HIMNOS PARA EL JUICIO FINAL. Integrity – Bula (25/10/2025)

Integrity es una leyenda viva del hardcore. A casi 40 años de su formación, la presencia de su música es fundamental para el género. Su sonido único no solo se ve reflejado en varios de los trabajos más interesantes del hardcore americano de los años 90, sino también en la influencia que imprimieron en bandas del metalcore que explotaría años más tarde. La banda liderada por el vocalista Dwid Hellion se fundó en 1988 en Cleveland, Ohio. Debutaron con el demo Harder They Fall en 1989, seguido por su álbum debut Those Who Fear Tomorrow (1991), y de ahí en más una seguidilla de discos que fueron desarrollando su sonido paso a paso. Mezclando el hardcore punk tradicional con diferentes formas de metal, industrial y noise, a las que se sumaron referencias esotéricas y una oscuridad apocalíptica, la banda rápidamente supo diferenciarse de sus congéneres más inmediatos. Álbumes como Systems Overload (1995), To Die For (2003) o el monstruoso Humanity is the Devil, lanzado en 1996, dan cuenta, no solo de una personalidad única, sino también de una solidez, más allá de copiosos cambios de formación, que resulta innegable. Todo esto erige una leyenda con una relevancia incuestionable. Y Argentina no podía quedarse afuera de este culto.

Aquel sábado de octubre se volvió casi otoñal para recibir a las huestes de fans del hardcore, metaleros y punks de todos los estilos que peregrinaban hacia el Centro Cultural Bula. La noche prometía ser histórica, como mínimo, y el entusiasmo por ver el debut de la banda norteamericana (actualmente reubicada en Bélgica) en suelo argentino era más que palpable. Con una show completamente agotado, estaba todo servido para vivir una experiencia inolvidable. La banda encargada de romper el silencio fue Courrières. Oriundos de Mar del Plata, presentaron su distintivo estilo de hardcore caótico y existencialista. Con buenas dosis de violencia y mala onda, dieron un show entretenido en el que sonaron varias canciones de su EP debut, lanzado en 2023. Luego llegó el turno de Knockout. La banda rosarina desplegó su estilo de hardcore metal con gran soltura y contundencia, ya desde el inicio con el breve cover de «Territory» de Sepultura. Mientras la gente de a poco se iba adentrando en el recinto, la banda recorrió sus 2 décadas de historia, con algunos invitados en el escenario, subiendo la temperatura poco a poco, dejando todo listo para el plato fuerte de la noche.

Ya con el local colmado de gente, la intro instrumental anunciaba el inicio del repertorio de la banda de Dwid. La gente estaba encendida desde el vamos y con «Vocal Test» comenzó una catarata de stage diving, mosh y crowd surfing que nunca cesó. La euforia era tal que el vocalista tuvo que frenar el show para pedir un poco de compostura luego del clásico «Hollow». El setlist siguió con un fuerte énfasis en el trascendental Humanity…, así sonaron «Psychological Warfare» y «Abraxas Annihilation» mechados con temas como «Sarin», «Hymn for the Children of the Black Flame», «Taste My Sin» e «Incarnate 365», no sin dejar inutilizado un retorno entre tanta amigable violencia del público. Con una sentida dedicatoria para los presentes, donde Hellion explicaba en pocas palabras la importancia de la música en vivo en general y de Integrity en particular, para con la vida cotidiana y el mundo que nos toca (sacarnos la mierda que tenemos adentro), llegó el momento de ese himno que es «Systems Overload», del disco homónimo. En este punto es importante destacar que el sonido estaba lejos de ser pefecto. La voz por momentos no tenía el volumen adecuado, el bajo llegaba a tapar la guitarra, la batería sin definición. Todo esto se fue regulando de a poco pero siempre estuvo en un lugar secundario. El fuerte del concierto estuvo siempre en la comunión entre la banda y su público, el feedback era completamente ágil y recíproco. La energía nunca dejó de fluir arriba y abajo del escenario. El furor fue absoluto. Después de «Rise» la banda hizo un breve repaso por el seminal Those Who Fear Tomorrow, de la mano de números fundacionales como «In Contrast of Sin», «Judgement Day» y el tema título. Las melancólicas melodías de guitarra de «Jagged Visions of True Destiny» marcaron el final del show, con su correspondiente pogo incontrolable. La gente lo dió todo. Como una perlita final, Dwid anuncia el cover de una banda que lo formó de pendejo: «Hybrid Moments» de Misfits. El éxtasis fue abrumador, el frenesí, imparable, el show, terminado. La sensación de una experiencia trascendental era unánime, Integrity había debutado en CABA y estuvo a la altura de su propio mito. Y como si fuera poco aquella frase de Dwid cobró aún más sentido: las frustraciones del mundo y la vida moderna fueron completamente expulsadas, dándonos fuerzas para sobrevivir hasta el próximo recital y repetir el proceso. Y así, cada vez que nuestro sistema se sobrecargue, los himnos del juicio final nos ayudarán a seguir adelante.

Por Boris Bargas
PH
: Cuervo Deth

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