
Como es ya costumbre, Almafuerte brindó junto al gran público del metal argento, su gran público. Siempre al filo de fin de año – esta vez el 28 de diciembre, en el Mandarine Park, el cuarteto Iorio-Marciello-Ceriotti-Valencia volvió a dar cátedra de metal argento, y algo más. El que paga una entrada para ver a Almafuerte, sabe lo que va a ver. Con las lógicas adiciones de cada nuevo disco, los setlist no suelen ser novedosos. Los comentarios de Ricardo, por su parte, son siempre más o menos los mismos ¿Qué va a ver, entonces, el público de Almafuerte? La respuesta está en los cantitos: “Ricardo es lo más grande del heavy nacional”. Almafuerte hace metal, metal argento. Y eso esperan todos: Que Almafuerte se plante, y haga lo que mejor sabe hacer: metal. Y así arrancó el último show del 2013. Pasadas las 21:30, y luego de más de una hora y media de previa de videos, la banda rompió el silencio, sin preámbulos, con “Del más allá”. Sin pausa, en la misma clave palera: “Pensando en llegar”, “La máquina de picar carne”, “Muere monstruo, muere” y “Patria al hombro”.
Después, la primera bajada de decibeles: “Por Ser Yo” y “Pal Recuerdo”. Y levantando de nuevo con el hit “Debes Saberlo”, “Toro y Pampa”. “Para los de San Telmo, trillar la fina es encerrarse en un departamento y tomarse una raya”, sentenciaría Ricardo, antes de darle marcha a la que da nombre a la placa más nueva: “Trillando la fina”. Lo siguiente sería, en parte, atípico. Porque Almafuerte es metal, pero también es argento. Sin la música popular argentina – no ese rock nacional palermitano: la música popular, el folclore local -, Almafuerte sería una banda de metal más. Primero, Claudio Marciello – el tano -, inmenso, daría una breve pero contundente cátedra de guitarra tanguera con “Sopla el Pampero” y “Caballo Negro”. En seguida una junto a Iorio, también en clave acústica: “Mi Credo”. Entonces, Ricardo se queda sólo: “Dos canciones, nada más, dos canciones en las que me gasté todos mis ahorros”: vienen dos de esos que él llama “los prohibidos”, junto a los hermanos Cordone, guitarristas del rebelde Edmundo Rivero: primero, “El adiós de Gabino Ezeiza”, después “Gol Argentino”, del mismísimo Rivero. Pero la sección no terminaría hasta que, despedidos los guitarristas, y con nuevo invitado – ahora Pablo Zigler, maestro, pianista de Astor Piazzolla -, el ronco cantante interpretara “No la quiero más”, de Alberto Mastra.
De vuelta toda la banda, “Si Me Ves Volver” haría de puente entre lo que pasaba y lo que venía. El último tirón, ahora sí, a puro metal: “Triunfo”, “Muy Cansado Estoy”, de V8, “Tu Eres Su Seguridad”, de Hermética y, para cerrar, dos clásicos de la banda: “Almafuerte” y, como ya es costumbre, “A Vos Amigo”. Y nada más. Ni nada menos. Agradecimientos, y ¡feliz año para todos!
Galería de Fotos:
Cobertura: Victor Spinelli
Fotografías: Pablo Gándara
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