Intentando dejar de lado la subjetividad, ejercicio seguramente utópico, uno podría llegar a la conclusión de que Avernal es hoy en día, y en la historia del metal extremo de nuestro país, la banda más importante e influyente que existió, y que por suerte, existe. Ahora haciendo uso de la subjetividad, y atreviéndome a manifestar mi opinión personal, afirmo con certeza lo anterior: Avernal es la banda más importante del metal extremo argentino. Dicho lo anterior, cada oportunidad de verlos en vivo debe ser aprovechada, más aún teniendo en cuenta que nunca vivieron del pasado y que siempre estuvieron activos creando nuevo material y nuevas propuestas. Así, Avernal se presentó por primera vez en el año en Uniclub, en la noche del sábado 29 de marzo.
Apostados en las inmediaciones de Uniclub, y con una fila que iba creciendo, ya en la madrugada del domingo, un gran número de personas decía presente para ver, seguramente una vez más, a la banda comandada por Cristian Rodriguez y Federico Ramos. La expectativa era palpable, mas allá de que motivos particulares no había, es decir, no se presentaba material nuevo, era ni más ni menos ver a Avernal. Con el correr de la noche sin embargo, se entendió que la banda esta despidiendo lo que fue su último disco a la fecha, Tzompantli. Además Terror Producciones, que trabaja con la banda hace tiempo, se encuentra cumpliendo diez años en este 2025. Al fin y al cabo, motivos siempre hay.
Con Cristian al frente, y con su remera del disco Destroyer de Kiss, Avernal comenzó su show con una seguidilla perteneciente a La Quimera de la Perfección (2016), a saber, «El Profeta y la Carroña», «Mediador» y «Habitante de Cadáveres». Uniclub se encontraba explotado de gente, con una ronda violenta cercana al escenario y con muy poco lugar para caminar en la parte trasera, cercana a la barra. Algo notorio y novedoso, sin saber realmente desde cuándo, fue el público nuevo, o mejor dicho joven. Se nota que la banda trasciende edades y eso es algo realmente a destacar y meritorio, pasado, presente y futuro sin dudas.
Hubo tres segmentos, claramente delimitados por los discos, que dieron forma a la lista de temas. En primer lugar, y mencionado anteriormente, el perteneciente a La Quimera… El segundo tramo, y con menos presencia, fue el de El Sangriento. Una época mucho mas cancionera y rockera de la banda, lo que se refleja en la gente, cantando y pogueando en cada estribillo. Clásicos como «La Tormenta Después de la Calma», «Voracidad» y «Hoy Podes Pudrirte» fueron parte del repertorio.
Luego de «Alquimia», sonó la instrumental «Frío Despertar Apocalíptico», que sirvió como descanso. Además daría lugar al tercer segmento dedicado casi exclusivamente a Tzompantli. La banda regresó con un volumen brutal, quizás demasiado, cosa que por momentos se tornaba en una bola de sonido. Por lo demás, Cristian explicó que se encuentran despidiendo lo que fue su último material, para dar lugar este año, a un nuevo disco y un libro a cargo de Facundo Llano, autor de Stoner Argentino: Rock pesado y psicodelia (2022). Aplausos, gritos y demás ademanes del público, festejaron la llegada del nuevo material de Avernal.
«Hilera de Cráneos», «El Ungido», y la tan coreada «La Densidad», entre otras, fueron dando forma al final de la noche/madrugada. Sin embargo, siempre hay tiempo para un poco mas de rock, o mejor dicho death n roll, por lo que «La Resurrección» de Miss Mesías (2009) levantó puños y agite en los presentes. El final propiamente dicho, fue con «Carne para la Bestia», brutal y asesino, con una ronda que daba lo último de energía restante.
Una noche más en donde Avernal demostró trayectoria, vigencia y sobre todo, futuro. La canción reza «Construimos el santuario…»; me permito modificarla y decir que, en este caso, la banda se encuentra despidiendo el santuario, es decir, el último y gran trabajo titulado Tzompantli. Solo quedará esperar con ansias el nuevo disco.
Por Juan Cordiviola
PH: Ce Principe
