
Para que un recital sea esperado hay multiples factores: el debut en el país, al aniversario de una obra, el regreso al vivo del proyecto o simplemente la devoción descomensurada. En el caso de Touché Amoré, es la primera vez que se presenta la banda en Argentina y además presentan un nuevo material discografico Spiral in a Straight Line (2024). Indudablemente, la devoción descomensurada también se ve en un público joven que desde temprano se amotino en las puertas de Uniclub para primero escuchar la propuesta de Wrrn y luego, finalmente, a los californianos.
Así como Touché Amoré, Wrrn también son del sur del país. Oriundos de la patagonia, Gonzalo Morales le mostró unas maquetas de canciones al bajista Nicolás Soto y el guitarrista Sebastián Soto una vez ya instalados en Buenos Aires. Ese mismo año publicaron sus primeros dos canciones como trío: “La llegada de todo” y “El lugar de siempre”. Al poco, tiempo Lautaro Gomez Rubio ingresó como baterista. Deambulando entre hardcore, el shoegaze e incluso espacios de batería propios del black metal, es la banda indicada para una banda como la que dirige Jeremy Bolm. El recibimiento es inmediato, la descarga es magnetica y si bien, las letras son densas, no son del todo oscuras, hay un rayo de luz, un claroscuro que se filtra entre disonancias.
Al momento que Touché Amoré esta a segundos de salir al escenario, las preguntas son varias. ¿Qué esperamos de Jeremy Bolm? ¿Qué espero de un público juvenil extiasado reprimiendo su euforia hasta el primer acorde? ¿Será como esos conciertos clásicos de hard core punk donde cada uno de los asistentes vuela por el aires y cae al escenario para volver a zambullirse? ¿O será que como impulsora del hardcore contemporáneo tendríamos un concierto distinto? Punto y aparte, el show esta comenzar.
De un segundo a otro, el telón negro se abre. Jeremy Bolm, Clayton Stevens (guitarra), Nick Steinhardt (guitarra), Elliot Babin (batería) y Tyler Kirby (bajo) están arriba del escenario. La fenomenal «~» arranca un show que viajara por una montaña rusas de emociones que recorrera practicamente toda la discografia. La intención de Touché Amoré es innovar en un genero que tiene su recorrrido hace al menos casi 40 años. Desde california implosionan con una lucha interna entre soledad, caos, luminosidad, ansiedad, miedo, incertidumbre y duelo. «New halloween», canción número dos de Stage Four, quizas el disco más importante de la banda y de Bolm, en donde rememora el primer aniversario del fallecimiento de su madre tras una dura batalla contra el cancer, es el primer punto alto de la noche.
La lista de temas es sentida de principio a fin: «Amends», «Hal Ashby», «Disasters», «And Now It’s Happening in Mine», «Pathfinder» & «Limelight», entre otros. Los mosh son intensos, chicos y chicas vuelan por al aire, el circle pit en «Pathfinder» es gigante y eso que se trata de un recinto de capacidad media, tirando a chica. Pero no todo fue color de rosa, Bolm estuvo molesto durante los primeros 10 minutos de los casi 60 que duraría el show. El retorno lo imposibilitaba rendir como él quería; el acople era molesto y sus altercancia con el sonidista se hacía sentir. Stevens también estuvo ofuscado por momentos, el mosh era tal que los cables, los pedales y el pie de microfono corrían peligro.
Sobre el final, llega la canción más desgarradora de la trayectoria de la banda. Una canción que parece catarquita, pero que también es envolvente. Una canción tragica, pero que es liberadora y hace paces con el pasado. «Flower and you» es el exocrcismo de Jeremy Bolm post uno de los momentos más duro que atraviesa una persona, la perdida de una de las personas más importantes de la vida: su propia madre. Y al final, solo era una cuestión de tiempo y el duelo llega en forma de arte, como una forma de esparcir la experiencia y que la historia personal puede ser colectiva porque uno no esta solo; que hay una banda de seguidores más al sur que cantan, gritan, lloran y se abrazan con él.
Por Jonatan Dalinger
PH: Rocio Roberts