
Nanowar of Steel se presentó por primera vez en Argentina y transformó el jueves por la noche en un aquelarre bizarro de principio a fin. Si hubiera que definir un estilo musical único sería imposible: hubo heavy metal, power metal, reggaetón, disco y más. La banda local Innerforce fue la encargada de abrir la jornada.
A las 20:30 hs salió a escena Innerforce, una banda que nunca defrauda y que demostró, una vez más, su nivel y solidez. Para esta ocasión llegaron disfrazados: Paty Borchiero caracterizado como Diego Maradona, Martín Camps vestido como IT, el payaso maldito, y los demás integrantes también disfrazados para no desentonar.
El público celebró los disfraces entre risas y aplausos, incluso Paty preguntó quién veía por primera vez a Innerforce y un gran porcentaje levantó la mano, aprobando el show con ovaciones. Una presentación potente, divertida y cercana. Hicieron un breve repaso de su discografía entre los temas que podemos citar «1346» del álbum Arcadia (2022), y la novedad del nuevo single denominado «Invocation» que pertenece a lo nuevo de la agrupación de este 2025.
Finalmente, llegó el turno de Nanowar of Steel, subiendo al escenario cada uno con ropa de colores estridentes. El vocalista apareció con peluca fucsia y pollera, marcando desde el primer minuto que lo que vendría no era un recital común. Para ponerlo en contexto: si lo comparamos con bandas de la escena nacional, podríamos asociarlos a Los Sultanes por su energía festiva, y a nivel internacional, una versión metalera y delirante de Village People.
Y cuando decimos que hubo de todo, es literal: Fanáticos con remeras de Manowar bailando disco, pogo en medio de melodías dignas de una fiesta de cumpleaños a las 3 AM, reggaeton “nórdico” y metal épico en la misma lista. El público se entregó completamente a la propuesta.
Entre los momentos destacados citamos él Wall of Love: el vocalista dividió al público “como Moisés al mar”, y a la cuenta de tres, con acordes melódicos ochentosos, todos se unieron en un abrazo masivo y pogo metalero;cuando el show rozó tributos a Manowar, la explosión fue inevitable. El humor también fue una constante: chistes, interacción, guiños, acting y gestos ridículos que hicieron llorar de risa a más de uno. “Norwegian Reggaeton”, uno de los clímax, con fans disfrazados, pelucas y la pista convertida en fiesta total.
Entre las canciones más celebradas sonaron: «Ill Cacciatore Della Notte», con aparición de un “Davy Jones” personaje de Piratas del Caribe con un teléfono, «Chupacabra Cadabra», «El Campo de los Nabos», «La Polenta de Taragnarock», «Valhalleluja» (gran final).
Cuando el recital terminó, los músicos bajaron del escenario y siguieron la fiesta entre la gente: rondas de conga, túneles humanos, baile colectivo con “El Baile del Perrito”.
Por Sergio Silva



