
Pentagram, la banda sudamericana de culto por excelencia (reunidos en 2009 y desde 2012 llamados Pentagram Chile para evitar confusiones con sus pares estadounidenses), después de sacar su primer álbum de estudio se embarcaron en una gira que los trajo por primera vez a territorio argentino. Formados en 1985, tan solo tres años de carrera y dos demos de tres temas cada uno, que seguían los pasos de bandas como Venom, Slayer, Celtic Frost o Possessed, a mitad de camino entre el thrash y el death, les bastaron para establecerse como una banda fundamental en la formación de un género, influenciando a numerosas bandas y siendo interpretadas sus canciones por bandas como Avulsed o Napalm Death. La fecha fue organizada por Death Path Distro en Asbury Club para el día 13 de abril, con Metalepsia, Motorfighter, Carneross y Prion como bandas invitadas (si, literalmente invitadas, ninguna puso un peso para tocar o tuvo que vender entradas) para iniciar la jornada.
A las 19hs se abrieron las puertas y poco después los muchachos de Metalepsia se encargaron de ponerle calor a la noche. Con un thrash a pura velocidad pero con raíces ubicadas en la cruza entre el heavy y el punk, como bien reza tu tercer demo llamado Unidad Heavy Punk, arrancaron pateando cabezas con “Secta Infernal” del demo ya mencionado. Continuaron con “La basura que te imponen” de su segundo demo Crucificados de 2007 y “Animal de guerra” del tercero. Pese a la poca gente que había al momento de su presentación, el trío formado por Facundo Solano en bajo y voz, Yair en batería y Demian en guitarra mostró mucha potencia y energía constante, con veloces riffs, un doble pedal al palo y una voz aguda rasposa con cierto aire o’connoresco. Pasaron “Impacto certero” de su último EP y el tema que le da nombre a la banda, también de Crucificados, para interpretar luego el clásico de Toxic Holocaust “Hell on Earth”, y despedirse con un un tema bien veloz “Unidad heavy punk”.
Luego sería el momento de los paraguayos Motorfighter, venidos desde Asunción especialmente para la ocasión, para presentarnos las canciones correspondientes a su EP debut The Road Warrior, que vio la luz el año pasado. Oscilando entre el thrash metal y el speed metal, Katz Savage en bajo, The Claw en batería, Fast Animal en guitarra y Little boy en voces brindaron un gran show con un sonido acorde, destacándose particularmente la velocidad de los solos de guitarra. Así pasaron a lo largo de media hora de show temas como “Motorfighter”, “Xsex”, “Take my gun” y “Fucking Dizzy”, al igual que otras canciones nuevas como “Metal life rules” o “Ready for more”.
A las 20:45 comenzó Carneross, banda que siempre garantiza no dejar quieto a cualquiera que le corra el metal por las venas, sin bajar las revoluciones nunca a lo largo de cuarenta minutos de show en el que escupieron su thrash brutal, más cerca del Slayer más extremo que del thrash más clásico. “Religión es muerte” e “Inyector del odio” fueron dos de sus clásicos correspondientes a su álbum debut Mass Violencia (2012) con los que comenzó el show, seguido de “Muerte violenta” del demo que lleva su nombre del 2009, y una canción nueva que denota las influencias punk del cuarteto, integrado por Martin Echenique (bajo y voz), Alejandro Conde (batería), Gastón González y Federico Conde (guitarras). Sonaron también “Dios de la guerra” y “Caminarás entre las sombras” del Muerte Violenta, además “Producto del miedo”, “Letal promesa de venganza” y “Culto a la destrucción” del larga duración, resultando de esta forma otro demoledor show de la que para mí es una de las bandas más destacadas del under local.
Pasadas las 21:30 subió Prion, la única banda exclusivamente death de la noche, en lo que fue un show intenso y muy prolijo, con equivalentes dosis de brutalidad y técnica. El grupo integrado por Walter Barrionuevo en el bajo, Marcelo Russo en la batería y Gregorio Kochian en guitarra y voz, es uno de los exponentes más reconocidos del under extremo, que además tuvieron la grata experiencia de girar por Europa. Se presentaron con canciones como “End is near” del Split Torso Trauma de 2011, “Eliminate the suffering” de su ultimo larga duración Impressions (2008) y material nuevo pronto a ser editado como “Anhedonist”, demostrando todo su arsenal sobre el escenario.
El momento más esperado de la noche llegó a las 22:40 horas con el súbito arranque de Pentagram con “Fatal Prediction”, uno de sus viejos clásicos con que abría su primer demo allá por 1987. A los fundadores Anton Reisenegger (guitarra y voz) y Juan Pablo Uribe (guitarra), se le sumaron desde 2012 Juan Pablo Donoso en la batería en lugar del histórico Eduardo Topelberg, y Juan Francisco Cueto encargado de las cuatro cuerdas para esta gira sudamericana, y desde el principio su set fue una aplanadora, riff tras riff que se suceden alternando entre partes muy veloces con algunos medios tiempos. “The Malefice” sonó a continuación, otra vieja canción veloz que funcionó de título para su primer álbum de estudio finalmente editado el año pasado, donde no solo regrabaron (muy acertadamente) siete canciones de los años ochenta con el sonido actual, sino que nos entregaron diez nuevas composiciones que mantienen la esencia y el nivel de antaño, evidenciado también en el buen recibimiento que tuvieron estas canciones como “La Fiura”, inspirada en la criatura maligna mitológica chilena. Anton luego dedicó “Temple of perdition” a la memoria del ex bajista de la formación original, Alfredo Peña, quien cometió suicidio en 1990.
El viejo material fue intercalado con las canciones nuevas, así una “Horror Vacui” que trata de la nada que hay después de la muerte, fue seguida de “Demented”, otra canción antigua que sin embargo fue grabada por primera vez en The Malefice. La blasfemia se apoderó del Asbury con “Sacrophobia”, seguida de “The Death of Satan”, dos de sus recientes temas más destacados. “Profaner” fue otra muestra de la calidad y riqueza de sus canciones, destacando esos riffs y machaques que para mi gusto son de los mejores del género. Con la contundencia de “The apparition” nos íbamos ya acercando al desenlace, presionando un poco más el acelerador con la clásica “Spell of the pentagram”. Tras casi 80 minutos de show se despidieron con “Demoniac posession” dejando a todos los presentes mucho más que satisfechos luego de una noche histórica, donde comprobamos la vigencia de los chilenos que el pasado año nos entregaron un material ubicado entre lo mejor del año, demostrando que no volvieron solo para vivir de viejas glorias pasadas sino que vinieron para quedarse y mirar hacia adelante.
Galería de Fotos:
Cobertura: Sebastian De la Sierra
Fotografías: Cynthia Zelarayán
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