
Es una realidad innegable el apogeo de la Nueva Escuela del thrash, heredera de los gloriosos 80’s, y Havok es uno de sus principales exponentes. Con su llegada a nuestro país para tocar el día 4 de abril en Asbury, y si le agregamos también la visita de Violator el año pasado y la Municipal Waste el mes próximo, estamos viviendo en carne propia el crecimiento de bandas que se van superando disco a disco y aún no han llegado a su techo. Cita imperdible para todo thrasher, la jornada arrancó pasadas las 19 horas, aunque para cuando llegué al local ya estaba finalizando la primera banda M-43 que presentaba la última canción de su set, “Maquinarias de involución”. El trío matancero formado por Matias Almiron en voz y guitarra, Emiliano Fontana en bajo y Jonathan Almiron en batería, nos presentó el que denominan “metal bélico”, con grandes influencias de bandas como Sodom. Luego subió al escenario From Hell, grupo de zona norte dedicado exclusivamente a interpretar temas de Pantera, y así pasaron clásicos como “A new level”, “Walk”, “Domination”, “Revolution is my name”, “Cowboys from hell” y “Mouth for war”. Poco antes de las 21 horas comenzó Undermine, formado por Rodrigo Ferreiro “Baka” en bajo y voz, Francisco Cañardo y Matias Capdervila “El mudo” en guitarras y voces y Guillermo Nusfaumer “Willie” en batería. Se destacaron desde un primer momento con un sonido muy potente basado en el thrash más machaquero con influencias death, con los riffs como columna vertebral de sus canciones que alternan voces desgarradoras y guturales profundos. Así fueron alternando con canciones nuevas los temas de su EP Trayendo solamente podredumbre, salido a la luz en 2012, como “La casa de las 100 habitaciones”, “Consumido por la rabia”, “Sufriendo”, y “Bajo el velo de la masacre” con un final entrecortado que me recordó a esas outros de Opeth. Una banda para tener muy en cuenta, que sin dudas deben haberse metido a más de un nuevo espectador en el bolsillo.Ya para las 10 de la noche, la temperatura comenzó a subir en Asbury, como ya es lamentablemente costumbre, mientras la mayoría de los asistentes comenzaron a amontonarse en las cercanías al escenario, y alentar con el clásico cántico del “olé olé”. “Covering Fire” de su disco Time is up (2011) fue la canción elegida para dar pie a una hora a pura intensidad thrasher, seguida de “Point of no return”, de su EP de 2012. Con un sonido bastante claro, y al frente la voz aguda y rasposa de David Sanchez, único miembro restante de la formación original, fue el momento de presentar su último álbum Unnatural Selection con “Give me liberty or give me death” con un llamado a apagar la tv y pensar por sí mismo, y “I am the state” dedicado a aquellos embriagados de poder. El guitarrista Reece Scruggs brillaba con sus solos de guitarra, clave en el sonido de la banda, completada con el baterista Pete Webber y el recientemente incorporado Michael Leon a cargo de las cuatro cuerdas. “From the cradle to the grave” fue la otra canción del EP Point of no return que desplegó su arsenal de violencia por todo el lugar, con grandes circle pits como contrapartida bajo el escenario.
Canciones como “D.O.A.” o la reciente “Under the gun” nos dan la pauta de que Havok no es solamente thrash al palo siguiendo una fórmula prestablecida, sino que es gratamente enriquecido por los solos shred de Scruggs, algunos arreglos bastante melódicos y hasta un coqueteo rockero en la mencionada “Under the gun”, originando algo que bien podría llamarse Thrash n’ roll. “Afterburner” fue la única repersentada de su primer LP Burn del 2009, y todo parecía acercarse a su final, tras 50 minutos que se pasaron muy rápido, con “Time is up”, tema ganchero si los hay. Las alrededor de doscientas personas presentes pedían más y así el cuarteto de Denver les dio el gusto despidiéndose con la que cierra su último disco: “Unnatural Selection”. Pose con la bandera argentina para la postal, y así concluyó la primera visita de Havok a nuestro país, con un gran recibimiento y un show que si bien pudo haber pecado de corto al haber apenas completado la hora de show, la intensidad del mismo lo compensó.
Cobertura: Sebastian De la Sierra
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