
El pasado viernes 19 de abril tuvo lugar un evento importante para los amantes del metal negro. El Centro Cultural Bula fue elegido para una auténtica celebración de black metal. La banda noruega Ancient aterrizaba por segunda vez en Buenos Aires como parte de su gira latinoamericana. Los pioneros de la escena nórdica de mediados de los años 90 fueron secundados por varios exponentes locales, conformando un suculento cartel para aquellos que están en el metal más maldito.
Tras el breve set de Rhaug y su black/death sinfónico, llego el turno de Dios Serpiente y su oscura mezcla de doom, drone e industrial. El dúo liderado por Leandro Buceta exhibió todo su poder en un inquietante set. Las frías baterías programadas y diversos samples se combinaron con densos riffs de bajo acompañados por angustiantes melodías de guitarra, generando un doom con voces blackers que recordaba a los noruegos Faustcoven, además de algún tufillo al Celtic Frost de Monotheist (2006). Lamentablemente el sonido saturado no ayudó a apreciar la propuesta de la banda. La contundencia de sus composiciones se vió empañada por una punzante bola de ruido. Una lástima.
Directo desde Campana, provincia de Buenos Aires, Gloriam Satanas salió a escena para adueñarse de las tablas. Ataviados en cuero, púas y cruces invertidas, la banda formada por Valtasael (guitarras), Tyrant (bajo), Shub Niggurath (guitarra), Dr. Satan (batería) y Tormentor (voz) impactó con su afilado black metal. Entre teclados sampleados, blast beats y tremolo picking, lo de los campanenses pasaba de furiosos y pesados riffs a sentidas y fugaces melodías sin despeinarse. Lamentablemente, el sonido no fue el mejor (nuevamente) con las guitarras demasiado al frente. Fuera de esto, merece la pena destacar el trabajo vocal de Tyrant y el imprescindible aporte de Valtasael como segunda voz y coros, un detalle muy atractivo.
Pasadas las 21:30 hs fue el momento del plato fuerte de la noche. De la mano de la intro «Svartvalheim» Ancient pisó fuerte de entrada. «Trumps of an Archangel» marcó el comienzo de la interpretación del álbum Svartalvheim (1994) en su totalidad (o casi) a puro black melódico y, aunque el recinto no estaba a su máxima capacidad, los fanáticos le hicieron llegar toda su devoción a los comandados por Aphazel (guitarra y voz). El setlist continuó naturalmente con ese temazo que es «Huldradans» y el éxtasis fue total. «The Call of the Absu Deep» fue otro gran momento del show, manteniendo el altísimo nivel interpretativo de los noruegos, todo sonaba en su lugar. Daba gusto. El repaso por el disco debut no se detuvo, así siguieron «Det Emgle Riket», la extensa y épica «Paa Evig Vandrig», «Eerily Howling Winds» y una oscurísima versión de «Likferd». Llegado este punto la perlita absoluta de la noche fue una bella versión de «Trolltaar», del EP homónimo, una grata sorpresa. Continuaron con una correcta versión de «Nattens Skjønnhet» (otra gema) para concluir esta breve pero sustanciosa segunda porción del show.
El tercer segmento del setlist llegó con el repaso de su segundo larga duración, The Cainian Chronicle (1996). Aunque lógicamente el tiempo no alcanzaba para cubrir la totalidad del disco, Aphazel tuvo piedad y luego de la clásica intro «Ponderous Moonlighting», desencadenó el infierno con «The Cainian Chronicle, Part I: The Curse». «The Pagan Cycle» precedió a la esperadísima «The Cainian Chronicle, Part II: Lilith’s Embrace» y la satisfacción fue gigante. Como si fuera poco se despacharon con un ardiente cover de «13 Candles» de Bathory. ¿Qué mejor manera de cerrar un show de black metal sin fisuras?
Lo de Ancient fue simplemente histórico. Sonaron impecable de comienzo a fin. La soltura de estos tipos para tocar semejantes composiciones es admirable. Representaron su (injustamente menospreciado) legado de la mejor manera posible. Ancient expuso por qué es uno de los nombres fundamentales de la escena escandinava, de los que no hay que pasar de largo. El black metal es un género que nunca pierde su atractivo y Ancient demostró por qué.
Por Boris Bargas
PH: Cuervo Deth