REACTIVANDO EL ENGRANAJE. CTM – Teatro Vorterix (09/07/2025)

Después de haber recorrido España a fin del año pasado, CTM llega a mitad del 2025 con un disco nuevo bajo el brazo. En el medio, conciertos aquí y allá en distintos puntos del país. Quizás, el Tano Marciello sea el músico de rock, y metal, federal por excelencia. Además de haber tocado en pueblos perifericos más allá de las ciudades centrales, también describe horizontes y paisajes con su guitarra, así como también en palabras. Unos días antes de presentarse en Vorterix estuvo en Blender y en un momento dado recordó que en una gira con Almafuerte «Nos llevaron en un colectivo 1114 desde San Salvador de Jujuy a Tílcara por la Quebrada de Humahuaca lo que serán unos 50 kilometros y yo andaba con una criolla, me senté en el piso y mire el paisaje e hice esto» para acto seguido comenzar a tocar «Allá en Tílcara.» Esa anecdota sintetiza la obra del Tano, su forma de componer, pero más que de componer; en su forma de conectar con seis cuerdas, con la guitarra, con la música así como luego lo haría con «La guitarra del fin del mundo» para Vive, el disco que presentó en el Teatro Vorterix hace algunos días atrás.

El ex Teatro Colegiales tuvo una buena convocatoria y en cada una de las remeras negras de Almafuerte, u otras remeras negras de otras bandas de heavy metal, camperas de cuero y chalecos de jean, lucían deslumbrantes la escarapela por ser 9 de julio, Dia de la independencia. Una lista de 30 temas, divididos en tres hojas o tres sets, esperaban por ser interpretadas por el Tano, Leandro Radaelli (Bajo y voz), Giuliano Noe (guitarra) y Melina Marciello (Batería). Lo curioso y destacable es que el material nuevo fue tocado en su totalidad. «Descartable», al igual que en la obra, fue el primero en sonar en un escenario que desde la previa, con el Himno Nacional Argentino de fondo, estuvo a telón abierto y no se cerraría hasta recién dos horas y media después. El repertorio hizo base en su carrera solista con temas como «Tribulaciones» y «Reunidos», pero también hizo pie en la otra parte de la historia del italiano.

Hay una canción de Herpes que dice ‘hay gente muerta que no esta en su cajón y gente viva que no sabe donde está’ y creo que es buena forma de representar lo que ocurre en derredor del Tano. El propio guitarrista fue quien dijo sobre si mismo que estuvo cerca de irse a otro plano cuando era el hombre peste y es el mismo el que se quiebra al recordar a Ricardo Iorio. El padre del metal no esta muerto, muerto es aquel que no está en la memoria colectiva y hay gente viva por no rasgarse las vestiduras sentención con progresismo el legado del perro cristiano. Entre lagrimas y más que que con una guitarra electroacústica en el escenario presento «Mi credo» y a viva voz las cerca de mil almas presentes entonaron quizás unas de las canciones más emotivas escritas por Ricardo.

Para la segunda parte, «Generador», «Si me acompañas» y «Canción de terror» intercalaron como representaciones de cada una de las etapas de los siete discos de estudio publicados por cuenta propia. Ahora, más allá del repaso y de la conmemoración al procer del metal nacional, no todo salío bien en el concierto. Lamentablemente, el sonido no estuvo a la altura de las circunstancias y acoples y suciedad dominaron el panorama. Por momentos, las guitarras tomaban el frente, pero la voz nunca quedo limpia del todo. Podría decir que con Radaelli al tomar la posta de voz al mando estuvo más claro, pero fueron escasos momentos. Como recta final, «El peso del tiempo», fue unos de los últimos en sonar de CTM, lo que abrió paso a nuevas versiones de Almafuerte. Primero, «De la escuelita» regrabada en Vive, luego «El pibe tigre» que emociona y enerva que lo que relata aún sea posible de ser y finalmente, la canción que hizo suyo a Pedro Bonifacio Palacios, la canción que hizo que todos hagamos nuestro nombre Almafuerte.

Por Jonatan Dalinger
PH: Cuervo Deth

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