QUE TODO SEA PARA BIEN. Hot Mulligan – C.C. Bula (19/03/2025)

Transcurría otro miércoles de manifestación de jubilados y el calor de la tarde se iba colando en el aire vespertino de la ciudad central. Era el clima ideal para una concierto de punk sensible y verborrágico. Llegando a la zona del Centro Cultural Bula, ya se podían observar los primeros emos, punks y skaters que asistirían al primer concierto de Hot Mulligan en Argentina, una de las bandas líderes de la nueva sangre del pop-punk mundial. La popularidad de la banda de Michigan se ha extendido a lo largo del mundo gracias a su distintiva identidad, sin salirse de los cánones tradicionales del género, pero con mucha frescura y personalidad. Verlos en su momento más alto de trascendencia (casi un millón de oyentes en Spotify) era una oportunidad para no perderse.

Cerca de las 20:20 comenzó el set de los locales Efecto Amalia. Tras el show de Cardinals (lamentablemente me los perdí), los oriundos de Escobar dieron rienda suelta a su personal forma de hacer rock. Con las emociones como hilo conductor se pasearon entre el post-rock, el indie y el emo con mucha soltura, ganándose la aprobación del público. El grupo fronteado por Brian Pineda y Fernando Yánez, ambos en voces, se encargó de mantener a la gente expectante a fuerza de canciones variadas pero sin perder su propio estilo. Entre las canciones interpretadas hicieron hincapié en las que pertenecen a su más reciente trabajo Cuando Digo Somos (2024). Se destacaron temas como «El Impulso», «Permanece» y «Treintaidós», este último junto a Nazareno Antolini de Elnueveonce. Se notan los años de experiencia de la banda, plasmados en un show intenso e interesante que sorprendió a propios y extraños.

Pasadas las 9 de la noche llegó la tan esperada hora: Hot Mulligan comenzaba su desembarco en tierras argentinas de la mano de «Drink Milk and Run» con un público encendidísimo. Le pegaron «Shhhh! Golf is On» y el éxtasis fue total, los gritos de «RE-CHECK / CHANGE» hicieron estremecer el recinto. Para colmo el tercer tema fue «Fly Move (The Whole Time)», que, yendo de menos a más, se adueñó de las gargantas y corazones del respetable una vez más. «And I Smoke»agitó el ambiente mientras la gente saltaba y cantaba. Era emocionante ver como los fans se sabían cada palabra de la canción. «OG Bule Sky» y su riff midwestiano sumaron su granito de arena para alimentar la conexión con nuestro país. Pero todo se iba a venir abajo con el siguiente número del espectáculo. La voz de Nathan «Tades» Sanville brilló en «*Equip Sunglasses*», ese tremendo hitazo que fue la puerta de entrada para muchos de los presentes (me incluyo). Su indignada y despreciable letra contrastaba con el pogo alegre y festivo que originó. Aunque Sanville se había disculpado de antemano por «cantar horrible», nada fue más alejado de la realidad. Lo dió todo en «SPS», «Shouldn’t Have a Leg Hole But I Do»/»It’s A Family Movie She Hates Her Dad» y la gran «Gans Media Retro Games». La felicidad de los músicos ante un Bula colmado de gente entregadísima a su propuesta era evidente en sus rostros. Se los notó disfrutando en temazos como «Digging In» y «This Song is Called it’s Called What’s it Called», la cuál sumo un momentito de calma entre tanto pogo, mosh y slam (emo).

La segunda mitad del recital de los americanos la marcó «Losing Days», unida sin respiro con «Featuring Mark Hoppus», otro momentazo. El tema era de los más esperados por los fanáticos y sus letras de desamor, ilusión y nostalgia inundaron nuestras entrañas con melodía grabando las voces de Sanville y el violero Chris Freeman en la memoria para siempre. La excelente «End Eric Sparrow and the Life of Him» y «John «The Rock» Cena, Can You Smell What the Undertaker» evidenciaron una vez más lo ajustado y certero de la interpretación de los yankees. Entre gritos y coros, «Stickers of Brian» anunciaba el inminente fin. Y la desgarrada voz de Sanville nos deleitó una vez más con ese himno a ser emo a los treintaypico que es «BCKYRD». El impacto de la canción es innegable. Fácilmente de los mejores 3 momentos de toda la velada. Crecer duele. Pero duele menos si escuchas Hot Mulligan. Como si fuera poco «How Do You Know It’s Not Armadillo Shells» fue el tiro de gracia para cerrar una noche bellísima donde los sentimientos fueron lo principal. «Just bring me home» no fue una frase más.

Ver una banda en su mejor momento siempre es refrescante. Lo de Hot Mulligan fue un evento canónico para los amantes del punk/hardcore/emo/lo-que-sea más melódico y ganchero. Una caricia al alma para los que no temen sentir. La catarata de canciones evocó todo tipo de emociones, pero siempre con energía, con una constante retroalimentación entre el grupo y la gente. Es preciso destacar la cálida y amena atmósfera que se respiraba en el ambiente. Esa noche nadie estuvo solo.

Por Boris Bargas























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