Por segundo año consecutivo el teatro Vorterix se vio inmerso en un mar de Riffs pesados y viajeros de la mano de las cinco bandas que dieron vida al Stoner Fest II: Sutrah, Sauron, Banda de la muerte, Los Antiguos y Poseidotica.

La comunidad stoner crece día a día y no solo por la infinidad de bandas dentro del género sino por la camaradería que hay en la movida. Si bien no es netamente metal, tampoco es rock nacional y por supuesto se aleja de un sonido blando. El stoner rock argentino es un híbrido de músicos influenciados por la música pesada, pero por sobre todo con hambre de melodías y armonías de un melómano.

Desde el comienzo del festival con Sutrah creando un clima psicodélico pero con afinaciones a puro rock duro y valvular. En segundo lugar los míticos Sauron, comandados por los hermanos Larralde revivieron capítulos de antaño como «Cruces» perteneciente a su debut homónimo del ’97. Energéticos como siempre. Banda de la muerte aportó a la noche una formula joven y actual. Destellos de rock, adrenalina punk y concentración grave del grunge noventa se vieron firme en «Cuando no hay más que perder» de su primer placa titulada como la banda, o «Ejercito de uno» de su flamante 8894.

La banda más joven de la velada fue la anteúltima, y sin dudas una de las más ovacionadas. Larralde salió nuevamente al escenario pero ahora acompañado de Iapaducci, Conforti, Mow y Huija. Los Antiguos es de esas bandas que te erizan la piel. Nacidos en 2013, llevan editados discos «Simple» y «Madera Prohibida». El repertorio tomo parte de ambos, como «La Peste del Sapo», «El hombre que no se puede ir», «Hecho a mi medida» y «El inventor del mal». Todos ya clásicos, y que en un futuro próximo pueden volverse himnos tranquilamente. El fervor desatado en los presentes fue inconmensurable. Más  aún cuando el Pato bajo del escenario, se acercó a la valla, abrazo y saludo uno por uno a los más cercanos y al volver a subir se llevó la ovación de la noche. Merecido galardón.

Por último, Poseidotica bajo la euforia pero no la emoción. «El dilema del origen» da nombre a su última placa y a uno de los temas del disco. Sin dudas uno de los lanzamientos del año. A su vez también repasaron un poco de historia con «Elevación» y «La distancia». En esta parte final de la noche los cantos, y reconocimientos, estuvieron concentrados para Walter Broide. Esa energía, y simpleza detallista en cada golpe son marca registrada y por eso su público se lo hizo saber.

Una vez más un evento recalca que el rock argentino está en su mejor momento, con bandas activas en constante desarrollo. Grandes propuestas de años de trayectoria, no solo en lo musical sino también a la hora de pararse en el escenario, la interacción con su gente y con una organización que merece también formar parte del texto.

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Cobertura: Jonatan Dalinger
Fotografías: Caro Staley