FURIA, COMUNIDAD Y RESISTENCIA. Death Before Dishonor – Club Cultural Bula (11/10/2025)

Death Before Dishonor llegó a Buenos Aires el 11 de octubre para convertir a Bula en un campo de batalla donde el público entre golpes y breakdowns fue parte de un show de hardcore puro, caótico y con mucha personalidad.

DBD nació en Boston en 2000. Desde sus inicios, el hardcore fue su forma de resistencia: identidad callejera, mensajes claros, postura política. Han compartido escenario con Agnostic Front, Hatebreed y Sick of It All, y siempre mantuvieron un estilo directo, agresivo y consciente de su contexto. Aunque la banda cargue con un pasado de varios cambios de formación y con lecciones aprendidas del circuito global cada tema sigue manteniendo un peso político, social, y que dialoga con lo que pasa hoy: resistencia, comunidad, honestidad. Este género no es sólo un estilo musical, es una declaración de principios y una forma de habitar la esfera musical. Como género nacido en el punk, es esperable que la experiencia hardcore no escape de lo político ni lo personal, siempre desde la calle y lo cotidiano. Más que un sonido, es una actitud, un espacio donde la comunidad se construye a base de furia y choque.

En Buenos Aires, compartir tarimas con Minoría Activa, Dust y Cadenas Crew no fue puro protocolo de producción, sino fue reconocer un ecosistema regional vivo. El público argentino tiene su código y DBD lo entendió y se ajustó con naturalidad. La música fue un puente entre generaciones y culturas hardcore. La escena en Argentina tiene raíces que se hunden en los años noventa, cuando bandas como E.D.O. y Minoría Activa comenzaron a darle forma a un circuito propio, hecho de venues improvisados, clubes chicos y mucha autogestión. Es un mundo donde la música es una mezcla de rebeldía, lealtad y estrecha comunidad. Aunque las bandas internacionales como Death Before Dishonor puedan traer un público más amplio, no dejan de insertarse en un tejido que ya tiene su ritmo y sus tradiciones: aquí, los shows son caóticos, violentos, intensos, y los fans no miran de lejos.

Minoría Activa, uno de los nombres más resonantes entre los teloneros, nace en Buenos Aires en los 90s, con Gori (ex Fun People) en guitarra y Esteban “Moncho” Seijo como vocalista, y rápidamente se convierte en uno de los referentes del hardcore local. Con más de 30 años de trayectoria, la banda logró sostener su carácter dentro de un circuito marcado por la autonomía, los espacios alternativos y la energía comunitaria del Buenos Aires Hardcore. Tal como con DBD esa noche, vienen compartiendo escenario con bandas internacionales y locales, consolidando, así, un atajo entre lo global y la particularidad de la ciudad, siempre reflejando un compromiso constante con la crítica social y la acción política, sin perder la urgencia y la crudeza propias del género.

Como parte de esta fecha, Dust también sumó peso y agresividad mientras que Cadenas Crew trajo velocidad y frescura. Ambas bandas interactuaron, expandieron el escenario aprovechando la baja convocatoria, cedieron micrófonos, alentaron coros y dejaron que el público tomara el control en los momentos más frenéticos.

A partir de un arranque cómico con «Where Everybody Knows Your Name», tema principal de la serie de televisión “Cheers”, la energía fue imparable. Los clásicos como “Peace and Quiet” golpearon fuerte, y los temas nuevos mostraron que la banda sigue construyendo. Cada riff, cada breakdown se sintió con fuerza. La tensión entre la técnica propia del género y la locura de este movimiento hizo que la experiencia fuera genuina. “This is hardcore show, right?” repetía Bryan Harris para motivar y demandar proximidad. Estos vivos de DBD no son sólo recitales, sino descargas de energía. La banda domina y arrastra a su público. A pesar de su magnitud y trayectoria, mantienen la familiaridad con los fans: el frontman invita a apropiarse de las canciones, pasando el micrófono y fomentando la participación activa. Cada recital es un reflejo de esta cultura donde se dialoga con la historia del género y sus raíces: “I see a Hatebreed t-shirt! I see a Madball t-shirt! Come on! This a hardcore show! I wanna see everyone down here!” – continuaba Harris.

Gran parte de este movimiento argentino se ha organizado históricamente en torno a la autogestión y posturas antiautoritarias; si bien en algunos períodos y lugares han surgido corrientes problemáticas, la tradición dominante ha tendido a la crítica social. Bandas como DBD o Minoría Activa personifican un ethos que mezcla la agresividad sonora con la conciencia social, transformando cada recital en un espacio donde la violencia del pogo y el circle pit convive con la solidaridad entre el público y la transmisión de mensajes políticos claros. En este contexto la consigna de Harris era más que auténtica: “Support your local scene! Even, create a scene! Do something!”. Este género nació en Estados Unidos como una forma de protesta contra la cultura dominante, la injusticia social y el conservadurismo. Su ADN es generalmente antiautoritario, anti-fascista y crítico del establishment, aunque su mensaje puede variar, por supuesto, entre bandas y escenas locales.

En este show particularmente, el público fue un torbellino de caos y violencia contenida: empujes, pisadas, caídas y reincorporaciones, golpes y patadas, cuerpos chocando sin cuidado, y personas volando por el aire. Cada canción explotó con adrenalina pura: gritos, coros, y manos que se aferraron al micrófono. Éstas fueron unas horas donde cada impacto fue parte de la música misma y de la pertenencia a un mundo que se entiende en medio del descontrol.

Brutal, político, visceral. Esta fecha fue hardcore en su forma más pura, con el agregado del cruce entre la impronta argentina y la experiencia internacional de quienes saben que la música es una forma de vida, y que cuando suena “Boston belongs to me”, no importa si sos nativo de la ciudad. Es un mundo pequeño, pero con historia, donde cada banda construye cultura y cada recital se transforma en una especie de ceremonia, cargada de energía cruda y compromiso.

Por Sofia Alvarez
PH: Noiseground (Cortesía)























logos_apoyo