
Hace veintiún años atrás, en esta misma sala del Teatro Opera, se encontraba llena de personas de todas las edades con ansias de rock. Rata Blanca se encontraba decidida a revivir esas viejas épocas con dos grandes álbumes “Guerrero del arco iris” (1991) y “El camino del fuego” (2002).Ya pasadas las 21:00hs todas las luces del salón se apagaron para solo centrarse en el escenario arrancando una noche de pura historia del rock and roll con “Hombre de hielo”, con aquella antigua formación con Sergio Berdichevsky y Gustavo Rowek. La noche recién empezaba, ya estábamos frente a un Adrián Barilari que no paraba de saltar y deslizarse por todo el escenario cantando “Ángeles de acero”. Como contener la emoción si ni el publico podía mantenerse sentado, era hora del rock, y había que seguir con “Noche sin sueños”, “La boca del lobo”, “Quizás empieces otra vez”. Pero entre éxtasis de rock and roll era momento de bajar la euforia entre penumbras, y una luz dirigida a Walter Giardino que empezaba a tocar los arpegios de “Nada es fácil sin tu amor” con Barilari en medio del escenario cantándonos este desamor para llevarnos dentro de una historia que solo Rata Blanca nos podría contar, sumergiéndonos de a poco, ya que no solo es rock desenfrenado sino también hay un mundo donde vive el amor.
Barilari comenzó a recordar cuando escribieron este disco, y comentó que fue hecho en la carretera mientras estaban de gira. “No había otra manera de hacerlo, y esta canción salió entre todo ese quilombo de ruta, viaje y velocidad” de este modo introducía “Abrazando el rock and roll”. Pasando por “Los ojos del dragón”, pero no sin antes que Walter diga unas palabras recordando: “era una época que había gente que apoyaba al grupo, y que ayudó que todo esto esté pasando y los veo, gracias por venir. Algunos no están físicamente porque la vida es así, y hay veces que uno no puede solucionarlo. Y es el caso de Federico Rowek, el padre de Gustavo, que no esta pero esta acá” culminando con una ovación de aplausos. Aprovechando la oportunidad Adrián nos recordó que el castillo que veíamos en el fondo fue creado por el padre de Gustavo, y que sabían que su padre estaba ahí dándole fuerza a Gustavo. Y dejando para el final tema que da nombre a este disco “Guerrero del arco iris”.
Llegó hora de hacer un cambio de disco durante diez minutos para armar la batería de Fernando Scarcella donde la formación despediría a Sergio Berdichevsky y Gustavo Rowek. Arrancando con “Amo del camino”, “Volviendo a casa” sin poder contenerse el público saltaba desenfrenado en el lugar porque Rata daba un show, donde era imposible mantenerse quietos, sentado si el rock iba subiendo por las venas. Siguiendo con este disco “El camino del fuego” ya podríamos escuchar los golpes intensos de los platillos de Fernando Scarcella en “La canción del guerrero”, “Abeja Reina”, “Lluvia púrpura” para que la fiesta del rock y glamour no parara. Para que sigamos bailando con “Señora furia” y en cada riff que tocaba Giardino haciéndonos vibrar el rock.
Para ir culminando la noche pasaron “Sinfonía fantástica” “Cuando la luz oscurece”, “En nombre de dios” y “Caballo salvaje”. Pero ningún recital de Rata culmina sin pasar por los clásicos infaltable que luego de un receso hicieron “El reino del olvido”, “Agord, la bruja” y un lento que nunca antes había hecho Adrián y bromeando decía siempre hay una primera vez para todo “Ella” y siguiendo la línea del amor pasaríamos a “Solo para amarte”. Y como broche de oro “Mujer Amante” y “La leyenda del hada y el mago” donde el público no pudo contenerse las ganas de cantar y saltar. Al finalizar un show que duró tres horas, salieron todos los músicos a hacer un saludo final rodeado de grandes recuerdos, amistad y un cariño enorme entre ellos y hacia el público ratero.
Galería de Fotos:
Cobertura y Fotografías: Cynthia Zelarayan
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