LA RESISTENCIA QUE ENCONTRÓ SU ALTAR. Metal Union Fest: Brujeria & ANIMAL – El Teatrito (05/10/2025)

El evento fue encabezado por la banda mexicana Brujería para conmemorar el fallecimiento de dos de sus miembros el año pasado. A.N.I.M.A.L., Nómade, Fuerza Activa e Inner acompañaron el homenaje.

En un lapso de dos meses, Juan Brujo y Pinche Peach, integrantes de Brujería, murieron por problemas en el corazón. Por tal motivo, y luego de mucho análisis, decidieron rearmar la banda y hacer una gira para rendirles ceremonia. Y qué mejor que invitar a A.N.I.M.A.L., que representa un puente entre el metal argentino y la profunda historia del continente, pioneros en convertir la rabia en conciencia y la distorsión en bandera.

La puerta de El Teatrito se abrió a las 17:30 hs, y las personas que esperaban en la fila sobre Sarmiento comenzaron a ingresar. A pesar de haber elegido un domingo para realizar el evento, a medida que corrían las horas, el lugar se llenaba cada vez más. Inner abrió con riffs densos y un bajo potente que cortaba el aire, mientras la voz de su cantante atravesaba la sala sin pedir permiso. Le siguió Fuerza Activa con un hardcore directo y sin pausas. Se encendieron los primeros pogos, y los saltos, empujones y gritos no cesaron hasta el final del espectáculo.

Con la complicidad del público al grito de “¡Nunca más!”, Nómade brindó un espectáculo fugaz, pero con un mensaje muy contundente. “¡Que se pudran todos los militares argentinos!”, gritó su líder. Las rastas largas del cantante se movían al unísono de las cuerdas del bajo, hasta el punto de querer compartir la misma frecuencia del heavy thrash característico de la banda.

Ni bien subió al escenario Andrés Giménez, de A.N.I.M.A.L., bromeó con su excelente condición de salud, a pesar de que la banda tiene más de 30 años de recorrido en su carrera musical. “Yo tengo 58 y estoy hecho un pendejo; en cambio, miralo a él, que por andar en mal camino parece más viejo”, dijo en referencia hiper sarcástica a su compañero bajista, Titi Lapolla. Como era de esperarse, la banda abordó el tema de la matanza de los pueblos indígenas con sus canciones “Solo por ser indios”, “Poder latino” y “Raza castigada”. Musicalmente, utilizó su técnica infalible de guitarras distorsionadas, el bajo más que presente y unos fills de batería muy precisos que invitaban al espectador a descargar esa ira y ese enojo en el pogo. Giménez se detuvo varias veces para hablarle a la sala: “Esto es unión, esto es resistencia”, gritaba. Los metaleros locales mezclaron clásicos de su repertorio con temas actuales que dio como resultado puro mosh y pogo full show. Giménez identificó entre el público a un amigo y lo invitó a subir para hacer el último tema; se trataba de Cristian Rodriguez de  Avernal.

Algunos minutos después, las luces volvieron a apagarse y sonó la intro de Brujería. El aire cambió. Las máscaras, los gritos, el humo: todo era una mezcla entre ceremonia y caos. En esta nueva formación, con El Sangrón en voz, El Sativo (John Christopher Lepe) en batería, Zángano en bajo y El Criminal (Anton Reisenegger) en guitarra, los mexicanos encontraron un equilibrio entre homenaje y continuidad.

Desde los primeros golpes de “Brujerizmo”, el público respondió como una sola bestia. Hubo mosh, abrazos y lágrimas. “Este show es por Juan Brujo, por Pinche Peach y por todos los que ya no están. ¡Pero también por ustedes, cabrones!”, gritó El Sangrón, levantando el micrófono antes de “Anti-Castro”.

En otro momento de la noche, El Sangrón recordó la historia de la banda: “Brujería nació para romper esquemas, para que el metal fuera ritual y mensaje al mismo tiempo. Cada máscara, cada grito, es para ellos y para todos los que seguimos acá”. Matando Güeros fue el punto máximo del espectáculo, con un público que reunía varias generaciones etarias y familias que se hicieron presentes para rendir homenaje: hermanos, primos, padres e hijos.

En el aire quedaba esa mezcla de ruido, sudor y gratitud que solo se siente cuando una banda logra transformar la pérdida en celebración. Durante el set sonaron “Anti-Castro”, “La Migra”, “Hechando Chingasos”, “Molotov”, “Revolución”, “Matando Güeros” y, finalmente, al son de la Macarena, su clásico hit “Marijuana”.

La jornada demostró que el metal sigue siendo refugio y trinchera, que el 5 de octubre volvió a latir más fuerte que nunca, y que entre distorsión y memoria, la resistencia encontró su altar.

Por Micaela Perez Carrizo
PH: Martes Rubí























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