverse. Sin embargo es quien esta mayormente a cargo de las voces ademas de la otra guitarra y su concentración en eso hace que el resultado sea muy meticuloso. Sin dudas el avión se mueve a fuerza de los hermanos.

Seguramente habrá algún fundamentalista que se quedó con ganas de tal o cual tema, pero sería injusto no decir que la banda tocó sus mas grandes clásicos. Temas como «Barón Rojo», «Concierto para Ellos», «Resistiré», «Hijos de Caín», «Cuerdas de Acero» o «Los Rockeros van al Infierno», entre tantos otros presentes, son clásicos que supieron atravesar generaciones, y perdurar en el tiempo. Si bien no hace falta decirlo ni dejarlo asentado, el público cantó y coreó cada estribillo como si fuera el último.

Otros momentos álgidos de la noche se dieron con «Larga Vida al Rock & Roll», un himno, una declaración de principios al gritar «Por la imagen que nos dió, larga vida al rock & roll»; por otro lado y bajando varios cambios, la tranquila «Siempre Estas Allí», que además de dar descanso a la intensidad, llevó emoción y sentimiento a todos los asistentes.

Fueron casi dos horas de show, de pura nostalgia y celebración, de una banda que no es nuestra, pero en parte nos pertenece, les pertenecemos, así lo sentimos y así lo sienten ellos. Si será la última vez no lo sabemos, por las dudas, gracias por la música y larga vida a Barón Rojo.

Por Juan Cordiviola
PH: Martes Rubí

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