
Esta fecha la venía esperando con grandes ansias: Arraigo, una de mis bandas preferidas, íconos de lo que han dado a llamar metal folklórico latinoamericano, se presentó este sábado 17 de agosto a tan solo veinte minutos de mi casa, en el moto-bar Alabama Song de Ituzaingó, un lugar muy rockero. La fecha la completaron Osario y Cabrero, ambas bandas de la zona, conformando una grilla bastante heterogénea.
Llegué al recinto de Acceso Oeste alrededor de las 00:30, y tan solo diez minutos más tarde dieron el puntapié inicial de la jornada los muchachos de Cabrero con “Antiguos legados”. Nos entregaron un set de cuarenta minutos de un thrash clásico de potentes riffs con tintes melódicos en las melodías vocales y de guitarra que le aportaban una gran dosis de frescura a las composiciones. Siguieron temas como “De un horizonte” y “Muerto en vida”, que mostraban un sonido muy prolijo y contundente, siendo este el primer show con un nuevo bajista entre sus filas. Posteriormente, subió un viejo integrante al escenario para hacerse cargo de las cuatro cuerdas en “La tribu de los tiempos”. La hora de la despedida llegó de la mano del clásico de Judas Priest “The Hellion/Electric Eye”, coreado por gran parte de los presentes.
A continuación llegó el momento de Osario, banda que cuenta ya con catorce años de trayectoria, integrados por los hermanos Mariano y Hernán Martínez en bajo y batería y voz respectivamente, junto a Fernando Musso y Mariano Perret, encargados de ambas guitarras y las voces. A lo largo de una hora de show se encargaron de presentar su álbum debut Secular editado el año pasado, el cuál tocaron casi en su totalidad, destacándose temas como “Trabado”, “Triste alegría” y “Sangre y prisma”. Interesante propuesta ya que su música exhibe influencias de diversos géneros como el death melódico, el power y el progresivo y alternan entre voces podridas y otras más melódicas y agudas. Promediando el show se despacharon con un enganchado de covers compuesto por “Battery/Reckoning day/Fucking Hostile” que fueron recibidos por el público con el característico pogo bien violento. Finalmente “Allí estaré” fue el tema elegido para cerrar el show y dejar todo listo para el acto central de la noche.
Cuando el reloj marcaba las 03:30hs, tras una introducción folklórica a puro bombo legüero y copla que comenzó siendo ejecutada por los músicos desde abajo del escenario, Arraigo salió a escena con “Carnaval de soledades”, tema apertura de su disco Fronteras y Horizontes, una de las grandes revelaciones del 2012. En esta canción el guitarrista Federico Bertoli utiliza un instrumento muy particular creado por el grupo, la “charantarra”, guitarra doble cuyo mango superior es un charango. Siguieron “En el nombre del padre” y “Dogo”, dos de los temas más heavys del grupo, mediados por “Crías de crías”, una pieza muy tanguera que fue interpretada sin el característico bandoneón de la versión de estudio. La banda comprendida, además del mencionado Federico, por Pablo Trangone en voz, bombo legüero, cajón peruano y teclados, Javier Espeche en bajo, Leandro Ramogida en guitarra y Federico Prieto en batería y bombo legüero, como siempre suenan muy prolijos y ajustados y se muestran muy carismáticos e interactivos con el público, tanto bajando del escenario para tocar entre la gente o convidando mates a los presentes, como mediante la difusión del mensaje de esperanza y resistencia que muestran en sus letras. “Zamba para los huérfanos”, “Vidala para que sigas” y “Para aquel que sabe oír” prosiguieron, tres temas que a mi parecer sintetizan muy bien el sonido de Arraigo, ese metal folklórico enraizado en la música autóctona latinoamericana, elementos que logran combinar a la perfección y los ubica como una de las bandas más novedosas y originales de la actualidad.
La noche continuó con “Te llamo eternidad” en la que el guitarrista Leandro Ramogida se encargó de las voces principales. Posteriormente subió al escenario como invitada Mariana Castro para cantar unas coplas, funcionando como introducción a “En tiempo de cueca, pañuelos negros”, que junto a “Tierra de bueyes” fueron los únicos temas ejecutados que no formaron parte de Fronteras y Horizontes sino que serán grabados en el próximo larga duración. “Nehuén (Fuego del alma)” fue uno de los temas más festejados, un clásico del que grabaron su primer video-clip. La jornada iba llegando a su cierre con “Cadenas y antifaces”, una canción con ritmos de murga y candombe que incita al baile y sigue demostrando la gran versatilidad de la banda. Tras casi una hora y media de show, la cita llegó a su fin bien al palo con “Los gritos del sótano”, cerrando así otro espectáculo memorable de esta gran banda.
Una apuesta constante por nuevos horizontes musicales logrando la integración de la música pesada con la identidad folklórica latinoamericana de un modo muy innovador, disociando así el término folk-metal de la tradición europea, junto a un mensaje revolucionario y anti-conformista, hacen de Arraigo una banda única que considero que ninguna persona que disfrute de la música debería perderse de escuchar. El futuro está acá. Y me gustaría destacar para finalizar algo que la banda siempre sostiene desde el escenario, es que lo pesado no pasa por la distorsión: lo pesado está en las ideas.
Cobertura: Sebastian de la Sierra
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