Zoso (Tributo a Led Zeppelin) – Groove (29-06-2013)

Cuando hace 30 años, con el deceso del baterista John ‘Bonzo’ Bonham, Led Zeppelin tomó en conjunto la decisión de ya no volver a grabar o tocar bajo ese nombre, eso fue una declaración de principios: incluso con contrato para editar nuevo material, Jimmy Page, Robert Plant y John Paul Jones se negaron rotundamente a entrar al estudio sin el baterista que, como cada uno de ellos, daba una identidad única al cuadro. Sin embargo la obra, ya eterna, daría de comer a muchos otros. Si: el innecesario flagelo de las bandas tributo. Zoso, «la mejor banda tributo a Led Zeppelin» según el St. Petersburg Times, volvió a la Argentina para rememorar algunos de los grandes clásicos del cuarteto inglés otrora liderado por Page y Plant.

Matt Jernigan, John McDaniel, Adam Sangling y Greg Thompson formaron Zoso en 1995, con el objetivo único y manifiesto de tocar canciones de Led Zeppelin. Y nada más. Así es que, con un extenso y muy bien seleccionado repertorio, y una cuidadosa y precisa performance en el escenario, los cuatro dobles llevan más de 2400 shows por los cinco continentes, habiéndose convertido de una de las bandas tributo con mayor proyección mundial. «La más viajada y exitosa banda del mercado«, dicen en su web. Un negocio redondo.

Precedidos por los locales Perpendicular (tributo a Deep Purple con el Chino Retamozo a la cabeza) y Experiencia (tributo a Jimi Hendrix) para calentar motores, Zoso tomó las tablas pasadas las 10 de la noche con la poderosa «Achiles Last Stand» para, ante la interminable ovación de la insólitamente numerosa concurrencia, redoblar la apuesta con la riffera «The Ocean». Inaugurada la velada de homenajes, sólo grandes clásicos: «Black Dog», «Misty Mountain Hop», «The Song Remains The Same» (en la que John McDaniel sacó a relucir la entrañable SG de 2 mástiles), el precioso y sentido blues «Since I’ve Loving You», y hasta la gloriosa «No Quarter», entre otras. La sección final llegaría, como debe ser, de la mano de 3 de los más grandes clásicos: primero, «Moby Dick», con el obligado – aunque un poco extenso – sólo del Bonzo norteamericano, y para cerrar parcialmente la obra, los infaltables «Starway To Heaven» y, por supuesto, «Kashmir».

Luego de breves momentos ante un escenario desierto, los 4 volverían para hacer una que había quedado en el tintero, ideal para cerrar: la demoledora «Rock and Roll». Ideal para cerrar, sí, pero no la que elegirían para cerrar: ante la excelente recepción del público local, el más que agradecido cuarteto norteamericano guardaba aun un as bajo la manga, esta vez sí la última carta: «Good Times Bad Times» sería la frutilla en este postre setentoso. Con la emoción a flor de piel, ya sin instrumentos a la vista, la banda tardaría aun varios minutos en dejar el escenario. El público, captado por el efectivísimo montaje de alrededor de dos horas y al son del ‘una más y no jodemos más’, suplicaba por un poco más de aquella melancólica ficción. Pero eso era todo.

Zoso dio un show perfecto, arrollador. Cumplió con creces con la expectativa, y a pesar de la dosis de patetismo que implica ver a 4 personas disfrazadas como sus modelos, imitándolos más que tributándolos, en esta, su segunda visita a la Argentina, la banda montó un acto impecable, preciso, potente, más que correcto tanto en lo musical como en lo teatral. Pero nada más.

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Cobertura y Fotografías: Victor Spinelli




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