
El martes por la noche me acerque al Abasto porteño, más precisamente a Uniclub, para presenciar el llamado Club de la muerte. Llegado el momento Culebra and Thee Evolution Surf School comenzó su set alrededor de las 20.30hs. Como bien su nombre da a entender la banda se destaca por hacer surf rock, pero eso no es todo sino que es instrumental. Un sonido simpático para ambientar el comienzo de la noche en donde uno podría imaginarse, gracias a la buena climatización de la banda, estar sobre una tabla en el caribe. El set se basó en la presentación de su disco de estudio Surf Revellution. Más allá de que no había mucha variación, el tema a destacar fue «Olas salvajes» por el solo a cargo de Culebra.
El público crecía a montones y la espera por Sauron era bastante inquietante. Se abrió el telón y las luces azules cubrieron el escenario mientras de fondo sonaba «El árbol caído II» para lograr un clima perfecto. Ahora bien, el quiebre se desató cuando Pato Larralde tomó el micrófono con una mano, mientras que con la otra sostenía una lata de cerveza saludando a los presentes. «Madura el limón», «Pus de neón» y «La forma en que envejezco» fueron los temas que sonaron durante la primer parte del set que en su totalidad fue corto pero contundente. Con canciones de aguante y sentimiento por la banda se lo vio al frontman, como siempre, tan lleno de humildad y simpatía. Agradecimientos sobraron desde las bandas que compartían el escenario hasta organizadores y a la gente del local sin olvidar al público. JB Larralde afiladísimo con los solos y en si la banda contó son un sonido perfecto. El final llegaría con el corte de difusión de su ultimo material El último árbol sobre la tierra (2012) «Humo eléctrico» en donde los altos alaridos del vocalista penetraron cerebros.
Banda de la muerte salió a escena para finalizar la jornada. Cuando se abrió el telón algo diferente había en el escenario, Santiago de Poseidotica estaba el lugar de Leonardo Bianco que está de gira. «Te estas dejando mentir» abrió el show, al igual que lo hace su disco Pulso de una mente distinta (2012). Distorsión alta, volumen al máximo pero de ecualización más que grata para los oídos. «Espíritu en paz» logró destrozar cuerpos que se vieron forzados a entrar en pequeños pogos. Dos temas fueron claves durante el repertorio y se trataron de «Cuando ya no hay más que perder» y «Parte de mi historia» en donde se gestó una adrenalina más fuerte. Con una nueva carga de agradecimientos el set de la muerte iba a terminar con «El sol salió del sur» que liquidó las últimas fuerzas de los eufóricos.
Cobertura: Jonatan Dalinger
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