MASTERS OF FLORESTA. Ciclo Extremo 8 – Pana Rock (26/04/2025)

Mientras que Tecnópolis celebraba una nueva edición del Masters Of Rock el pasado 26 de abril, con la infortunada baja de Scorpions debido a una laringitis que imposibilitó la voz de Klaus Meine, en la alejada Floresta, un puñado de fanáticos tenía la oportunidad de disfrutar de tres bandas que enaltecen el repertorio nacional en el la octava edición del Ciclo Extremo, que se realizó en Pana Rock. Ossamenta, autodefinidos como metal extremo, Dislepsia, que nos recordó los sonidos clásicos del death, y finalmente Rhaug, con una fusión de géneros que conviven dentro del black metal que coronó la noche.

Cuando las luces se apagaron, Ossamenta demostró de inmediato porque son lo que dicen ser, metal extremo. Julio Sosa en la voz, soltaba cada gutural y cada grito, desde algún lugar muy profundo de su ser, demostrándose fiel a los valores y principios que el grupo proyecta en sus letras sobre asesinos y problemáticas sociales. “Queremos entrar al público nuevo, estamos abiertos a las nuevas ideas”, me mencionó. La banda se formó en el año 90, pararon en el 98 y no fue hasta 2019 que el proyecto revivió con solo un integrante original dentro, el baterista Daniel Morales. “Son la misma banda aún?” le pregunté a Sosa, “Sí, es la misma esencia, es el mismo aguante”. Y es ahí donde recae el valor de la banda, en el aguante. De principio a fin, la banda demostró, entre la variedad de canciones que formaron parte del corto set, el aguante con el público, entre ellos mismos y con aquellos que no estuvieron presentes, haciendo mención a Miasis cuya lamentable ausencia fue mencionada en más de una ocasión.

Luego llegó la hora de Dislepsia. El telón se abrió sin aviso para revelar a un Cabrera con los ojos en blanco, consumiendo al público con la mirada entre los estruendos de las guitarras. El público levantó los puños en el aire, otros movían sus cabezas desenfrenados, sonaba “La última plegaria” del clásico de 2018 Engendrando a Satán. El set no tuvo descanso, la presencia escénica evidencio la experiencia de la banda, desde el escenario, el grupo también adelantó la existencia de un próximo disco, entremezclando algunas canciones en el ser repleto de clásicos. Para cuando sonó “Pandemia” y “Desde la Hoguera”, Kevin Deimos, guitarrista de Ossamenta ya se hallaba en la valla demostrando su aguante a la gran demostración de poder que dejo Dislepsia.

El humor había cambiado, un salón oscuro se ennegreció aún más con la presencia y atmósfera cuando Rhaug salió al escenario. Canciones largas y pesadas con inspiración en Septic Flesh y Emperor son una gran parte de la base del primer disco de la banda. Aún así, contaron con la capacidad de alternar sus estilos entre lo atmosférico y lo progresivo con una habilidad notable. “Físicamente es muy doloroso, tengo una gran preparación para la batería”, me confesó el baterista André previo a subirse, “El segundo álbum está compuesto, estamos practicando los temas, pero todo está listo”, me adelantó. Para fortuna de los presentes, se pudo oír “Arrogance» como adelanto de este nuevo disco. Una canción que cambia el paradigma de la banda, alejandola de lo que hasta ahora habían
tocado. En su sonido, es tan melancólica como estruendosa, una fusión duradera entre sentimientos de belleza y tristeza que transcurren a la par, y que a uno no lo sueltan jamás. “Kaiser” fue el broche de oro de la noche, la joya del disco homónimo, estrenado tan solo en 2024, que prepara para lo mucho que Rhaug puede ofrecer.

Por Uriel Hernández Matusevich























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