Por segunda vez en toda su carrera Cradle of Filth pisó el suelo argentino y como en el 2010 se presentó en el Teatro de Flores para presentar su nuevo trabajo discográfico “The Manticore & Other Horrors”, el décimo para ser preciso. Tenebrarium fue una de las bandas soporte para este regreso de la banda inglesa, luego de su largo viaje ya que son oriundos de Resistencia, llegaron para mostrar su material a los pocos porteños que había presente hasta el momento. La banda no deslumbró a los espectadores pero si se demostró mucho respeto, cosa que no se ve en todos los shows. “The Immaculate Misconception” fue el primer tema pero  “Hominis Nocturna” creo que fue el mejor tema sonó en todo su set, el teclado de Claudio fue lo más entendible de su tiempo en el escenario ya que la guitarra de Javier no estuvo al tope y esto se notó más que nada en temas como  “Liberate Ex Infernis“ y  “Howls From Beyond”. Capaz por los nervios de estar tocando un rato antes que Cradle, en Buenos Aires y nuevos espectadores hizo que no den tanto espectáculo, el sonido no fue el mejor tampoco pero ese se debe a otras cuestiones.

Es el momento que Alma Matter salga a escena y no hay variaciones en el público presente, muy poca gente hay dentro del teatro y casi nadie en las puertas. Arrancaron con “El camino del odio” con un sonido sobresaturado que hacía poco entendible su música aunque ya de entrada se podía percibir las influencias de Venom como banda pilar y del Thrash/Death metal. “Chicos de la noche” fue el mejor tema pero con varios errores, el baterista Daniel Polaco hizo mal varios rulos, y además su redoblante parecía una lata, muy feo el sonido, creo que es la descripción más básica pero que mejor encuentro para describir esa batería. El tema encargado para cerrar su set fue “The Trooper” el clásico tema de Iron Maiden que no me pareció bien logrado pero si muy bien recibido para ponerle onda a la pobre noche que nos esperaba.

El recital comenzó con un tema de Godspeed on the Devil’s Thunder: The Life and Crimes of Gilles de Rais (2008) “Tragic Kingdom” para luego seguir con “Funeral in Carpathia” de su segundo álbum editado en 1996. Con un sonido alto, potenciado y poco entendible durante los primeros minutos la banda muestra que siguen estando al nivel del que son capaces, con buena actitud sobre las tablas para poder contentar al poco público black y gothic metal que estaba en el teatro. La escenografía no fue el mejor, no por la distribución de los miembros sino por el flojo show de luces y algo que me llamó la atención fue el telón que colgaba detrás de Martin Skaroupka, porque era del EP Bitter Suites to Succubi (2001), que tocaron el tema “Born in a Burial Gown”, a pesar de que vinieron a presentar The Manticore and Other Horrors editado a fines del año pasado.

El primer disco sonó bastante ya que presentaron tres temas “A Dream of Wolves in the Snow”, “Summer Dying Fast” y “The Forest Whispers My Name” que fue increíble y lo mejor del recital en donde Dani muestra que su voz sigue impecable, me atrevo a decir que el mejor cantante en música extrema. Puede pasar de unos agudos a un gututral en dos segundos y sabe como manejar el tiempo y su micrófono, me llevé una grata sorpresa al escuchar que la banda y principalmente en él suena en vivo como en el estudio y más con estos temas de la primera etapa que son más complicados.

El setlist tuvo una etapa también de lo más nuevo de la banda tocando dos temas de su nueva placa como fue “Manticore” y “For Your Vulgar Delectation” para también pasar por “Lillith Inmaculate” de Darkly, Darkly, Venus Aversa, su placa anterior. Uno de los temas que tuvo una larga introducción fue “Nymphetamine” que fue coreado por todos y que Lindsay Schoolcraft suoe manejarlo con mucha tranquilidad. Luego de la pausa la banda arrancó nuevamente con “Cruelty Brought Thee Orchids” para que una larga y excelente introducción de Dani siguiera y comience “Her ghost in the fog” pero lamentablemente se sufrió el mayor problema de la noche, la guitarra de Paul Allender que hizo todo bien a lo largo de la noche, ganándose al gente y mostrando su destreza en los riff de cada tema, y también de James McIlroy no emitan sonido y no hay guitarras hasta la mitad del tema que luego también habría problemas con el teclado de Lindsay. James supo manejar bien la situación haciendo que la gente coree el tema.

Finalmente y como final ya obvio, la banda se retira con el clásico “From the cradle to enslave” en donde los pocos que estuvimos en el show disfrutamos al máximo. Un gran show que mostró que la banda sigue en pie y volvió a sus raíces black y contenta a su público manteniendo un gran nivel musical.

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Cobertura: Jonatan Dalinger
Fotografías: Pablo Gandara