
Cuando uno se sienta a escribir una review tratando de describir lo vivido, intenta solo eso, sin delirios de grandeza ni retórica enriquecida, tratando de trasmitir el sentimiento encontrado durante un recital.
Me cuesta y lamento en este caso, intentar trasmitir que vivimos un show con algunas carencias de sentimiento. Sacando a Rata Blanca de la bolsa (seamos realistas, hacen hard rock), Lörihen está catalogada como la banda más importante de power metal del país y al menos, teníamos eso entendido.
Cuando llegamos al lugar, ahora llamado Grow (quien haya elegido el nombre, ¿no tuvo en cuenta que hay un lugar que se llama casi igual? -Groove- … es confuso, sobre todo para los que no saben pronunciar inglés), sentimos un poco de pena. Pensamos de inmediato en la gran pérdida monetaria que significa tener un lugar así de vacío. Esto me desanimó un poco, debo reconocerlo. Si la banda más importante de un sub género tiene esta convocatoria, ¿qué le esperan a las mas under? Las cosas fueron cambiando con el correr de las horas, pero el lugar nunca supero el 45% de su capacidad, así que vamos a ser más positivos y ver el vaso medio lleno: el lugar estaba medio lleno.
Llegamos a escuchar entero el show de Dark Light, previo al plato principal. Sinceramente, como entrada, nos dio bastante acidez. Fue una bola de ruido acoplada y totalmente intolerable, un frontman que arrojaba sus discos al público, casi como pidiendo perdón con lo que estaba sucediendo y solicitando que lo hagan sentir como Bruce Dickinson coreando algún cántico metalero. Hacen un power metal instrumentalmente, bastante bueno, algo progresivo. Quizás su disco suene muy muy bien en estudio, debo reconocerlo, pero todavía no los escuche.
Momento esperado de la noche. Lörihen a las tablas, con el tema «En la oscuridad», y a pesar de algunos desajustes en el sonido, el show empezó con muchísima energía. Destacable como siempre la labor en las violas de Julián y Emiliano (¡estos muchachos la tienen atada!), y la clásica marcha a doble bombo powermetalero de Hernán Ríos.
“Extraños signos”, “Bajo la cruz” y “Paradigma” continuaron. Siempre, a pesar de todo y los problemas en el sonido que continuaron, la voz de Lucas se mantuvo intacta. Un frontman con humildad y excelente voz, quien sabe manejarla a la perfección (yo le pondría un Premio Gandhi, pero no es el Olé).
Siguieron los temas rebotando en el largo y finito recinto: “Presa fácil”, temazo totalmente al palo, y a partir de esta mitad del show el sonido empieza a limpiarse bastante, o nuestros tímpanos se ecualizaron solos, no estoy seguro.
Ensalada de temas «medio tiempo»: “A donde van tus sueños”, “El secreto más perverso” y “Volver a nacer”. A pesar de estos temas, el show fue bastante arriba, siempre destacándose un poco el virtuosismo de la banda, que es impecable. La banda no habló demasiado, todo se encausó con dinamismo, aunque cabe remarcar el pedido de Emiliano Obregón, quien pidió que se apoyen a las bandas de acá (¡y no literalmente!) ante las incesantes visitas internacionales.
“Realidad virtual”, “Antihéroe” continuaron con los que serían los últimos temas. Nos preguntamos que esperan para sacar el DVD, pero también pensamos en que si esas cosas se hacen a las apuradas, se obtiene un resultado totalmente adverso. Espero que se puedan enfocar más en esta banda, y no tanto en los proyectos paralelos. Ojala tengamos algún material nuevo de Lörihen pronto, ya sea DVD o disco. Es una opinión mía, pero también entiendo que se tiene que aprovechar el éxito de los proyectos paralelos.
Sonó «Traidor», un tema que se presta para revolear lo que uno tenga a mano, y se ve que a Julián Barrett le pegó igual, porque se puso a correr por todo el recinto con su guitarra. “Vida eterna” fue el tema que dio cierre al show, un concierto agradable, con poca gente, corto, dinámico, pero que más allá de su corrección, careció de algunas cosas. No sé si fue el público que tenía calor para hacer pogo o el sonido que no fue el mejor, pero le faltaron cosas para llevarse una sensación de satisfacción. A pesar de todo, apuesto a que los volveré a ver pronto.
Gracias Lörihen, ¡vuelvan pronto!
Galería de Fotos:
Cobertura: Fernando
Fotografías: Pablo Gándara
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