
Tim Ripper Owens volvió a presentarse el sábado 17 de mayo en nuestro país en el marco de la gira latinoamericana que lo aterrizo El Teatrito. Como encargados en abrir la noche fueron: Icaro, In Dios, Noches Eternas y Patán.
Se esperaba una noche única y vaya que lo fue. Comenzó temprano cuando a eso de las 18:00 hs se abrieron las puertas para el ingreso paulatino de los presentes para que Noches Enfermas toque el primer turno, seguido por In-Dios, Icaro y Patán quienes con su heavy metal clásico agitaron al público para que de a poco se preparen para el acto principal. Sin muchas vueltas, demostraron que en nuestro suelo hay buen material para apreciar y disfrutar, porque las canciones que fueron sonando se cantaron con mucha energía en un recinto que estuvo bastante concurrido.
Llegó el momento del acto principal. Pactado para las 21:00 hs, se demoró por un atraso con las bandas anteriores, algo que muchas veces sucede en recitales en general. Fue recién para las 21:50 que el telón se corrió y Tim Ripper Owens apareció en escena para dar rienda suelta con “Jugulator”. Después de un saludo sonó “The Green Manalishi (With the Two Prong Crown)” de Fleetwood Mac y hasta el momento la demora previa estaba valiendo la pena porque se escuchaba bastante bien a pesar de algún que otro volumen un poco más alto, pero desde ese punto en adelante todo fue en picada. Durante la noche se registraron un montón de problemas técnicos principalmente con el bajo que a partir del tercer tema dejó de escucharse. Entre técnicos y el bajista mismo estuvieron casi toda la noche intentando resolver el inconveniente, pero no hubo caso. Muchas canciones tuvieron que ser modificadas en el momento por la ausencia del bajo quedando solo a 2 guitarras. Por otro lado, Ripper tuvo problemas con el sonido del escenario también, entre acoples y ruidos raros. Si bien se lo notaba visiblemente molesto por toda la situación, se puso el show al hombro continuando con la amplia lista de temas que preparó. Basada en su época con Judas Priest, sonaron “Blood Stained”, “Burn In Hell” y “Beyond The Realms of Death” aunque también paseo por su época de Iced Earth con “Where Eagles Cries” y su actualidad con K.K Priest de la mano de “Hellfire Thunderbolt” y “One More Shot at Glory.” Hasta hubo un momento para homenajear al Paul Di’Anno con una versión de “Wrathchild” del primer Iron Maiden.
Ya para el final de la noche los problemas habían sido medianamente solucionados, en este punto hay que reconocer dos cosas, primero el profesionalismo de Ripper Owens en seguir con el show tal cual estaba armado, sin sacar canciones, siempre con una sonrisa además de tener buen trato con la gente. Segundo, la comprensión por parte del público que a pesar de los problemas mostraron su apoyo y cariño dejando claro que entendieron que los inconvenientes no fueron culpa de los músicos sino un hecho fortuito. Si bien la lista venia cargada de clásicos de la época del propio Tim la gente quería clásico de clásicos y temas como “Electric Eye” y “Living After Midnight”, claramente fueron los puntos más altos de la noche junto con la canción final la cual fue “One on One.” Aún molesto, pero aliviado por terminar, agradeció y pidió disculpas por los problemas técnicos que según dijo también casi hizo que dejen el escenario.
En esta oportunidad, Tim Ripper Owens tuvo una experiencia un poco más amarga que otras, pero como dice el dicho, el show debe continuar. Lo dio todo: n buen recital con toda la potencia y buena onda que acostumbra. Esperemos que en la próxima visita lo único por lo que haya que preocuparse sea porque haya más canciones en la lista de la gran carrera de este artista.
Por Fernando Gonzalez
PH: Gentileza Icarus Music (Martin Darksoul)